La Casa Universal de la Justicia
Única entre las grandes religiones del mundo, la fe bahá’í se gobierna a sí misma democráticamente.
Cuando Bahá’u’lláh fundó la fe bahá’í en 1863, la imaginó con una administración unificadora, elegida democráticamente, libre de la influencia de cualquier tipo de clero, grupo de poder o gobernantes designados. Cien años después, en 1963, los bahá’ís del mundo eligieron la primera Casa Universal de Justicia, el órgano administrativo supremo que Bahá’u’lláh había ordenado originalmente:
A los hombres de la Casa de Justicia de Dios les han sido encomendados los asuntos del pueblo. Ellos son, en verdad, los Fideicomisarios de Dios entre Sus siervos y las auroras de autoridad en Sus países. ¡Oh, pueblo de Dios! Lo que educa al mundo es la Justicia, puesto que está sostenida por dos pilares: la recompensa y el castigo. Estos dos pilares son la fuente de vida para el mundo. Siendo que cada día hay un nuevo problema y que para cada problema hay una solución adecuada, estos asuntos deben remitirse a los Ministros de la Casa de Justicia, para que ellos actúen de acuerdo con las necesidades y exigencias de los tiempos. – Bahá’u’lláh, Las tablas de Bahá’u’lláh.
Esta notable institución -el primer organismo elegido realmente global del planeta- ahora administra, dirige y guía con amor a la comunidad mundial bahá’í. Puede ver el sitio web de la Casa Universal de Justicia aquí: universalhouseofjustice.bahai.org
Los órganos elegidos toman todas las decisiones legislativas de la fe bahá’í. Ningún bahá’í tiene ningún poder. A nivel local, las Asambleas Espirituales Locales elegidas dirigen los asuntos de la comunidad; y a nivel nacional, las Asambleas Espirituales Nacionales son elegidas por delegados cada año. Esos miembros de la Asamblea Espiritual Nacional eligen la Casa Universal de Justicia cada cinco años. Este proceso democrático, y el hecho de que los bahá’ís no tienen clero, asegura que la Fe siga un camino unido, y explica una de las principales razones por las que la fe bahá’í permanece unida más de un siglo en su historia.
La Casa Universal de Justicia, a la que a veces se hace referencia por sus iniciales «CUJ», reside en el Centro Mundial Bahá’í de Haifa (Israel). Promulga leyes «que no están expresamente registradas en el Libro», de acuerdo con los escritos bahá’ís, legislando sobre temas no contemplados en los escritos originales de Bahá’u’lláh y Abdu’l-Bahá.