Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Creo que ser artista y bahá’í significa servir a través de mi arte: inspirar a otros, influir y hacer cambios en el mundo.
Para mí, como bailarina, la expresión artística significa compartir, dar y adorar a Dios. Mis emprendimientos como bailarina y coreógrafa, como profesora de danza y del idioma español a través del movimiento, son la forma como adoro y muestro mi amor por la Fe Bahá’í.
Si desea ejemplos de cómo el arte puede cambiar la sociedad, mire a los increíbles muralistas que han transformado muros en todo el mundo, llamando nuestra atención sobre la grave situación de los bahá’ís en Irán. Observa a los increíbles músicos que han puesto melodía a los versos sagrados de los escritos bahá’ís e inspirado a tantos. Mire las presentaciones teatrales que dan vida a momentos e historias preciosos en la historia de Bahá’í, como Tahirih, la Pura, que ha inspirado a tantas mujeres en todo el mundo a ser excepcionales.
Mi modalidad artística personal es la danza y mi objetivo es servir a la humanidad a través de coreografía, performance y programas educativos. Mi servicio a la humanidad implica encontrar mi modalidad artística, perfeccionarla, educarme en el oficio de la danza tomando clases e investigando y compartiendola con el mundo de una manera positiva, curativa e inspiradora:
“La persona que fabrica un pedazo de papel con toda la habilidad de que es capaz, concienzudamente, concentrando sus fuerzas en perfeccionarlo, está alabando a Dios. En pocas palabras, todo esfuerzo y dedicación realizados por una persona con todo su corazón, es adoración, si están inspirados en motivos elevados y el deseo de servir a la humanidad”. – La Sabiduría de Abdu’l-Bahá, p. 214.
Como artista y bahá’í, la visión de Bahá’u’lláh para la unidad mundial que lo abarca todo me inspira más que cualquier otra cosa: “Que vuestra visión abarque a todo el mundo, en lugar de limitarse a vuestro propio ser”. – Las Tablas de Bahá’u’lláh, p. 57.
Esta grandiosa cita es la que uso más en mi trabajo. Al tratar de internalizarla y demostrar los atributos de inclusión y desprendimiento, he viajado mucho y he trabajado con diversas personas para inspirar mi corazón con diferentes culturas de la India, Zimbabwe y otras partes de África, el Caribe, Chile, España y los Estados Unidos. Enseño, actúo y hago coreografías en un estilo de baile de fusión que he creado combinando flamenco de España, Bharatanatayam de la India, estilos contemporáneos de los Estados Unidos, Salsa / merengue / bachatta del Caribe, cueca de Chile y danza zimbabuense. La fusión de estos estilos que se unen como una muestra nuestra unidad, demostrando cómo estamos conectados e interconectados.
Con mi arte, espero inspirar a otros hacia esa visión global y ayudar a todos a ver la belleza del mundo:
“Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama. Proceded uno con otro con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo. ¡Aquel, quien es el Sol de la Verdad, es mi testigo! Tan potente es la luz de la unidad que puede iluminar toda la tierra”. – Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh, p. 151.
Mi objetivo, meta y aspiración en esta vida es el servicio, la adoración y ayudar a elevar el mundo a través de creación:
«…Las artes, los oficios y las ciencias elevan al mundo del ser y conducen a su exaltación. El conocimiento es como alas para la vida del hombre y una escalera para su ascenso. Su adquisición incumbe a todos…
En verdad, el conocimiento es un verdadero tesoro para el hombre y una fuente de gloria, de generosidad, de gozo, de exaltación, de alegría y de regocijo para él”. – Bahá’u’lláh, La Epístola al Hijo del Lobo, p. 47.
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