Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
«La paz», dicen las enseñanzas bahá’ís, es «el fundamento de la religión de Dios». – Abdu’l-Bahá, Selecciones de los escritos de Abdu’l-Bahá.
Algunos podrían objetar esta afirmación porque, sí, los seguidores de las religiones pasadas no siempre han actuado pacíficamente. Los hombres han utilizado las enseñanzas religiosas como excusa para la guerra desde tiempos inmemoriales, siempre afirmando que Dios estaba de su lado. El clero y los líderes de varias religiones incluso han promovido la guerra en el pasado, y algunos todavía lo hacen.
De hecho, gran parte de la historia del mundo cuenta la historia de prolongadas guerras religiosas como las Cruzadas, en las que personas de diferentes creencias lucharon por la supremacía de sus religiones, literalmente durante siglos. Así que, con esa historia en mente, ¿la religión causa la guerra o la paz?
El volvernos a las enseñanzas originales de la mayoría de las grandes religiones del mundo puede ayudarnos a encontrar respuesta a esa pregunta. Cuando se establecieron por primera vez, las principales religiones del mundo aconsejaron a sus creyentes a aplacar sus instintos violentos y a caminar en paz con todas las personas:
Que el hombre encuentre el camino del Espíritu: quien ha encontrado este camino se libera de las ataduras del mal. Quién sabe esto ha encontrado la paz; él es el señor de sí mismo … – Los Upanishads hindúes
La paz es grande porque la paz es para la tierra lo que la levadura es para el pan. Si el Ser Santo, bendito sea, no hubiera traído paz a la tierra, las espadas y los hombres, como las bestias de los campos, destruirían el mundo. – El Talmud.
…las armas son objetos de mal augurio. El hombre ilustrado no las usa excepto cuando no puede evitarlo. Su gran deseo es la paz, y no se alegra en la conquista. Alegrarse en la conquista es alegrarse por la pérdida de vidas humanas. El que se alegra con el derramamiento de sangre no es apto para gobernar el país. – el Tao Te Ching
Yo Deganawidah y los jefes de nuestras Cinco Naciones de la Gran Paz, arrancamos el pino más alto y debajo de él arrojamos todas las armas de guerra.
En lo profundo de la tierra, en el inframundo… arrojamos todas las armas de guerra. Las desterramos de la vista para siempre… y replantamos el árbol… Así se establecerá la Gran Paz. – Deganawidah, el Pacificador Iroqués
Pero la sabiduría de lo alto es pura, ante todo; es también pacífica, gentil y amigable; está llena de compasión y produce una cosecha de buenas obras; está libre de prejuicios e hipocresía. Y la bondad es la cosecha que se produce de las semillas que los pacificadores plantan en paz. – Santiago 3:17-3:18.
¿Os digo qué es mejor que las oraciones, el ayuno y la limosna para los pobres? Es hacer la paz unos entre otros: la enemistad y la malicia destruyen todas las virtudes. – Muhammad, de un hadiz musulmán
Luego, después de que los fundadores de estas grandes religiones fallecieron y la influencia de sus mensajes de paz disminuyó gradualmente con el tiempo, cada religión declinó y cayó presa de fuerzas hostiles y violentas, utilizadas como pretexto para la guerra: el establecimiento de las religiones divinas es para la paz, no para la guerra y el derramamiento de sangre. Como todas están basadas en una realidad que es amor y unidad, las guerras y disensiones que han caracterizado la historia de la religión se debieron a las imitaciones y supersticiones que surgieron después. La religión es realidad, y la realidad es una. Los fundamentos de la religión de Dios son en realidad uno. No hay diferencia ni cambio en los principios. La variación es causada por las ciegas imitaciones, el prejuicio y la adherencia a formas que aparecen más tarde; y como éstas difieren, el resultado es la contienda y discordia. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.
Las hermosas enseñanzas religiosas sobre la paz, dicen los escritos bahá’ís, han sido verificadas, reafirmadas y revivificadas por el nuevo ímpetu espiritual de la revelación bahá’í, que tiene como objetivo principal el establecimiento de la paz universal y la erradicación de la guerra:
Estas ciegas imitaciones son contrarias a la base fundamental de las religiones divinas, porque las religiones divinas en su enseñanza esencial están basadas en unidad, amor y paz, en tanto que estas variaciones e imitaciones siempre han producido guerra, sedición y lucha. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.
Los bahá’ís creen que Bahá’u’lláh trajo un nuevo mensaje de paz al mundo, uno que hace énfasis en la eliminación de la violencia, la desmilitarización y un sistema global de gobierno, todo ello en nombre de un final permanente y universal a la guerra:
Ha salido el Sol de la Verdad en el horizonte de este mundo y ha vertido sus rayos de guía. La gracia eterna nunca se interrumpe, y un fruto de esa gracia sempiterna es la paz universal. Ten la seguridad de que en esta era del espíritu, el Reino de la Paz erigirá su tabernáculo sobre las cumbres del mundo, y los mandamientos del Príncipe de la Paz dominarán de tal modo las arterias y los nervios de todos los pueblos, que atraerán hacia Su sombra protectora a todas las naciones de la tierra.
…La paz debe establecerse primero entre los hombres, hasta que al final conduzca a la paz entre las naciones. Por consiguiente, oh bahá’ís, esforzaos todo cuanto podáis por crear, mediante el poder de la Palabra de Dios, genuino amor, comunión espiritual y lazos perdurables entre las personas. Ésta es vuestra tarea. – Abdu’l-Bahá, Selecciones de los escritos de Abdu’l-Bahá.
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