Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Cuando escuchas o lees la palabra “Parlamento”, ¿qué te viene a la mente?
Antes de involucrarme en el Parlamento Mundial de las Religiones (WPOR por sus siglas en inglés), pensé que esa palabra se refería a alguna agencia del gobierno, por ejemplo, el cuerpo electo que tenemos donde vivo en Canadá. Sin embargo, como he aprendido recientemente, la palabra «parlamento» proviene de la antigua palabra francesa «parlement», que proviene de la palabra raíz «parler», en español: «hablar».
Ahora, participando en el WPOR aquí en Toronto, puedo confirmar que hablar es una gran parte de este evento. Más allá de eso, el programa de una semana se compone de presentaciones, videos, lecturas de libros, dramatizaciones, presentaciones visuales y otras celebraciones de las artes. El Parlamento Mundial de las Religiones me ha sumergido en un remolino de actividades, rodeado de personas en una deslumbrante variedad de vestidos diferentes y hablando en muchos idiomas. Con todas actividades alrededor mío, estoy tratando de decidir a qué actividades asistir entre muchas opciones cada hora. Mi cabeza y mi corazón están llenos, así como aturdidos e incluso confundidos a veces.
Como suele ser el caso en las conferencias, algunas de las mejores conversaciones, conexiones y momentos de comprensión se producen entre los eventos programados. He conocido personas de al menos una docena de países y decenas de Fe, cada una comprometida con la cooperación interreligiosa, viviendo los principios de su propia religión y haciendo una contribución positiva al futuro de nuestro planeta y sus criaturas. Algunas de estas conversaciones informales han sido breves, algunas prolongadas y otras han dado lugar a promesas de contacto continuo incluso después del cierre de la WPOR para este año.
Citas como esta de Bahá’u’lláh, el Fundador de la Fe Bahá’í, describen bien esas conexiones:
“Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama. Proceded uno con otro con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo”. – Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh, pág. 151.
El significado histórico del Parlamento mundial de las religiones
La mayoría de los historiadores rastrean las raíces del moderno movimiento interreligioso a la primera WPOR en 1893, la primera vez en la historia de la humanidad en la que representantes de las grandes religiones del mundo se reunieron en un solo lugar. Antes de ese momento, la visión típica de la religión en Occidente reconocía solo una Fe «universal»: el cristianismo. Las personas y los periodistas comúnmente etiquetaron a otras religiones como «locales», «indígenas», o incluso como «cultos». Afortunadamente, esa visión anticuada ha cambiado dramáticamente, en consonancia con la universalidad de las enseñanzas bahá’ís.
Creo que el mensaje de unidad de Bahá’u’lláh a mediados del siglo XIX proporcionó la inspiración, la voluntad y la energía para el progreso futuro de la humanidad; y veo que el surgimiento del movimiento interreligioso de hoy tiene sus raíces en ese mismo mensaje. De hecho, todo en el mundo recibió un impulso hacia la unidad, como lo proclama Bahá’u’lláh con estas palabras:
“El equilibrio del mundo ha sido trastornado por la vibrante influencia de este más grande, este nuevo Orden Mundial. La vida ordenada de la humanidad ha sido revolucionada por medio de este Sistema único y maravilloso, nada semejante al cual jamás han presenciado ojos mortales”. – Bahá’u’lláh, El Libro Más Sagrado, pág. 118.
¿Cómo se manifiesta esto? Miremos solamente el interés de la gente en otras religiones, la conciencia de las noticias mundiales, los descubrimientos científicos, los logros tecnológicos y el progreso social. Por supuesto, nada de esto ocurre de manera uniforme en todo el mundo, pero la tendencia general es innegable. Por ejemplo, a los pocos años de que Bahá’u’lláh proclamara su mensaje de unidad, los líderes en religión, educación, literatura, filosofía y otros campos de pensamiento también comenzaron a discutir y tomar pasos concretos hacia la unidad global. Como lo indica claramente la historia, la WPOR es un resultado tangible de esta tendencia.
La actividad Interreligiosa como movimiento
La WPOR, concebida como un vehículo para el diálogo entre las religiones, ahora se ha convertido en una celebración de la fe, la cultura y la humanidad en su máxima expresión. Se ofrecen muchas sesiones y no solo por una fe, sino que son organizadas y presentadas por miembros de varias religiones que trabajan juntas. Percibo esto como un cambio de la mera curiosidad y tolerancia por la cooperación y colaboración entusiasta.
La difusión interreligiosa, firmemente arraigada en las enseñanzas bahá’ís, continúa hoy a través de las prácticas locales, regionales e internacionales. Para seguir explorando esta tendencia inequívoca, la Casa Universal de Justicia dijo, en un mensaje importante a los líderes religiosos del mundo publicado en el 2002:
“Al abrirse el siglo XX, era el prejuicio religioso el que se perfilaba con más probabilidades de sucumbir ante el empuje de los cambios. En el Occidente, los avances científicos habían asestado un rudo golpe a algunos de los pilares centrales del exclusivismo sectario. En el contexto de la transformación de la imagen que la raza humana tenía de sí misma, el movimiento interreligioso constituía quizá el avance religioso más prometedor… Al concluir el siglo, los oficios ecuménicos, impensables tan sólo unas pocas décadas atrás, se convertían en fenómenos comunes”. – A los líderes religiosos del mundo, pág. 03.
Ahora vemos evidencia del movimiento interreligioso no solo en eventos especiales como la WPOR, sino también en nuestras comunidades y en la vida cotidiana. A veces etiquetados como «interreligiosos», a veces «multirreligiosos», y a veces «multiculturales», estos grupos y su trabajo celebran la diversidad y exploran formas de estar más unidos.
Diversidad de temas incluidos en WPOR
El primer programa WPOR en 1893 se limitó en gran medida a que los oradores se saludaran entre si, contaran la historia de su Fe y definieran sus creencias fundamentales. Teniendo en cuenta los antecedentes de los 7000 individuos que asistieron y los tiempos en que vivieron, pocos habrían tenido una familiaridad íntima con la mayoría de los otros sistemas de creencias.
Aquí estamos, 125 años después, y las cosas han cambiado dramáticamente. Aunque no soy una experta en todas las religiones asistentes, no me sorprende que alguien comience a hablar sobre el hinduismo o el jainismo, por ejemplo, a diferencia de la situación en 1893.
Evidentemente, el WPOR 2018 se ve como un mundo muy diferente al de 1893. Cuando leo la lista de temas de eventos y las presentaciones de cada día, veo un reflejo de los desafíos de nuestros tiempos. De hecho, el programa es consistente con este consejo de Bahá’u’lláh:
“Cada época tiene su propio problema y cada alma su aspiración particular. El remedio que el mundo necesita para sus aflicciones actuales no puede ser nunca el mismo que el que pueda requerir una edad siguiente. Preocupaos fervientemente con las necesidades de la edad en que vivís y centrad vuestras deliberaciones en sus exigencias y requerimientos”. – Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh, pág. 112.
Me siento enriquecida, iluminada y más informada a través de esta experiencia. Si hoy fuera a casa y se lo contara a algunas personas, tal vez eso sería suficiente. Por otro lado, asisto a WPOR en anticipación de la acción como un resultado; quiero contribuir más a ayudar a reunir a las religiones del mundo y sus seguidores en unidad. En las palabras de Bahá’u’lláh: “que las acciones y no las palabras sean vuestro adorno”. – Las Palabras Ocultas, pág. 23.
¿Cuáles podrían ser esas acciones? Aún no lo sé, pero en el próximo (y último) artículo de esta serie, exploremos esa idea.
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