Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
A veces, cuando los desafíos llegan a mi vida queda claro que hay alguna lección que debo aprender. Otras veces, cuando tantas cosas salen mal al mismo tiempo, es difícil entender por qué las cosas son tan difíciles. Los escritos bahá’ís dan un significado y un contexto más amplio a la adversidad a la que todos nos enfrentamos.
La adversidad viene en muchas formas. Las dificultades pueden ser tan pequeñas como una mala nota en un examen, o tan devastadoras como la pérdida de un ser querido, pero sin importar la circunstancia, todos recibimos algún tipo de oportunidad para aprender a «soltar las riendas y entregárselas a Dios» – para aprender a someterse. Aunque esto puede ser aterrador, los escritos bahá’ís describen el sometimiento a Dios de una manera hermosa:
Cierra los ojos a todo lo demás y ábrelos al dominio del Todoglorioso. Pídele solamente a Él cuanto desees; solicítale sólo a Él todo lo que requieras. Con una mirada Él otorga cien mil esperanzas, de un vistazo Él cura cien mil enfermedades incurables, con un gesto Él pone bálsamo en toda herida, con una ojeada Él libra los corazones de los grillos del dolor. Él hace lo que hace y ¿qué recurso tenemos nosotros? Él lleva a cabo Su Voluntad, Él ordena lo que desea. Así que es mejor que inclines la cabeza en sumisión y deposites tu confianza en el Señor Todomisericordioso. – Abdu’l-Bahá, Selecciones de los escritos de Abdu’l-Bahá.
Pero aun cuando las dificultades nos brindan oportunidades para crecer, me he dado cuenta de que esto no siempre está garantizado. Cuando reflexiono sobre mi propia vida, ciertamente hubieron momentos en los que perdí la oportunidad de ser mejor de lo que era antes. Tenemos que hacer un esfuerzo concertado cuando nos enfrentamos a los desafíos, o de lo contrario estos pueden fácilmente convertirse en historias tristes.
«Los escritos bahá’ís sugieren que los desafíos traen beneficios espirituales, aunque en el momento no seamos conscientes de ellos»
Cuando las cosas se ponen difíciles, tenemos la oportunidad de avanzar en lugar de amargarnos por lo duro que puede ser el mundo. Este versículo de la Biblia dice que recurrir a la oración es una forma de mantener la esperanza y el amor incluso cuando nos enfrentamos a la aflicción:
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. – Filipenses 4:6
Los escritos bahá’ís sugieren que los desafíos traen beneficios espirituales, aunque en el momento no seamos conscientes de ellos:
No te inquietes en la pobreza ni te confíes en la riqueza, pues la pobreza es seguida por la riqueza y la riqueza es seguida por la pobreza. – Bahá’u’lláh, Las palabras ocultas.
Tan solo podemos comprender una pequeña parte del mundo que nos rodea. Los bahá’ís creen que, aunque nuestras capacidades pueden llevarnos lejos, los humanos tienen una capacidad limitada para entender las realidades espirituales más profundas de nuestra existencia. Así que, aunque puedo entender cómo una experiencia puede llevar al crecimiento, también puedo confiar en que si me esfuerzo, tengo la capacidad de crecer de formas que ni si quiera puedo comprender completamente.
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