Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
El mundo bahá’í trabaja a diario para aumentar el número de Casas de Adoración Bahá’ís en países, ciudades y pueblos de todo el mundo.
¿Por qué construir tales templos? Porque la emoción y la alegría de tal esfuerzo no podrían ser más palpables. Las Casas de Adoración Bahá’í son centros dedicados a la adoración, para todos, no solo para los bahá’ís, y ofrecen centros espirituales para actividades que incluyen a toda la comunidad, ya sea local, nacional o internacional. Dichos espacios son esenciales para la vida de una comunidad, su expansión y unificación.
En su Libro Más Sagrado, Bahá’u’lláh hizo un llamado a los pueblos del mundo para que construyan:
“…en todos los países casas de adoración en el nombre de Quien es el Señor de todas las religiones. Hacedlas tan perfectas como sea posible en el mundo del ser, y adornadlas con lo que es digno de ellas, no con imágenes ni efigies. Entonces, celebrad allí, con júbilo y alegría, la alabanza de vuestro Señor, el Más Compasivo. Verdaderamente, con Su recuerdo se alegran los ojos y se llena de luz el corazón”. – p. 55.
Abdu’l-Bahá se refirió también a esto:
“La sabiduría de erigir tales edificios es que, a una hora determinada, la gente sepa que es la hora de reunirse, que todos se congreguen y, en armoniosa concordancia, se dediquen a la oración; con el resultado de que, de esta reunión, se desarrollen y florezcan en el corazón humano la unidad y el afecto”. – Abdu’l-Bahá, Selecciones de los Escritos de Abdu’l-Bahá, p. 72.
Hasta ahora, la comunidad Bahá’í global ha establecido ocho Casas de Adoración Continental en cada uno de los continentes del mundo: América del Norte, Central y del Sur, África, Europa, Asia, Australia y las Islas del Pacífico.
Soy cantante y he tenido el profundo privilegio de cantar versos sagrados en cuatro de estas Casas de Adoración continentales.
Nunca olvidaré cómo mi voz siguió resonando mucho después de haber terminado una frase. El eco rebotaba de pared a pared, de esquina a esquina, y lentamente desaparecía antes de que pudiera pasar a la siguiente frase. No importa en qué Casa de Adoración cantara, el sonido resonaría de cualquier forma. Tuve que aprender, con el tiempo, a tomar las cosas con calma, a usar realmente este tiempo para meditar, concentrarme en mi aliento y reflexionar sobre las palabras sagradas que estaba cantando.
En las Casas de Adoración Bahá’í siempre hay un silencio reverente. Si se cae un pin, definitivamente lo oirías. Todas las Casas de Adoración Bahá’í tienen nueve lados, cada uno con una entrada, que simbolizan los diferentes caminos religiosos que conducen al único y verdadero Dios. Todas las Casas de Adoración Bahá’ís también tienen una cúpula central adornada con caligrafía que dice «Ya Baha’u’l-Abha», que se traduce como «Oh Tú, la Gloria del Más Glorioso». Estar bajo esta magnífica cúpula, orando con muchas otras almas de todos los ámbitos sociales, realmente te hace sentir una presencia sagrada.
He escuchado grupos de voces, coros, cantar las sagradas escrituras en diferentes idiomas, dependiendo de la Casa de Adoración en la que haya estado, alabando al creador y las enseñanzas unificadoras de Bahá’u’lláh. En cada Casa de Adoración, escuché melodías que eran únicamente relevantes para aquel continente, capturando sonidos, entonaciones y estilos específicos de las regiones, grupos étnicos e indígenas que circundan el Templo. Era casi como si estas palabras y melodías sagradas solo encajaran en estos espacios, que no se podía alcanzar el efecto completo en ningún otro espacio, en ningún otro lugar del mundo.
Si quieres experimentar la presencia mística y numinosa del Creador, encuentra una Casa de Adoración Bahá’í y ve a orar o escuchar música allí. Encontrarás al menos una de esas Casas de Adoración en cada continente, y cada vez más, comenzarás a encontrarlas en más y más localidades, a medida que la comunidad bahá’í global continúa construyéndolas en muchas comunidades diferentes. En el próximo ensayo de esta serie, descubriremos más sobre las nuevas Casas de Adoración bahá’ís locales, cómo la hermosa música de la voz humana las llena de canciones y lo que estas significan para el progreso de la humanidad.
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