Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Siempre hay algo por lo que dar las gracias. Ya sea por la ropa que llevamos puesta, la comida que tenemos en la nevera, el techo que nos cubre o los seres queridos que tenemos en nuestras vidas, las bendiciones nos rodean por todas partes.
A veces, dejamos que las tensiones, las decepciones y las irritaciones diarias nos distraigan de estar agradecidos en el momento presente. Nuestro pasado se convertirá en nuestra historia y nuestro futuro ni siquiera está prometido. El presente es realmente un regalo que nunca debemos dar por sentado. Cuando vivimos con una actitud de gratitud, vemos el mundo con más belleza y, como dice el refrán, un corazón agradecido atrae bendiciones.
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Así que, mientras oramos por protección, crecimiento espiritual, sanación o ayuda de Dios, tomémonos también el tiempo para dar gracias a nuestro Creador. Que las siguientes oraciones bahá’ís de agradecimiento a Dios te ayuden a atesorar cada aliento que puedas tomar ahora mismo y cada momento que tengas con los que aprecias.
1. Una oración para dar gracias a Dios y pedir su ayuda continua
Me encanta esta oración que fue revelada por Bahá’u’lláh – el profeta y fundador de la Fe bahá’í. En esta oración, damos gracias a Dios por despertarnos y revivirnos con Su revelación. También pedimos a Dios que nos siga ayudando en todo momento y nos conceda su gracia. Bahá’u’lláh escribió:
¡Mi Dios, mi Adorado, mi Rey, mi Deseo! ¿Qué lengua puede expresar mis gracias a Ti? Yo era negligente, Tú me despertaste. Yo me había apartado de Ti, Tú me ayudaste bondadosamente a volverme hacia Ti. Yo era como un muerto, Tú me hiciste revivir con el agua de vida. Yo estaba marchito, Tú me reanimaste con la corriente celestial de Tu Palabra, que ha brotado de la Pluma del Todomisericordioso.
¡Oh divina Providencia! Toda la existencia es engendrada por Tu munificencia; no le niegues las aguas de Tu generosidad ni la prives del océano de Tu misericordia. Te imploro que me ayudes y me asistas en todo momento y en toda condición, y anhelo Tu antiguo favor del cielo de Tu gracia. Tú eres, en verdad, el Señor de la munificencia y el Soberano del reino de la eternidad.
2. Una oración para alabar a Dios y limpiar nuestros corazones
En esta oración bahá’í alabamos la gloria, el honor, la soberanía, la gracia, el asombro y el poder de Dios, y le pedimos que limpie los corazones de las personas para que puedan comprender mejor la revelación de Dios:
Toda alabanza sea para Ti, oh mi Dios, Quien eres la Fuente de toda gloria y majestad, de grandeza y honor, de soberanía y dominio, de sublimidad y gracia, de reverencia y poder. A quien Tú quieres le haces acercarse al Grandísimo Océano y a quien deseas le confieres el honor de reconocer Tu Muy Antiguo Nombre. De todos los que están en el cielo y en la tierra, nadie puede resistir la acción de Tu soberana Voluntad. Desde toda la eternidad, Tú has regido la creación entera, y por siempre continuarás ejerciendo Tu dominio sobre todo lo creado. No hay otro Dios más que Tú, el Omnipotente, el Exaltadísimo, el Todopoderoso, el Sapientísimo.
Ilumina, oh Señor, los rostros de Tus siervos para que puedan verte, y limpia sus corazones para que puedan volverse hacia la corte de Tus favores celestiales y reconocer a Aquel que es la Manifestación de Tu Ser y la Aurora de Tu Esencia. Verdaderamente, Tú eres el Señor de todos los mundos. No hay Dios sino Tú, el Libre, Quien todo lo subyuga.
3. Una oración para que los niños den gracias a Dios
Abdu’l-Bahá, una de las figuras centrales de la Fe bahá’í, reveló esta oración para que los niños den gracias a Dios por favorecerles y guiarles. Él escribió:
Él es Dios.
¡Oh, vosotros, hijos del Reino! Dad gracias a Dios porque, a esta tierna edad, habéis entrado en el Reino Divino. La generosidad y las dádivas de Dios os han rodeado. Cuando aún erais niños, Él os escogió y os eligió. Llegasteis a ser los íntimos de Sus misterios, mientras que aquellos de edad más madura permanecieron privados. Esto no es más que un don divino. Por tanto, dad gracias a Dios, diciendo:
¡Oh Dios compasivo! ¡Oh Señor de los Ejércitos! Alabado seas porque has preferido a estos niños pequeños sobre los adultos y les has concedido tus favores especiales. Los has guiado. Has sido bondadoso con ellos. Les has concedido iluminación y espiritualidad. Concédenos Tu confirmación para que, cuando crezcamos, nos dediquemos al servicio de Tu Reino, nos convirtamos en la causa de la educación de los demás, ardamos como velas radiantes y resplandezcamos como estrellas brillantes. Tú eres el Dador, el Otorgador, el Compasivo. [Traducción Provisional de Oriana Vento]
4. Una oración para agradecer a Dios y volverse hacia Él
En esta oración revelada por Bahá’u’lláh, ofrecemos nuestra sincera alabanza y gratitud al Todopoderoso, buscando humildemente Su ayuda para volvernos completamente hacia Dios y para revitalizar nuestras almas:
¡Magnificado sea Tu Nombre, oh Señor mi Dios! Tú eres Aquel a Quien todas las cosas adoran y no adora a nadie, Quien es el Señor de todas las cosas y no es vasallo de nadie, Quien conoce todas las cosas y no es conocido por nadie. Tú quisiste darte a conocer a la humanidad. Por tanto, mediante una palabra de Tu boca trajiste la creación a la existencia y diste forma al universo. No hay otro Dios sino Tú, el Modelador, el Creador, el Omnipotente, el Todopoderoso.
Te imploro, por esta misma palabra que ha brillado en el horizonte de Tu voluntad, que me permitas beber copiosamente de las aguas de vida con las que has vivificado los corazones de Tus elegidos y has reanimado las almas de quienes Te aman, para que, en todo momento y en toda condición, vuelva el rostro completamente hacia Ti.
Tú eres el Dios de poder, de gloria y de munificencia. No hay Dios sino Tú, el Gobernante Supremo, el Todoglorioso, el Omnisciente.
5. Una oración para dar gracias a Dios por fortalecernos en su amor
Bahá’u’lláh reveló esta oración que agradece a Dios por capacitarnos para ser firmes en el amor divino y reconocer a los mensajeros divinos que han revelado los mensajes de Dios a la humanidad a lo largo de la historia:
¡Glorificado eres Tú, oh Señor mi Dios! Te doy gracias por haberme permitido reconocer a la Manifestación de Ti mismo, por haberme separado de Tus enemigos y haber expuesto ante mi vista sus maldades y perversas acciones en Tus días, y por haberme librado de todo apego a ellos, y por hacer que me vuelva completamente hacia Tu gracia y Tus generosos favores. Te doy gracias, asimismo, por haberme enviado, desde las nubes de Tu voluntad, aquello que me ha purificado de tal modo de las insinuaciones de los infieles y las alusiones de los incrédulos que he fijado el corazón firmemente en Ti y he huido de aquellos que han negado la luz de Tu semblante. Te agradezco también que me hayas facultado para ser firme en Tu amor, proclamar Tu alabanza y ensalzar Tus virtudes. Y Te doy gracias por cuanto me has dado de beber del cáliz de Tu misericordia que ha superado todo lo visible y lo invisible.
Tú eres el Todopoderoso, el Más Exaltado, el Todoglorioso, el Amoroso.
Los escritos bahá’ís dicen:
En la más elevada oración el hombre ora sólo por amor a Dios, no por el temor a Él o al infierno, o porque espere favores del cielo… Cuando el hombre se enamora de un ser humano le es imposible no mencionar el nombre del ser amado. Cuánto más difícil es dejar de mencionar el Nombre de Dios cuando uno ha llegado a amarlo. El hombre espiritual no encuentra gozo en otra cosa que no sea la conmemoración de Dios.
Espero que estas oraciones bahá’ís te ayuden a expresar tu amor y gratitud al Creador de este hermoso e ilimitado universo.
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