Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Uno de los principios fundamentales de la Fe bahá’í –la creación o la elección de un idioma auxiliar universal para todos los habitantes de la Tierra– podría revolucionar la forma en que abordamos el crecimiento de la población.
Imagínelo: cuando comience el próximo curso escolar, los niños de todo el mundo podrían aprender su propio idioma materno y también un segundo idioma auxiliar. En una generación, todos los jóvenes serían bilingües. En dos generaciones, o tal vez tres, todos los habitantes de la Tierra podrían comunicarse.
Cuando pongamos en práctica este principio lleno de lógica, contribuirá a unir a la humanidad, y ayudará a moderar el crecimiento exponencial e insostenible de la población mundial.
En sus enseñanzas, Bahá’u’lláh escribió:
Se acerca el día en que todos los pueblos de la tierra habrán adoptado un idioma universal y un alfabeto común. Cuando se haya logrado esto, a cualquier ciudad adonde un hombre viaje será como si estuviera entrando en su propio hogar.
¿En qué nos beneficiaría un idioma auxiliar universal, y cómo podría ayudar a moderar la población mundial? Se me ocurren inmediatamente tres formas:
1. La comunicación impulsa la educación
Cuando los seres humanos pueden comunicarse entre sí, invariablemente se vuelven más educados. Los avances tecnológicos, sanitarios y políticos de una nación o una región del planeta se han limitado tradicionalmente a esas zonas debido a las barreras lingüísticas y culturales. Cuando eliminemos esas barreras y hagamos que la comunicación sea universal, permitirá que la educación avance simultáneamente al mismo ritmo en todo el mundo. Abdu’l-Bahá dijo:
Y entre las enseñanzas de Bahá’u’lláh está la creación de un idioma único que se difunda universalmente entre las gentes. Esta enseñanza ha sido revelada por la pluma de Bahá’u’lláh a fin de que ese idioma universal elimine los malentendidos entre la humanidad.
La eliminación de esos malentendidos, que es el objetivo de toda verdadera educación, puede unir a la humanidad.
2. La comunicación impulsa las aspiraciones
La comunicación de masas –internet, los medios de comunicación de masas, el cine y la televisión, incluso las tecnologías más antiguas como la radio y la prensa– contribuyen a la conciencia social y a la sensibilización. Cuando alguien de una sociedad que tiene un acceso limitado a la comunicación de masas moderna se encuentra con estas herramientas de comunicación y los mensajes positivos que pueden transmitir, ello supone una gran diferencia en sus vidas.
Por ejemplo: La revista International Family Planning Perspectives informa de que cuando las mujeres de la India, Pakistán y Bangladesh tienen acceso a contenidos generales de los medios de comunicación y a mensajes de planificación familiar a través de los medios de comunicación, esto tiene «un fuerte impacto en las actitudes y comportamientos reproductivos». El estudio muestra que las mujeres de esos países, que tradicionalmente tienen un alto crecimiento demográfico debido a la falta de conocimientos, educación y uso del control de la natalidad, son «más propensas a aprobar la planificación familiar que otras mujeres». Si se dispusiera de un lenguaje auxiliar universal, estos mensajes impulsados por los medios de comunicación podrían haberse transmitido a todas las mujeres de todos los países simultáneamente, en lugar de tardar décadas en hacerlo.
En París, durante los primeros años del siglo XX, Abdu’l-Bahá hizo hincapié en el principio bahá’í de un idioma auxiliar universal, al decir:
Todos pertenecen a la gran familia humana, pero el idioma es una barrera entre ellos. El mayor fundamento para lograr unidad y armonía entre las naciones es la enseñanza de un idioma universal. [Traducción provisional de Oriana Vento]
Los bahá’ís creen que cuando la humanidad supere la barrera de los múltiples idiomas con uno auxiliar universal, esto liberará una influencia modernizadora y moderadora en el mundo que ayudará a prevenir y resolver varios de los problemas más acuciantes del mundo.
3. La comunicación impulsa la unificación
En una charla que dio en Londres, Abdu’l-Bahá dijo: «Las diferencias de idioma causan desunión entre las naciones. Debe existir un idioma universal«.
Indudablemente, nuestra incapacidad para comunicarnos de forma directa y sencilla con los demás impide el diálogo, el intercambio de conocimientos y la paz entre los países. En París, en 1913, Abdu’l-Bahá dijo:
Uno de los grandes pasos hacia la paz universal sería el establecimiento de un idioma universal. Bahá’u’lláh dispone que los siervos de la humanidad deberían reunirse y escoger, o bien una lengua ya existente, o bien crear una nueva. Esto fue revelado en el Kitáb-i-Aqdas hace cuarenta años. Allí se señala que la cuestión de la diversidad de lenguas es muy complicada. Existen más de ochocientos idiomas en el mundo, y nadie podría aprenderlos todos.
Las razas de la humanidad ya no están aisladas, como en los días de antaño. Actualmente, para estar en estrecha relación con otros países es necesario saber hablar sus lenguas.
Un idioma universal haría posible el intercambio con todas las naciones. De este modo, sería necesario aprender sólo dos idiomas, la lengua materna y el idioma universal…
La diferencia de idioma es una de las causas más fructíferas de desacuerdo y desconfianza que existe entre las naciones, que se mantienen distantes por la imposibilidad de comprender el idioma de la otra, más que por ninguna otra razón. Si todo el mundo pudiese hablar una sola lengua, ¡cuánto más fácil sería servir a la humanidad!
Ahora tenemos las herramientas y la capacidad para realizar este cambio fundamental. Se han formulado muchas lenguas universales sincréticas, el esperanto quizá sea la más conocida y utilizada; y lenguas como el árabe, el chino mandarín y el inglés también se han extendido por todo el mundo con un amplio uso. Una de esas lenguas predominantes podría surgir con el tiempo como lengua universal, o un futuro sistema de gobierno global podría optar por enseñar una lengua seleccionada en las escuelas del mundo, además de las lenguas nativas en todas partes.
Cuando demos este paso, el mundo se unirá de una forma nueva y maravillosamente unificada, y de una forma que reducirá las presiones del crecimiento de la población sobre todos nosotros.
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