Palabras bahá’ís de sabiduría para los distraídos con la tecnología

Al igual que el agua que fluye por un valle hacia el río, nuestros ojos y mentes apenas pueden mantenerse alejados de nuestros teléfonos, computadoras y otros dispositivos.

La atracción aparentemente irresistible del brillo electrónico nos atrapa y nos mantiene allí. Incluso cuando estamos rodeados de seres queridos y tenemos la oportunidad de mejorarnos a nosotros mismos y vivir la vida al máximo, incluso entonces, le damos nuestra atención principal al entretenimiento en línea.

Esto solía ser solo un fastidio, pero debido a que la dependencia a los dispositivos limita con la adicción y conduce a un comportamiento más extremo, nuestras relaciones disfuncionales con la tecnología de la información se están convirtiendo rápidamente en una crisis espiritual que envuelve a la sociedad en su conjunto.

¿No hay salida? ¿Es esto tan bueno como se pone? Un creciente oleaje en la sociedad de hoy dice que no. A pesar de que no estamos muy seguros de cómo, o de cómo se vería o se sentiría, un movimiento creciente de usuarios descontentos siente que es posible una mejor forma de vida. Nuestra experiencia directa de nuestro entorno y las personas cercanas a nosotros puede ser la base de una felicidad más plena y más completa.

Entonces, ¿qué tienen que decir las enseñanzas bahá’ís sobre esto?

Esa no es una pregunta fácil de responder. En los tiempos de las figuras centrales de la Fe Bahá’í no existían los teléfonos ni computadoras. Consultar las enseñanzas bahá’ís sobre la adicción a los dispositivos no es como hacer una búsqueda en Google. Lo primero que uno encuentra puede no parecer directamente relevante; sin embargo, el carácter universal de los escritos Bahá’ís permite a los lectores encontrar significado y guía, aun cuando no sean explícitos en el contexto original del mensaje. He seleccionado cuatro citas de los escritos de Bahá’u’lláh que siento que son relevantes para el desafío actual de tener una relación sana con la tecnología de la información. No creo de ninguna manera que estos sean los pasajes más importantes sobre el tema. Estos fueron solo los que me parecieron dotados de gran poder mientras investigaba sobre el tema una noche. Obtén de estos la sabiduría que percibas. Si hay algún pasaje no incluido aquí que le hable directamente al corazón, por favor compártalos en los comentarios.

El primero proviene de Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh. Habla de la alegría que puede obtenerse al llevar iluminación espiritual a nuestras relaciones con los demás:

¡Cuán triste sería si en este Día algún hombre pusiera su corazón en las cosas transitorias de este mundo! Levantaos y aferraos firmemente a la Causa de Dios. Sed muy amorosos el uno al otro. Quemad el velo del yo con la llama del Fuego inextinguible por amor al Bienamado, y asociaos con vuestro prójimo con rostros alegres y radiantes de luz. – Bahá’u’lláh, Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh, p. 316.

El segundo proviene del libro de Bahá’u’lláh sobre el viaje espiritual del alma: Los Siete Valles. A menudo, recurrimos a nuestros dispositivos porque nos sentimos aburridos con lo que nos rodea. En este pasaje, Bahá’u’lláh describió a un buscador espiritual que encuentra oportunidades de felicidad divina en todas partes:

“En esta jornada el caminante mora en toda tierra y habita en toda región. En cada rostro busca la belleza del Amigo; en cada país indaga por el Amado. Se une a todos, y busca la compañía de cada alma, pues quizás pueda descubrir en alguna mente el secreto del Amigo o contemplar en algún semblante la belleza del Amado”. – Bahá’u’lláh, Los Siete Valles, p. 7.

El tercero proviene de una de las cartas de Bahá’u’lláh al destacado líder zoroastriano Manikchi Sahib. Cuando estamos absortos en nuestros dispositivos, nuestro alcance para tomar medidas para mejorar la sociedad puede reducirse a simplemente discutir con otros en las redes sociales. En este pasaje, Bahá’u’lláh escribió sobre el poder transformador de la luz de Dios y la necesidad de las acciones para alcanzar la satisfacción verdadera y duradera:

“En una época en que la oscuridad había envuelto al mundo, se alborotó el océano del divino favor y Su Luz se hizo manifiesta, para que se pusieran al descubierto los hechos de los hombres. Ciertamente, ésta es aquella Luz que ha sido predicha en las escrituras celestiales. Si pluguiere al Todopoderoso, los corazones de los hombres serán limpiados y purificados mediante Su hermosa expresión, y la luz de la unidad derramará su esplendor sobre toda alma y hará revivir a toda la tierra.

¡Oh gentes! Las palabras deben ser respaldadas por los hechos, ya que los hechos son la verdadera prueba de las palabras. Sin aquéllos, éstas jamás podrán apagar la sed del alma anhelante, ni abrir las puertas de la visión ante los ojos de los ciegos”. – Bahá’u’lláh, El Tabernáculo de la Unidad, pp. 8-9.

El cuarto proviene de la Tabla de la Sabiduría de Bahá’u’lláh. Para mí, siempre ha sido una descripción general de una vida bien vivida y una inspiradora llamada a la excelencia espiritual:

“Esforzaos por ser ejemplos resplandecientes para toda la humanidad y verdaderos recordatorios de las virtudes de Dios entre los hombres. Aquel que se levante a servir mi Causa debe manifestar mi sabiduría y dirigir todos sus esfuerzos a eliminar la ignorancia de la tierra. Estad unidos en el consejo, sed uno en pensamiento. Que cada amanecer sea mejor que su víspera y cada mañana más rica que su ayer. El mérito del hombre reside en el servicio y la virtud, y no en la pompa de las riquezas y la opulencia. Poned atención para que vuestras palabras estén purificadas de ociosas fantasías y deseos mundanos y para que vuestras acciones estén limpias de astucias y sospechas. No disipéis la riqueza de vuestras preciosas vidas en pos de una inclinación perversa y corrupta, ni dejéis que vuestros esfuerzos se empleen en promover vuestro interés personal. Sed generosos en vuestros días de abundancia y pacientes en la hora del quebranto. A la adversidad le sigue el éxito y el regocijo viene tras la pena. Guardaos de la ociosidad y la pereza, aferraos a lo que beneficie a la humanidad, ya seáis jóvenes o viejos, de alto rango o humildes”. – Bahá’u’lláh, Las Tablas de Bahá’u’lláh, p. 138.

La noche en que reuní estas citas, mi esposa y yo acabábamos de entonar algunas oraciones a nuestro hijo mientras estaba en la cama esperando a quedarse dormido. Las luces estaban bajas. El estado de ánimo era pacífico. En el pasado, esa sesión de ir a la cama podría haber parecido algo normal y sin complicaciones. Hoy, sin embargo, las conexiones personales íntimas que esto creó carga de posibilidades una nueva era más encendida espiritualmente.