Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
¿Deberían los niños heredar la religión de sus padres? Esta pregunta tensa y cargada de emociones, tan sensible para tanta gente, plantea una gran controversia en todo el mundo actualmente.
Para recopilar información objetiva antes de abordar la pregunta, primero revisemos las investigaciones, para ver con qué frecuencia los niños heredan sus creencias religiosas de sus padres. Esto es lo que dijo un estudio reciente de Harvard sobre el tema:
A pesar de las tendencias generales de disminución de la participación religiosa, todavía hay una considerable continuidad religiosa intergeneracional en los Estados Unidos. Por ejemplo, las estimaciones recientes de las tasas de transmisión intergeneracional de afiliación religiosa fueron 82% en judíos, 85% en musulmanes, 62% en protestantes evangélicos y 43% en católicos … 59% de los padres que asistieron a servicios religiosos al menos una vez por semana tenían hijos quienes reportaron asistencia frecuente al servicio. – «Asociaciones de educación religiosa con salud y bienestar posteriores desde la adolescencia hasta la edad adulta: un análisis amplio de resultados», del American Journal of Epidemiology, 10 de septiembre de 2018, por Ying Chen y Tyler J. VanderWeele.
La herencia religiosa, lo que los investigadores llaman comúnmente «transmisión intergeneracional de afiliación religiosa», todavía ocurre a un ritmo bastante alto en los Estados Unidos. En otras naciones desarrolladas, especialmente en Europa, esa cifra puede ser menor. Sin embargo, en muchas de las naciones en vías de desarrollo del mundo, la herencia religiosa ocupa un lugar aún más alto que en los EE. UU. Normalmente, en muchas de las regiones del mundo, más del 90% de los niños adoptan automáticamente las creencias religiosas de sus padres.
Este es el principio básico que sustenta la perspectiva bahá’í sobre esta pregunta tan importante: los bahá’ís creen en la investigación independiente de la verdad. Nadie, dicen las enseñanzas bahá’ís, debería aceptar automáticamente ninguna religión simplemente por herencia:
En cuanto a creencias religiosas, hoy las naciones y pueblos son imitadores de sus antepasados. Si el padre de un hombre era cristiano, él también es cristiano; un budista es el hijo de un budista y un zoroastriano lo es de un zoroastriano…Esto es imitación absoluta. Lo que hoy se necesita es que el hombre investigue independiente e imparcialmente toda forma de realidad. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal, pág. 328.
Para responder a la pregunta planteada en el título de este ensayo: heredar su religión ciertamente puede ser útil; sin embargo, solo se vuelve realmente suyo cuando examina sus creencias de forma independiente y las acepta porque las encuentra verdaderas.
La creencia auténtica, y la paz y serenidad profunda que esta puede ofrecer, solo se hace posible cuando te pertenece conscientemente:
…a pesar de que la verdad de la religión divina ha sido siempre la misma, la humanidad esté sumergida en imitaciones e irrealidades. Las supersticiones han oscurecido la realidad fundamental, el mundo está obnubilado y la luz de la religión no se hace manifiesta. Es esta oscuridad la que conduce a diferencias y disensiones. Los ritos y los dogmas son muchos y variados, por tanto, la discordia ha surgido entre los sistemas religiosos, mientras que la religión procura la unificación de la humanidad. La verdadera religión es la fuente de amor y concordia entre los hombres, es la causa del desarrollo de cualidades loables. Pero la gente se adhiere a la falsedad y la imitación, negligente de la realidad que unifica, de modo que están ajenos y privados del esplendor de la religión. Siguen las supersticiones heredadas de sus padres y antepasados. Esto ha prevalecido a tal extremo que han quitado la luz celestial de la verdad divina y se sientan en la oscuridad de las imitaciones e imaginaciones. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal, pág. 193.
Cuando los padres esperan que sus hijos sigan ciegamente sus creencias y los adopten sin pensar antes de que si quiera puedan razonar adecuadamente o alcanzar la edad de madurez, no les dan la oportunidad a los niños de examinar a fondo esas creencias y decidir por sí mismos. Sin embargo, desafortunadamente, muchos padres, especialmente aquellos que fueron criados con la expectativa de seguir automáticamente la Fe de su familia, suelen tener una reacción violenta contra toda religión y rechazan a cualquier instrucción o entrenamiento espiritual en la crianza de sus propios hijos. Las enseñanzas bahá’ís aconsejan en contra de cualquiera de estos extremos:
Bahá’u’lláh promulgó la unidad fundamental de la religión. Enseñó que la realidad es una y no múltiple, que ella es el fundamento de todos los preceptos divinos y que los principios de la religión son, de este modo, los mismos. Han surgido gradualmente ciertas formas e imitaciones. Como éstas varían, han ocasionado diferencias entre los religiosos. Si dejamos de lado estas imitaciones y buscamos la realidad fundamental que subyace en nuestras creencias, alcanzamos una base de acuerdo debido a que es una y no múltiple. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal, pág. 190.
…sabed que Dios ha creado en el hombre el poder de la razón, que capacita al hombre para investigar la realidad. Dios no desea que el hombre imite ciegamente a sus padres y antepasados. Lo ha dotado con una mente o facultad de razonamiento y con ella ha de investigar y descubrir la verdad, y lo que encuentre real y verdadero debe aceptarlo. No debe ser un imitador o ciego seguidor de ninguna alma. No debe confiar en la opinión de ningún hombre sin cuestionar previamente. No. Cada alma debe buscar de modo inteligente e independiente para llegar a la conclusión real, obligado sólo por esa realidad. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal, pág. 298.
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