¿Ha cambiado el individualismo nuestra forma de ver la familia?

No importa de dónde seamos, a todos nos enseñaron la importancia de la familia. ¿Ha cambiado el individualismo la forma en que la valoramos?

Incluso los que no hemos tenido experiencias muy sanas o agradables con nuestras familias al crecer podemos estar de acuerdo en que la familia es importante. Ya sea no tradicional, no biológica, elegida o no elegida, los seres humanos necesitamos formar parte de una familia a la que podamos atenernos y en la que podamos confiar. Nuestra necesidad de familia parece ser una evidencia de nuestra naturaleza inherente y de que amor y la intimidad define quienes somos, de que hay significado en la forma en que nos organizamos en torno a estas pequeñas unidades de apoyo e interconexión.

Los escritos bahá’ís proporcionan un objetivo claro para la humanidad: llegar a ser una gran familia.

Proceded uno con otro con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo… Esta meta supera todas las demás metas, y esta aspiración es el monarca de todas las aspiraciones. – Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh.

Ciertas tendencias de nuestra sociedad dificultan el mantenimiento del amor entre las personas. El énfasis en el individualismo inhibe la salud de nuestras unidades familiares. Las familias patriarcales y abusivas podrían ser la razón por la que tantos sienten la necesidad de volverse extremadamente independientes sin necesitar a nadie. El enfoque de los medios de comunicación occidentales en los individuos en lugar de las familias o las comunidades sirve para mantener a los ricos, ya que el vacío que queda donde antes existían los vínculos familiares deja un espacio conveniente para la comercialización.

Independientemente de las múltiples razones de la popularización de centrarnos en nosotros mismos, los efectos del individualismo se han hecho patentes. Nos aislamos de la gente con más frecuencia, alejándonos de nuestras familias y nuestras amistades. Muchas veces, cuando las cosas se ponen difíciles en una relación, una de las primeras soluciones que ofrece la gente es simplemente apartar a la persona de tu vida porque «tienes que hacer lo mejor para ti».

Si bien es cierto que las situaciones de abuso lo justifican y que la práctica de la paciencia debe hacerse con límites claros entre las personas, a veces se puede abusar de la solución de cortar lazos. Nos hace confiar demasiado en la noción de que nos va mejor cuando existimos completamente desvinculados de los que nos rodean. Dejamos que la gente se vaya con demasiada facilidad y evitamos tener conversaciones difíciles, dejando que los desacuerdos se conviertan en separación.

Las enseñanzas de la fe bahá’í nos animan a practicar la paciencia con nuestra familia y amigos. La paciencia nos da la fuerza necesaria para superar los momentos difíciles en lugar de desprendernos por completo cuando las cosas se complican:

Corresponde a quienquiera haya vuelto su rostro hacia el Horizonte Más Sublime aferrarse tenazmente al cordón de la paciencia y depositar su confianza en Dios, el que Ayuda en el Peligro, el Libre. – La epístola al hijo del lobo.

Ya sea si decidimos tender la mano a la familia y a los amigos cuando sabemos que lo necesitan, o si buscamos comunicarnos con más claridad cuando nuestros seres queridos nos lastiman, excluyendo las circunstancias de abuso o abandono, gravitar lejos del aislamiento de las personas significa gravitar hacia el fortalecimiento de la familia. Además de buscar la cercanía en las unidades familiares individuales, los escritos bahá’ís sugieren que valorar a quienes nos rodean en lugar de centrarnos únicamente en nosotros mismos tiene implicaciones para toda nuestra comunidad:

A menos y hasta que los creyentes lleguen a darse cuenta de que son una sola familia espiritual, unida por un vínculo más duradero de lo que puedan ser los meros lazos físicos, no podrán crear esa cálida atmósfera comunitaria que es la única que puede atraer los corazones de la humanidad, congelados por falta de amor y sentimiento reales. – Shoghi Effendi, Developing Distinctive Baha’i Communities, [Traducción provisional]

A medida que nuestras comunidades evolucionan y crecen, nuestras familias pueden extenderse mucho más allá de las confinadas definiciones que les asignábamos anteriormente. A medida que nos volvemos más familiares, amables, equitativos, cariñosos y justos, las familias individuales se fortalecerán. Y a medida que las familias reciban apoyo, los individuos encontrarán alegría en los demás por las hermosas relaciones que tienen en sus vidas.