Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Las enseñanzas bahá’ís animan a todos a meditar y orar cada día.
Pero los bahá’ís no se limitan a orar y luego esperar que las condiciones del mundo mejoren de algún modo. Por el contrario, Bahá’u’lláh y Abdu’l-Bahá siempre aconsejaron a los bahá’ís que combinaran la oración y la acción. Cuando Abdu’l-Bahá visitó Londres en 1912, le preguntaron: «¿Debe la oración tomar forma de acción?». Él respondió:
Sí, en la Causa Bahá’í, las artes, las ciencias y todos los oficios son [considerados como] adoración… En pocas palabras, todo esfuerzo y dedicación realizados por una persona con todo su corazón, es adoración, si están inspirados en motivos elevados y el deseo de servir a la humanidad. Esto es adoración: servir a la humanidad y proveer las necesidades de las gentes. El servicio es oración. Un médico atendiendo a los enfermos cariñosa, tiernamente, libre de prejuicios y creyendo en la solidaridad de la raza humana, está ofreciendo alabanzas.
Entonces, ¿qué aconsejan los escritos bahá’ís a la humanidad sobre la guerra? ¿Cómo podemos, como meros individuos, influir en las hostilidades armadas entre naciones?
En primer lugar, podemos orar:
¡Oh bondadoso Señor! Tú has creado a toda la humanidad del mismo linaje. Has decretado que todos pertenezcan a la misma familia. En Tu Santa Presencia, todos son Tus siervos, y toda la humanidad se cobija bajo Tu Tabernáculo; todos se han reunido alrededor de Tu Mesa de Munificencia; todos están iluminados por la luz de Tu Providencia.
¡Oh Dios! Tú eres bondadoso con todos, das sustento a todos, ofreces asilo a todos, confieres vida a todos. Tú has dotado a todos y a cada uno de talento y facultades, y todos están sumergidos en el Océano de Tu Misericordia.
¡Oh bondadoso Señor! Une a todos. Haz que las religiones concuerden y haz de las naciones una sola, a fin de que se vean unas a otras como una sola familia y consideren a toda la humanidad como un solo hogar. Que vivan todas en perfecta armonía.
¡Oh Dios! Levanta el estandarte de la unidad de la humanidad.
¡Oh Dios! Establece la Paz Mayor.
¡Oh Dios! Une firmemente los corazones entre sí.
¡Oh Padre bondadoso, Dios! Alegra nuestros corazones con la fragancia de Tu amor. Ilumina nuestros ojos con la Luz de Tu Guía. Deleita nuestros oídos con la melodía de Tu Palabra, y ampáranos a todos en la Fortaleza de Tu Providencia.
Tú eres el Poderoso y el Fuerte. Tú eres el Perdonador y Tú eres Quien pasa por alto las flaquezas de toda la humanidad.
Y entonces podemos actuar. Las enseñanzas bahá’ís abogan por varias acciones individuales concretas que cada persona puede realizar para ayudar al mundo a eliminar la guerra:
- En primer lugar, Bahá’u’lláh dijo que es mejor morir que matar. Las enseñanzas bahá’ís condenan, enfática e inequívocamente, cualquier forma de violencia física.
- Los bahá’ís se toman en serio esa ley y creen que, si trabajamos por la unidad de la humanidad, con el tiempo desaparecerá la discordia y la contienda y caerá el imperio de la guerra y la carnicería.
- Las enseñanzas bahá’ís dicen que todos podemos trabajar para eliminar los prejuicios, el racismo y el nacionalismo en nuestra vida cotidiana.
- Los bahá’ís creen que luchar por la igualdad de mujeres y hombres marca una enorme diferencia en el progreso del mundo hacia la paz: Cuando las mujeres participen en forma plena y en un pie de igualdad en los asuntos del mundo, entren con confianza y capacidad en los grandes campos de las leyes y la política, las guerras cesarán, porque la mujer será su obstáculo e impedimento. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.
- Por último, los bahá’ís se esfuerzan por lograr la unidad humana y religiosa, pues creen que: “El don de Dios a esta era iluminada es el conocimiento de la unidad de la humanidad y de la unidad fundamental de la religión. La guerra cesará entre las naciones, y por la voluntad de Dios vendrá la Más Grande Paz; el mundo será visto como un mundo nuevo, y todos los hombres vivirán como hermanos». – Abdu’l-Bahá, [Traducción Provisional de Oriana Vento], p. 273.
Este fuerte énfasis bahá’í en la paz internacional nos pide que desarrollemos una nueva conciencia interior pacífica, ante todo, con la ayuda de la oración y la meditación; y que luego tomemos esa realización personal orientada a la paz y la extendamos a todos los que nos rodean:
Yo espero que vosotros emplearéis vuestro entendimiento para promover la unidad y tranquilidad de la humanidad, para proporcionar ilustración y civilización al pueblo, para generar amor a vuestro alrededor, y para hacer posible la paz universal. Estudiad las ciencias, adquirid cada vez más conocimiento.
¡Ciertamente debemos aprender hasta el fin de la vida! Emplead vuestro conocimiento siempre en beneficio de los demás; de tal mod o que la guerra sea borrada de la superficie de esta hermosa tierra, y sea erigido un glorioso edificio de paz y concordia.
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