Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
¿Alguna vez ha cometido errores en la vida, errores que afectaron su futuro y el futuro de otras personas también? Sé que yo sí. Esos errores ahora se han convertido en parte de mi carga de vida.
Algunas personas me rechazaron a causa mis errores, mientras que otras me aceptaron junto con ellos. Algunos dijeron: «deberías avergonzarte», como si debiera vivir con la culpa por el resto de mi vida, solo para que ellos puedan seguir recordándomelo.
Tal vez, si no aprendiera de mis errores y simplemente aceptara las consecuencias, entonces podría entender el porqué de esos comentarios. En su mundo, yo no he crecido. En mi mundo, yo tampoco habría crecido.
Tal vez, esto pueda sorprenderlo, pero hace mucho tiempo decidí dejar de lado rápidamente el arrepentimiento, pero no pretendiendo que no sucedió nada o pensando que no hice nada malo. Más bien, me he dado cuenta de que el arrepentimiento tiene un propósito. Te dice:»¡ve arregla la situación!¡haz lo mejor que puedas!».
En lugar de lamentarme, decidí intentar aprender una lección valiosa de mis errores. Me disculpé, acepté las consecuencias y luego traté de perdonarme. Si no hubiera hecho esto, mi equipaje me habría abatido y probablemente habría cometido el mismo error otra vez, lastimando a más personas en el camino.
Nuestras Dos Vidas: Física y Espiritual.
Esta forma de ver los errores, que todos inevitablemente cometemos, simplemente significa que debemos elegir sabiamente en la vida. La sabiduría se desarrolla al tomar diferentes decisiones y al aceptar las consecuencias de estas, luego aprendiendo cómo elegir más sabiamente en el futuro. Toda persona sabia ha cometido muchos, muchos errores y ha aprendido de ellos.
Creo que los humanos tenemos dos vidas coexistentes dentro de nosotros. Una es la vida animal o el física, y otra la del espíritu. Llamemos a la primera la naturaleza inferior y la segunda, la naturaleza superior. Estos tienen un papel muy importante en nuestras vidas que afectan a cada una de nuestras decisiones. La naturaleza inferior se hace manifiesta en el engaño, la injusticia, las acciones pecaminosas y la tiranía, mientras que la naturaleza superior, en nuestros buenos hábitos, cualidades nobles , virtudes y amor.Las enseñanzas bahá’ís brindan claridad sobre la naturaleza dual de nuestra realidad humana:
«Es evidente, por lo tanto, que el hombre tiene dos aspectos: como animal está sujeto a la naturaleza, pero en su ser espiritual o consciente transciende el mundo de la existencia material. Sus poderes espirituales, siendo más nobles y más elevados, poseen virtudes de las cuales la naturaleza intrínsecamente no tiene evidencia, por lo cual ellos triunfan sobre las condiciones naturales». – Abdu’l-Bahá , La Promulgación a la Paz Universal , pág. 98.
Cada vez que tenga que tomar una decisión, debe elegir cuál de estas dos naturalezas está tomando la decisión. Si ni siquiera es consciente de su existencia, es probable que reaccione en función de su naturaleza más baja y material. Un martillo pasa de ser una herramienta a ser un arma. La química, en algún momento utilizada para tratar enfermedades, ahora se usa como gas nervioso para la guerra.
La carretera de posibilidades
Imagina que tu vida es como estar en una carretera. Hay muchas carreteras paralelas a la suya, todas se dirigen a un final único de su vida, en algún lugar del camino. Todos te llevan en un viaje a través de una variedad de paisajes, que son las circunstancias de tu vida: dónde vives, con quién te casas, qué carrera tienes, en qué deportes participas, en qué crees.
Ahora imagina que esta carretera tiene muchas salidas por delante. Si toma uno, lo llevará por un camino lateral que luego se conectará a una de las otras autopistas paralelas y alterará para siempre el curso de su vida. Desde esta nueva carretera comienzan a emerger nuevas salidas.
¿Existe una forma “correcta” o son todas las vías igualmente válidas? Bueno, eso es un misterio. Las salidas van y vienen, a veces tomas una, otras veces te quedas en el mismo camino. Entonces, ¿qué hace nuestro cerebro? Este imagina cómo sería si estuvieras en una carretera diferente. Quizás otra vía similar vuelva a aparecer, ¿la tomarás? ¿Cómo sería la vida si la tomaras?
Si estás en una mala situación, como una relación abusiva, entonces la respuesta saludable podría ser tomar una de las salidas más cercanas y usar tu atención espiritual, tu naturaleza superior para elegir sabiamente qué salida tomarás. Ser infeliz no significa que debas tomar cualquier salida.
Por ejemplo, una esposa abusada emocionalmente no debería ir y engañar a su esposo como una salida. Porque esa salida, la trampa, te lleva por un camino accidentado y quebrado. En ruta hacia la próxima autopista hay muchas rocas y baches. Éstos crean abolladuras en su automóvil y dejan una nube de polvo detrás de usted. Este polvo mancha no solo su automóvil, sino también los otros vehículos que estaban cerca de usted en la carretera anterior.
Así que ahora está manejando en una nueva carretera, pero con un auto sucio. Lo que no pudo ver fueron las otras salidas que aparecieron justo después de la que tomó, que la habrían llevado a un camino seguro y limpio, un camino acorde con la vida espiritual y no solo la física. En lugar de sucumbir a su naturaleza inferior, habría encontrado una manera veraz y justa de terminar aquella relación tóxica.
Viviendo en la naturaleza superior
Las enseñanzas bahá’ís nos aconsejan, con suavidad y amabilidad, a vivir en nuestra naturaleza superior.Ese estado de ser produce nuestra más verdadera y duradera felicidad:
¡La alegría nos da alas! ¡La alegría nos da alas! Cuando estamos contentos nuestra fuerza es más vital, nuestra inteligencia más aguda y nuestro entendimiento menos nublado Nos sentimos más capacitados para enfrentarnos con el mundo y para encontrar nuestra esfera de utilidad. Pero cuando la tristeza nos visita nos debilitamos, nuestro vigor nos abandona, nuestro entendimiento se nubla y nuestra inteligencia se vela. Las realidades de la vida parecen eludir nuestra comprensión, los ojos de nuestro espíritu no aciertan a descubrir los misterios sagrados, y nos convertimos en seres casi muertos.
«No existe ser humano que no esté sometido a estas dos influencias; pero todos los sufrimientos y las penas que existen provienen del mundo material; el mundo espiritual sólo confiere alegría». – Abdu’l-Bahá, La Sabiduría de Abdu’l-Bahá, pág. 144-145.
Cuando vivimos en esa naturaleza superior, cuando moramos en el mundo espiritual, trascendemos las cosas de este mundo y vivimos en nuestro destino:
«Cuando encontramos verdad, constancia, fidelidad y amor, nos sentimos felices; pero si encontramos mentira, infidelidad y engaño, nos sentimos desgraciados». – Abdu’l-Bahá , La Sabiduría de Abdu’l-Bahá , pág. 82.
Entonces, esforcémonos por escuchar y desarrollar nuestra naturaleza superior. Porque, como dice el dicho, «Sé la mejor persona». Si nos equivocamos, entonces limpiaremos nuestros coches y nuestras almas. Aprendamos a aceptar y vivir con las consecuencias de haber tomado la salida equivocada.
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