Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
«Nadie es perfecto”: todos hemos escuchado esa frase. Sin lugar a duda, esto ha probado ser cierto en mi vida, y las enseñanzas bahá’ís lo confirman.
Las enseñanzas bahá’ís explican que cada persona posee un conjunto de capacidades y que, además, tendrá ciertas imperfecciones. Debido a la diversidad de la humanidad, cada uno de nosotros posee diferentes cualidades espirituales que puede reflejar, logramos hacerlo al elevarnos por encima de nuestra naturaleza inferior para desarrollar nuestra capacidad espiritual:
La diferencia de capacidad en los individuos humanos es fundamental. Es imposible que todos sean iguales, todos idénticos, todos sabios. Bahá’u’lláh ha revelado principios y leyes que efectuarán el ajuste de las diversas capacidades humanas. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.
Cuando conocí por primera vez estas enseñanzas bahá’ís sobre la naturaleza humana y las diferentes capacidades que tienen los individuos, sentí una pequeña ola de preocupación. ¿Significa esto que no todos podemos crecer tanto como queremos?
Entonces empecé a pensar en ello. Aparte de las diferentes fortalezas y debilidades que todos poseemos naturalmente, hay otras razones por las que podemos tener capacidades diversas. Algunas personas viven solo por un corto tiempo, mientras que otras pueden vivir un siglo completo. Somos diferentes intelectualmente. Algunos son más propensos a la ira que otros. Los genes y las realidades sociales afectan nuestras oportunidades de vida. Todas estas diferencias afectan a nuestra capacidad para desarrollar diferentes cualidades espirituales.
Si ninguno de nosotros puede jamás alcanzar individualmente los estándares de Dios para la humanidad, ¿cómo podemos acercarnos a Dios? Y si algunos de nosotros nos enfrentamos a menos obstáculos para vivir una vida recta, ¿significa eso que aquellos a los que se les ha impuesto una mano más dura en la vida tienen menos probabilidades de encontrar la paz espiritual?
Los escritos bahá’ís nos tranquilizan:
…esto [la diferencia de capacidades] no es razón para que uno sea excluido de los dones y mercedes, pues éste no es el Día de la Justicia sino el Día de la Gracia, toda vez que la justicia da a cada cual lo que se merece. Entonces, no consideres el grado de tu capacidad; considera el ilimitado favor de Bahá’u’lláh; Su munificencia lo abarca todo y consumada es Su gracia. – Abdu’l-Bahá, Selecciones de los escritos de Bahá’u’lláh.
Aun cuando las limitaciones existen, me he dado cuenta que enfocarse mucho en identificarlas puede convertirse en una limitación en sí misma.
Aceptar que no podemos ser perfectos no significa que no debamos aspirar a la excelencia. Los escritos bahá’ís nos impulsan a esforzarnos individual y colectivamente para mejorar constantemente:
Sed en ese país avanzadas de las perfecciones de la humanidad; llevad adelante las diferentes ramas del conocimiento, sed activos y progresistas en el campo de las invenciones y las artes. Empeñaos en rectificar la conducta de los hombres y tratad de sobrepasar a todo el mundo en carácter moral. – Abdu’l-Bahá, Selecciones de los escritos de Abdu’l-Bahá.
Vernos exclusivamente como criaturas defectuosas y con limitaciones puede ser desalentador. Los escritos bahá’ís señalan la gran capacidad que tenemos para reflejar luz y bondad en el mundo que nos rodea.
En suma, es evidente que el hombre es más noble y superior; en el existe un poder ideal que supera a la naturaleza. Él tiene conciencia, voluntad, memoria, inteligencia: virtudes y atributos divinos de los cuales la naturaleza está privada y es ajena. Por tanto, el hombre es más elevado y noble en razón de la fuerza ideal y celestial latente y manifiesta en él. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.
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