Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
La consulta es un principio bahá’í por el cual un grupo de personas conversa libre y desprendidamente con el objetivo de tomar decisiones.
En mi vida tuve la suerte de ver a mis padres hacer crecer su propia empresa usando regularmente este principio con sus empleados. Lograron que su emprendimiento cumpla con todas las necesidades para crecer y desarrollarse de manera constante en un país económicamente tumultuoso como Argentina.
Fue muy evidente para mí que pudieron lograr mantener esta estabilidad gracias a la consulta, herramienta que provino de sus bases espirituales como miembros de la comunidad bahá’í, la cual aplicaron con suceso en su vida cotidiana.
Esta herramienta nos permite llegar a solucionar cualquier problema dentro de cualquier ámbito. En este otro artículo de Bahaiteachings.org: “¿Qué es la consulta bahá’í?» se explica un poco más sobre cómo se procede dentro de una consulta bahá’í, en este artículo, sin embargo, me gustaría compartir los frutos que se cosechan al practicar la consulta y algunos requisitos para que estas sean fructíferas.
Este progreso material fuertemente conectado con valores espirituales demostró en mi vida, una vez más, que la integridad de una vida espiritual nos da ventajas en un mundo cada vez más complejo. En el proceso de consulta bahá’í, todas las opiniones son valiosas, ya que no existe jerarquía y todos deben expresarse con humildad, sin apegarse a sus opiniones. Por ejemplo, ¿quién mejor que los empleados de una empresa que están lidiando con los problemas en la misma base para consultar sobre las posibles soluciones a esos problemas?
Para establecer una relación saludable dentro de un ambiente laboral, es de absoluta necesidad lograr construir un ambiente en el que todos quieran participar. Es importante la amabilidad a la hora de presentar nuestras ideas, especialmente si estas difieren de las expresadas por otro miembro de la consulta.
“Si sois conscientes de cierta verdad, si poseéis una joya de la que otros están privados, compartidla con ellos en un lenguaje de sumo afecto y buena voluntad… Una lengua amable es el imán del corazón de los hombres. Es el pan del espíritu, reviste de significado las palabras, es fuente de la luz de la sabiduría y el entendimiento…”. – Bahá’u’lláh, Pasajes de Los Escritos de Bahá’u’lláh, pág. 151.
La consulta nos lleva a mejorar todos los aspectos de nuestra vida, por ejemplo, si surge algún conflicto, pero mostramos una actitud de comprensión, escuchando a todas las partes, sin apegarnos a un resultado, y con la esperanza de unificar, indudablemente podremos establecer mejores relaciones, sea con nuestra pareja, familia, compañeros de trabajo o la comunidad que nos rodea. Si todas nuestras interacciones fueran así sería más fácil creer que el mundo puede ser un mejor lugar.
Los desafíos de consultar con múltiples participantes vienen a la hora de buscar una posible solución. A la vez, hacerlo es esencial para encontrar la mejor solución, ya que si estos encuentros se dan con personas que están desprendidas de su propia opinión, generarán la chispa que encenderá el fuego capaz de solucionar cualquier problema.
La brillante chispa de la verdad sólo se manifiesta después del choque de distintas opiniones. – Abdu’l-Bahá, Selecciones de los escritos de Abdu’l-Bahá, pág. 66.
Existen ciertas necesidades para aplicar esta técnica de manera fructífera. Una de ellas, sin lugar a duda, es encontrar la verdad y para ello debemos tener en cuenta que no todos tendremos los mismos marcos de referencia a la hora de analizar cualquier situación.
En todo asunto deben buscar la verdad cuidadosamente y no insistir en sus propias opiniones, ya que la terquedad y persistencia en el propio parecer llevará en último término a la discordia y disputa, y la verdad quedará oculta. – Abdu’l-Bahá, Bahá’í Administration, págs. 22-23.
Algo de suma importancia es lograr consultar de manera desprendida de nuestro propio punto de vista. Para esto nos es recomendado desprendernos de nuestras propias opiniones para poder abrazar las ideas de otros y lograr unidad.
Para poder encontrar la verdad, tenemos que abandonar nuestros prejuicios, nuestras propias triviales nociones; una mente amplia y receptiva es esencial. Si nuestro cáliz está lleno de nosotros mismos, no hay lugar en él para el Agua de la Vida. El hecho de pensar que tenemos la razón y que todos los demás están errados, es el más grande de todos los obstáculos en el camino hacia la unidad, y la unión es esencial si queremos alcanzar la verdad…- ‘Abdu’l-Bahá, La Sabiduría de ‘Abdu’l-Bahá, p. 163-164
Cuando logremos esto, podremos sentarnos a conversar sobre cualquier situación que aqueje nuestras vidas, ya sean comunales, de familia o individuales, y conseguiremos llegar a una solución que coincida con la realidad de un conjunto de individuos dispuestos a esforzarse por lograr un consenso. También podremos reanalizar situaciones cuando sea necesario. De esta manera podremos desarrollar orgánicamente una comunidad vibrante y próspera.
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