Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
¿Ha visto alguna vez una Casa de Adoración bahá’í? A veces se les llaman Templos, pero también se conocen por una frase árabe, «Mashriqu’l-Adhkar», que significa «el lugar del amanecer del recuerdo de Dios».
Si ha visto o visitado uno, ha participado en lo que parece ser una fascinación universal por estos singulares y llamativos lugares de culto, abiertos a todos los pueblos del mundo. Muchas de ellas han ganado múltiples premios de arquitectura por establecer nuevos estándares y superar los límites del diseño, especialmente el Templo del Loto en la India y el Templo Bahá’í en Chile. En sitios como Yelp, la gente describe los templos bahá’ís como «tranquilos», «serenos», «pacíficos» y «hermosos».
De hecho, si se hace una búsqueda de palabras clave para determinar las formas en que la gente busca la palabra «Bahá’í» en Google, se encontrará que el término «Templos Bahá’í» supera a todo lo demás por mucho.
Todos son bienvenidos
Los templos bahá’ís están reservados exclusivamente para la adoración. Todo el mundo, independientemente de sus creencias, es bienvenido. No son iglesias, mezquitas o sinagogas, sino que están destinados a unir a todas las personas en el amor de un solo Creador. Cada Casa de Adoración bahá’í tiene nueve lados y nueve puertas, que simbolizan los muchos caminos hacia el único Dios verdadero. En ellas, nunca se escuchará ningún tipo de sermón y solo se leen, cantan o entonan los textos sagrados de las grandes religiones del mundo.
Hasta hace poco, existían templos bahá’ís en todos los continentes, ubicados:
Australia
Chile
Alemania
India
Panamá
Samoa
Uganda
Estados Unidos
Pero a estas Casas de Adoración continentales se les ha unido recientemente un nuevo y creciente conjunto de otros Templos bahá’ís. En su mensaje anual a los bahá’ís del mundo en 2012, la Casa Universal de Justicia, el órgano administrativo mundial bahá’í elegido democráticamente, anunció planes para la construcción de dos Casas Nacionales de Adoración bahá’ís, ambas actualmente en construcción:
la República Democrática del Congo
Papúa Nueva Guinea
Además, ya se han abierto las primeras Casas de Adoración bahá’ís locales en cada una de las siguientes zonas:
Battambang, Camboya
Norte del Cauca, Colombia
Matunda Soy, Kenia
Tanna, Vanuatu
Actualmente se está construyendo una Casa de Adoración local más, en Bihar Sharif, India. Le seguirán muchas, muchas más.
Casas de Adoración en todas partes
En el futuro, los bahá’ís creen que cada ciudad, pueblo y aldea tendrá una Casa de Adoración bahá’í. En 2012, la Casa Universal de Justicia escribió a los bahá’ís del mundo y dijo:
El terreno abierto por la mano de Abdu’l-Bahá hace cien años [en Wilmette, Illinois, para la Casa de Adoración bahá’í de Norteamérica] se abrirá de nuevo en siete países más, siendo esto solo el preludio del día en que dentro de cada ciudad y pueblo, en obediencia al mandato de Bahá’u’lláh, se levante un edificio para la adoración del Señor. Desde estos Puntos de Amanecer del Recuerdo de Dios brillarán los rayos de Su luz y repicarán los himnos de Su alabanza.
Las decisiones necesarias para la construcción de un nuevo templo se toman cuando las comunidades bahá’ís han crecido significativamente en tamaño y vitalidad; cuando existe un amplio compromiso y apoyo a las actividades de la Fe entre las poblaciones locales; y cuando el compromiso con la acción social es evidente.
Los templos en sí mismos son, al final, solo edificios, y solo una parte de la visión de Bahá’u’lláh para el Mashriqu’l-Adhkar. Abdu’l-Bahá previó que las Casas de Adoración bahá’ís llegarían a ser «una de las instituciones más vitales del mundo», y describió su verdadero propósito como la combinación de dos aspectos esenciales e inseparables de la vida bahá’í: la adoración y el servicio.
La Casa de Adoración bahá’í y el servicio
Cada Casa de Adoración bahá’í, dedicada al principio bahá’í de la unidad de la humanidad, tiene un doble propósito: la adoración de Dios y la prestación de un servicio desinteresado a la humanidad.
Abdu’l-Bahá se refirió a varias «dependencias» centradas en el servicio que debían establecerse como parte de cada complejo de Mashriqu’l-Adhkar, incluyendo un hospital, un dispensario de medicamentos para los pobres, un hospicio para viajeros, una escuela para huérfanos, un hogar para enfermos y discapacitados, una universidad para estudios avanzados y «otros edificios filantrópicos» abiertos a personas de todas las razas, etnias y religiones.
Estas dependencias fueron descritas posteriormente por Shoghi Effendi, el Guardián de la Fe bahá’í, en términos generales, como «instituciones de servicio social» que alivian el sufrimiento, sostienen a los pobres y proporcionan refugio, consuelo y educación.
Shoghi Effendi describió las dependencias que un día rodearán a cada templo para cumplir con el componente de servicio:
Debe tenerse en cuenta que el Edificio central del Mashriqu’l-Adhkár, alrededor del cual, en la plenitud de los tiempos, se agruparán las instituciones de servicio social que proporcionarán alivio a los que sufren, sustento a los pobres, refugio a los viajeros, consuelo a los afligidos y educación a los ignorantes, debe ser considerado aparte de estas Dependencias, como una Casa únicamente diseñada y enteramente dedicada a la adoración de Dios de acuerdo a los pocos pero definitivamente prescritos principios establecidos por Bahá’u’lláh … [Traducción provisional].
Abdu’l-Bahá describió cómo debería ser cada Casa de Adoración:
Abdu’l-Bahá describió cómo debe ser cada Casa de Adoración:
El Mashriqu’l-Adhkar debe ser circular.
Debe tener nueve avenidas, nueve jardines, nueve fuentes, así que es nueve sobre nueve, todo de nueve. Es como un hermoso ramo de flores. Imagínate un edificio de esa belleza en el centro, muy elevado, rodeado centralmente de jardines, de flores abigarradas, con nueve avenidas entrelazando nueve jardines, nueve estanques y nueve fuentes, ¡y mira qué encantador debe ser! Así es como debe ser. Es incomparable, muy hermoso. Tal debe ser el diseño. Y ahora están trabajando en la construcción de un Hospital y una Escuela para Huérfanos y un Hogar para Lisiados y un gran Dispensario y un Hospicio. Ahora están planeando, pensando en estas cosas. Cuando ello, si Dios quiere, esté terminado, ¡será un Paraíso! No habrá mayor geometría que ésta… [Traducción provisional]
El significado del número nueve en este contexto representa las nueve religiones principales del mundo, el hinduismo, el jainismo, el judaísmo, el zoroastrismo, el budismo, el cristianismo, el islam, la fe babi y la fe bahá’í, y el hecho de que todos son bienvenidos, independientemente de sus creencias.
Todos los fondos para estos proyectos proceden de los esfuerzos sacrificados de devotos bahá’ís de todo el mundo. Nunca se utilizarán fondos externos.
Aunque a simple vista el Mashriqu’l-Adhkar pueda parecer solo una serie de edificios, todos ellos se combinan para lograr un poderoso efecto espiritual. Los escritos bahá’ís nos dicen que estas Casas de Adoración forjan lazos de unidad de corazón a corazón; sirven como centro colectivo para todas las almas; crean seguridad, constancia y paz; liberan fuerzas espirituales; inspiran a los amantes de Dios, deleitan sus corazones y hacen que se vuelvan firmes y constantes; y son vitales para la regeneración del mundo.
Todas estas razones demuestran la potencia y la posición única del Mashriqu’l-Adhkar, una de las instituciones más destacadas concebidas por Bahá’u’lláh. ¡Oh Dios, acelera el día en que veamos esta maravillosa Institución en todos los rincones del mundo!
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