Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Cada uno de nosotros ha sido afectado por la crisis sanitaria desde el lugar en el que estamos. ¿Cómo podemos encontrar una luz en medio de esta situación?
Estamos atravesando momentos difíciles y cada uno lo experimenta de forma diferente: mientras algunos están en sus casas aburridos y solo quieren salir, otros se enfrentan a situaciones aun más difíciles. Si bien no podemos arreglar esta situación, hay algo que sí podemos hacer que mejoraría nuestro estado actual: tratar de encontrar felicidad y esperanza. Pero esto requiere que miremos la situación de una manera distinta.
Podemos entender la felicidad como un estado espiritual que depende de cada uno de nosotros. Las enseñanzas bahá’ís nos dicen que “Cualquiera puede ser feliz en una posición de comodidad, desahogo, éxito, salud, placer y gozo; pero si uno es feliz en época de adversidad, sufrimientos y mala salud, es esto una prueba de nobleza”. – Bahá’u’lláh y la Nueva Era, pág. 62.
Es una tarea realmente difícil buscar ser feliz en medio de la adversidad. Los escritos bahá’ís nos ayudan a elevar nuestro entendimiento sobre el significado de las dificultades y lo que sucede en nosotros cuando las atravesamos.
«La mente y el espíritu del ser humano avanzan cuando es probado por el sufrimiento. Cuanto más se are la tierra mejor crecerá la semilla y tanto mejor será la cosecha. Así como el arado surca la tierra profundamente, limpiándola de cardos y malezas, del mismo modo el sufrimiento y la tribulación liberan al ser humano de las mezquindades de esta vida mundana, hasta que alcanza un estado de completo desprendimiento. Su actitud en este mundo será de divina felicidad (…). Fijaros en el pasado y descubriréis que las personas más notables son las que más sufrieron”. – Abdu’l-Bahá, La sabiduría de Abdu’l-Bahá, p. 59
Vemos así que en momentos de dificultad podemos crecer espiritualmente, que la felicidad es una elección que todos tenemos frente a nosotros. Hay muchas razones para sonreír y sentirse feliz, en lugar de centrarnos en aquello que nos apaga. En estos días, ser causa de alegría para los que nos rodean, dar amor y brindar lo más bello que tenemos es realmente valioso, pues contribuye a nuestra felicidad y a la de los demás.
Reconocemos que esta crisis afecta a toda la humanidad, pero es importante darnos cuenta que esta no es su única afección. Existen muchas otras dificultades que generan odio y enemistad y que son causa de sufrimiento. Al pensar en todos estos males caemos en cuenta de que hay una necesidad de unidad en el mundo; una unidad que, de alcanzarse, conducirá el avance de nuestra civilización. Entre los escritos de Bahá’u’lláh, el fundador de la Fe bahá’í, encontramos: «Dirigid vuestros rostros hacia la unidad y dejad que el fulgor de su luz brille sobre vosotros. Reuníos y por amor a Dios, decidíos a extirpar todo lo que sea fuente de discordia entre vosotros. Entonces, el resplandor del gran Lucero del mundo envolverá a toda la tierra y sus habitantes llegarán a ser los ciudadanos de una sola ciudad y los ocupantes de un solo trono».
Cada vez adquirimos mayor consciencia de que la unidad de la humanidad es inevitable y esto genera mayor esperanza y felicidad en nuestros corazones. Muchos problemas se podrían resolver si se estableciera la unidad mundial; se podría alcanzar una visión unificada de las leyes sanitarias, implementar una educación basada en tanto conocimientos científicos como principios espirituales, desarrollar formas para la resolución de conflictos, entre otros. Como miembros de la familia humana, es importante vernos como agentes necesarios para alcanzar esta meta.
Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama. Proceded uno con otro con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo. – Bahá’u’lláh, Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh.
Si tratamos a los demás con mayor justicia, demostramos bondad y nos desprendemos de nosotros mismos para pensar en el bienestar de los demás, entonces contribuimos a crear unidad, y por lo tanto felicidad, ya que la unidad está fuertemente vinculada con la adquisición de cualidades espirituales. Al actuar de esta manera, podremos ver una gran diferencia en nuestro día a día, en quienes nos rodean y en nosotros mismos.
No os contentéis con demostrar amistad sólo con palabras; dejad que vuestro corazón se encienda con amorosa bondad hacia todos los que se crucen en vuestro camino. – Abdu’l-Bahá, La sabiduría de Abdu’l-Bahá.
Son muchas las cualidades latentes en nosotros que podemos dejar que se enciendan en nuestros corazones. Estos días, en los que muchos estamos en cuarentena, podemos considerarlos como una oportunidad para reflexionar y hacer ajustes en nuestra vida. Es ahora el momento de mostrar más amor unos a otros y así contribuir a la anhelada unidad del mundo.
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