Yo tampoco creo en ese Dios

La creencia o la incredulidad en Dios se ha convertido en un punto de discusión, y está llevando al prejuicio y la desunión. Según una encuesta del Centro de Investigación Pew, alrededor del 3% de los americanos se llaman ateos. Otro 9% dice que no creen en Dios o en un espíritu universal. ¿Pero podemos definir los conceptos? ¿A qué «Dios» nos estamos refiriendo?

¿Nos referimos al Dios bíblico que literalmente creó el mundo en siete días? ¿O al Dios que Miguel Ángel pintó en el techo de la Capilla Sixtina, con pelo blanco y barba? Yo tampoco creo en ese Dios.

Los psicólogos de la Universidad de Kentucky, Will Gervais y Maxine Najle, realizaron un estudio sobre el ateísmo y encontraron que la mayoría de la gente (¡incluso otros ateos!) cree que los ateos son menos morales que las personas que creen en Dios. «Dimos a los participantes una pequeña viñeta, una historia sobre alguien que hace algo inmoral, y sondeamos su intuición sobre quién creen que fue el autor«, dijo Gervais en una entrevista. «Una y otra vez, la gente intuitivamente asume que quien está ahí fuera haciendo cosas inmorales no cree en Dios».

El ateísmo no es una organización (aunque se podría considerar como una organización no profética), y hay tantas clases de ateos como de teístas. Creer en Dios no me hace automáticamente una mejor persona.

Los bahá’ís creen en Dios – casi todas nuestras oraciones comienzan con una invocación a Dios – pero los escritos bahá’ís claramente nos dicen:»Deben poner empeño en asociarse con todos en un espíritu amistoso, deben guardar moderación en su conducta, deben tener respeto y consideración los unos hacia los otros, y mostrar bondad y tierno afecto a todos los pueblos del mundo». Abdu’l-Bahá, el hijo de Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la fe bahá’í, explica uno de sus principios fundamentales: «cada miembro individual de la humanidad sea exhortado y ordenado a dejar de lado creencias supersticiosas, tradiciones y ciegas imitaciones de formas de religión ancestral, e investigue la realidad por sí mismo. Puesto que la realidad fundamental es una, todas las religiones y naciones del mundo se convertirán en una sola a través de la investigación de la realidad«.

Como «investigador de la realidad», no puedo simplemente estar o no estar de acuerdo con la existencia de Dios sin considerarlo. Prefiero construir puentes y encontrar puntos de acuerdo, así aprendo de las verdades de los demás como espero que ellos aprendan de las mías.

Cada uno tiene sus propias razones por las que profesa el ateísmo, pero aquí están algunas de las más comunes que he encontrado – y como bahá’í, he descubierto que estoy de acuerdo con ellas:

La religión a menudo controla a la gente

Muchos rechazan la religión organizada porque ven la mala influencia que el clero ha tenido sobre la población en general a lo largo de la historia, y por lo tanto rechazan las enseñanzas de dicha religión, incluida la de la existencia de Dios.

Por eso la fe bahá’í ha dado el paso adicional de abolir el clero, y exige que la fe se base en el conocimiento consciente, no en la imitación ciega. Abdu’l-Bahá escribió: «No debe ser un imitador o un ciego satélite de cualquier alma. No debe confiar anticipadamente en la opinión de cualquier hombre sin previa investigación; por el contrario, cada alma debe buscar inteligente e independientemente, llegando a una conclusión real y guiándose solamente por aquella realidad«.

De esta manera, podemos evitar los desequilibrios de poder que a menudo surgen cuando algunas personas son puestas «a cargo» de la espiritualidad de otras, y animar a todos a investigar la verdad de manera independiente.

La religión organizada es a menudo hipócrita

Otros rechazan el concepto de Dios porque han visto pruebas de hipocresía entre los seguidores de la religión organizada. 

Abdu’l-Bahá dijo: «La Religión divina no es la causa de la discordia ni de malentendidos. Si la religión se torna en la fuente de antagonismos y contienda, es preferible su ausencia. El propósito de la religión es ser el principio vivificador del cuerpo político; si es la causa de la muerte de la humanidad, la no existencia de la religión sería una bendición y un beneficio para el hombre«.  

Abdu’l-Bahá está de acuerdo: ¡Es preferible no tener religión a tener una mala religión! (Pero también, no juzgues una religión solo por sus seguidores – todos tratamos de ser mejores personas, pero nadie es infalible).

La ciencia no apoya la existencia de Dios

Otra creencia común es que la religión es superior a la ciencia. Los escritos bahá’ís comparan la religión y la ciencia con dos alas, ambas necesarias para el progreso de la humanidad. En una charla en París en 1911, Abdu’l-Bahá dijo: «Si [un hombre] trata de volar sólo con el ala de la religión, caerá inmediatamente al lodazal de la superstición, mientras que, por otro lado, si sólo trata de usar el ala de la ciencia, tampoco podrá hacer ningún progreso, pues se hundirá en el angustioso pantano del materialismo«.

Continuó señalando que «todas las religiones de la actualidad han caído en prácticas supersticiosas, quedando en discordancia tanto con los verdaderos principios de las enseñanzas que ellas representan, como con los descubrimientos científicos de la época«.

La religión sin la ciencia es una superstición, la ciencia sin la religión es el materialismo. En el mundo de hoy podemos ver mucho de ambos. ¿Es posible creer en Dios, y al mismo tiempo creer en la riqueza del conocimiento científico que la humanidad ha acumulado a lo largo del tiempo?

Los bahá’ís creen, como explicó Abdu’l-Bahá, que «todas las manifestaciones divinas [los profetas] han proclamado la unicidad de Dios«. Pero los escritos bahá’ís también dicen que «Lo que nosotros imaginamos no es la Realidad de Dios; Él, el Incognoscible, el Impenetrable, está muy por encima de la más elevada concepción humana«.

Ahora haz un pequeño experimento conmigo. Levanta la mano derecha delante de tu rostro. ¿Puedes verla? ¿Puedes sentirla? ¿Es real? La respuesta es sí (siempre y cuando no seamos todos parte de una siniestra trama en la que nuestra energía electroquímica se utiliza para alimentar una civilización alienígena – ¡como Neo en la película Matrix!). Debido a que mi mano está frente a mi rostro, creo que puedo decir con confianza que mi mano existe. Por lo tanto, puedo entender este concepto de «existencia».

Pero, ¿puede concebir su mano como «incognoscible e impenetrable»? No. Podemos pensar solo en términos de cosas que pertenecen a este mundo físico, y tú y tu mano existen porque son parte de este mundo físico. Por lo tanto, ya que Dios está, según las escrituras bahá’ís, más allá de nuestra más alta concepción y más allá de la singularidad, ¿no es justo decir que también está exaltado más allá de la existencia?