Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
El 26 de noviembre, los bahá’ís de todo el mundo celebran la unidad de su fe en el Día de la Alianza.
No importa en qué lugar del mundo vivas, si participa en alguna celebración del Día de la Alianza en su comunidad bahá’í local, será parte de una observancia global de la unidad.
¿Por qué? Porque la Fe Bahá’í no tiene diferentes denominaciones, órdenes o sectas, es una. No solo enseña unidad, es un ejemplo de unidad.
La mayoría de las otras religiones mundiales no pueden hacer eso, porque su crecimiento a lo largo del tiempo ha creado profundos cismas y divisiones sectarias. Por ejemplo, cuando asisten a otras celebraciones de días santos, estos pueden diferir dramáticamente de una denominación a otra, de un país a otro, incluso de una iglesia o templo o mezquita a otra.
Entonces, ¿cómo ha conservado la unidad la Fe Bahá’í ?
Originalmente inició a partir del nombramiento de Abdu’l-Bahá por Bahá’u’lláh como el Centro de la Alianza Bahá’í, una línea ininterrumpida y unificada de guía designada que protege a la Fe bahá’í del cisma, división y desunión:
¡Oh vosotros que habitáis en la tierra! La religión de Dios aspira a alcanzar el amor y la unidad; no hagáis de ella la causa de enemistad o disensión… Desde el cielo de la expresión de Aquel que es el Deseo del mundo se ha enviado lo que conducirá a la regeneración del mundo y a la salvación de los pueblos y razas de la tierra. Escuchad atentamente los consejos de la Pluma de Gloria. Esto es mejor para vosotros que todo lo que existe sobre la tierra. – Bahá’u’lláh , Las Tablas de Bahá’u’lláh , pp. 219-221.
Así que el Día de la Alianza reconoce a Abdu’l-Bahá como el Centro de la Alianza Bahá’í, y también celebra el concepto general de un pacto único y duradero entre Dios y la humanidad:
En cuanto a las más grande característica de la Revelación de Bahá’u’lláh, una enseñanza específica no dada por ninguno de los profetas del pasado es el mandato y nombramiento del Centro de la Alianza. Mediante este nombramiento y provisión, ha salvaguardado y protegido la religión de Dios de las diferencias y los cismas, haciendo imposible que alguien cree una nueva secta o facción de credo. – Abdu’l-Bahá , La Promulgación a la Paz Universal , pág. 443.
La alianza bahá’í considera a todas las religiones verdaderas como una secuencia orgánica, conectada, en constante desarrollo e ininterrumpida de los mensajeros de Dios, quienes enseñaron las mismas verdades esenciales. Las enseñanzas bahá’ís dicen que esta gran alianza, la promesa de Dios de nunca dejar a Su creación desprovista de orientación, se ha mantenido constante en todas las épocas y en todas las civilizaciones humanas. Para los bahá’ís, esta idea de alianza, esencialmente, una promesa hecha entre Dios y la humanidad, sustenta uno de los conceptos centrales de las enseñanzas bahá’ís, llamada «la revelación progresiva»:
…Y es un principio básico de la Ley de Dios que en toda Misión Profética, Él establece una Alianza con todos los creyentes, una Alianza que perdura hasta el final de esa Misión, hasta el día prometido, cuando se pone de manifiesto el Personaje estipulado al comienzo de la Misión. – Abdu’l-Bahá , Selecciones de los Escritos de Abdu’l-Bahá , pág. 156.
Ese principio central de la Fe bahá’í dice que Dios revela la verdad religiosa y mística a través de una secuencia sistemática de profetas y mensajeros a lo largo de la historia. Ya conocemos algunos de sus nombres y títulos: Krishna, Abraham, Moisés, Zoroastro, Buda, Cristo, Mahummad, el Bab y Bahá’u’lláh. Las enseñanzas bahá’ís dicen que el Creador ha enviado a la humanidad muchos de estos mensajeros sagrados a lo largo de la historia, a todas las culturas y civilizaciones:
Su Santidad Abraham, sobre Él sea la paz, hizo una Alianza en relación con Su Santidad Moisés y dio las buenas nuevas de Su venida. Su Santidad Moisés hizo una Alianza en relación con el Prometido, o sea Su Santidad Cristo, y anunció las buenas nuevas de Su Manifestación al mundo. Su Santidad Cristo hizo una Alianza en relación con el Paracleto y dio las buenas nuevas de Su venida. Su Santidad el Profeta Muhammad hizo una Alianza en relación con Su Santidad El Báb y Él fue el Prometido por Muhammad, puesto que Muhammad dio las buenas nuevas de Su venida. El Báb hizo una Alianza en relación con la Bendita Belleza de Bahá’u’lláh y dio las buenas nuevas de Su venida puesto que la Bendita Belleza fue el Prometido por Su Santidad El Báb Bahá’u’lláh hizo una Alianza en relación con un Prometido Quien llegará a ser manifiesto después de mil o miles de años. – Abdu’l-Bahá , La Alianza de Bahá’u’lláh: una compilación , pág. 75
Los bahá’ís entienden que Dios ha enviado a la humanidad una cadena ininterrumpida de estos grandes educadores, los fundadores de las principales religiones del mundo, para traer diferentes etapas a un sistema educativo espiritual continuo para la humanidad. Cada uno de estos grandes maestros hizo una promesa a sus seguidores de que volverían, su realidad reaparecería para guiar nuevamente a la humanidad hacia Dios. Esa alianza eterna, que llama a cada persona de fe a reconocer y aceptar al próximo profeta en esa gran cadena de seres, forma la base del sistema de educación divina llamada: la revelación progresiva.
Cuando Bahá’u’lláh nombró a su hijo Abdu’l-Bahá como el Centro de la Alianza, lo hizo para proteger a su Fe y sus seguidores a largo plazo:
Para asegurar la unidad y la armonía, Él ha establecido una Alianza con todos los pueblos del mundo, incluyendo al intérprete y exegeta de Sus enseñanzas, para que nadie pueda interpretar o explicar la religión de Dios de acuerdo a su propia perspectiva u opinión y así crear una secta basada sobre su entendimiento individual de las Pablaras divinas – Abdu’l-Bahá , La Promulgación a la Paz Universal , pág. 443.
De esa manera, el Pacto de Bahá’u’llah continúa esa cadena ininterrumpida de guía y amor divinos, no solo prometiendo que vendrá otra fe mundial en el futuro, sino también designando a Abdu’l-Baha para que dirija la Fe bahá’í y Protegerlo de fracturas y fallos. Aquel designio único en la historia religiosa proporciona el principio organizativo para la continuación de las enseñanzas bahá’ís y la administración de la creciente comunidad bahá’í en todo el mundo, así también proporciona una respuesta para las preguntas de sucesión y liderazgo que han preocupado a tantos a las religiones del pasado.
Debido a esta Alianza, la Fe bahá’í ha florecido y crecido durante casi dos siglos sin sufrir ningún cisma o sectarismo, con su unidad mundial firmemente establecida. Ese logro notable, que nunca antes ha ocurrido en ninguna religión anterior, significa que los bahá’ís de todo el mundo, de todas las razas, culturas, clases, religiones y naciones, creen y se adhieren a una única Fe unificada.
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