Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Temer el viernes 13, entrar en pánico cuando pasa un gato negro, o creer que la mala suerte llega de tres en tres. La superstición nos rodea, pero ¿son estas creencias realmente inofensivas o tienen un efecto en nosotros y en la sociedad?
Pensar en las cosas como afortunadas o desafortunadas no tiene base científica. Las investigaciones muestran que enmarcar las experiencias de vida como resultado de la buena o mala suerte afecta negativamente a nuestra salud mental e impacta en la forma en que nos vemos a nosotros mismos en el mundo. En el mejor de los casos, nos provoca una emoción efímera pensar que estamos experimentando buena suerte; en el peor de los casos, puede parecer que algún poder imparable nos frena a pesar de todos nuestros esfuerzos. Cuando se toman en serio, las supersticiones pueden empezar a desgastar nuestro sentido de la autoridad.
Pero muchos de nosotros vemos las supersticiones como algo divertido o parte de tradiciones antiguas.
Una encuesta de 2019 de YouGov encontró que el 11% de los estadounidenses cree que el viernes 13 es «probablemente» o «definitivamente» un día de mala suerte. Si bien no parece ser tanta gente, un poco más de uno de cada 10 estadounidenses experimentan algún grado de preocupación sobre el viernes 13, y son en su mayoría jóvenes. Curiosamente, la población más propensa a experimentar ansiedad por esta fecha son las personas entre 25 y 34 años.
Esa encuesta no analiza ni si quiera a las ideas más comunes de lo que se considera como de mala suerte, como Mercurio retrógrado, o el hecho de que el novio vea a la novia en su vestido antes de la ceremonia.
Ya sea que creas fervientemente en las supersticiones, o pienses que son divertidas, o consideres algunas por tradición, es importante examinar por qué hacemos todo lo que hacemos. Todos tenemos la responsabilidad de descubrir la verdad, en lugar de seguir ciegamente a otros:
Dios ha creado en el hombre el poder de la razón, que capacita al hombre para investigar la realidad. Dios no desea que el hombre imite ciegamente a sus padres y antepasados. Lo ha dotado con una mente o facultad de razonamiento y con ella ha de investigar y descubrir la verdad, y lo que encuentre real y verdadero debe aceptarlo. No debe ser un imitador o ciego seguidor de ninguna alma. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.
Como bahá’í, creo en Dios porque he investigado y buscado la verdad. He leído los escritos de diferentes religiones y su historia, he orado y he presenciado el efecto de la oración en mi vida. Como resultado, entendí que la explicación más razonable para el orden de este mundo es que exista un Poder Superior. Por lo tanto, no creo que la existencia de Dios sea una superstición.
Por tanto, debemos dejar de lado tales creencias e investigar la realidad. Aquello que se vea que es real y se ajusta a la razón, debe ser aceptado, y todo lo que la ciencia y la razón no pueden sostener debe rechazarse como imitación e irrealidad. – Abdu’l-Bahá, Ibid.
De ello se deduce que también debemos examinar críticamente nuestras supersticiones usando la razón y la ciencia. Y si no tienen fundamento, entonces sería prudente comenzar a alejarse de ellas- sí, incluso del concepto de suerte, el viernes 13 o cualquier otro día.
Las enseñanzas bahá’ís dicen que la superstición es una de las principales causas de desunión. Muchos de los problemas de la sociedad provienen de nuestra incapacidad para estar de acuerdo con la realidad. La diversidad de experiencias sociales y culturales junto con la falta de comunicación y el egoísmo conducen a la confusión y los prejuicios, que en sí mismos son una forma de superstición. Vemos que esto sucede entre diferentes géneros, razas, culturas, generaciones y religiones. La gente permanece en su burbuja en lugar de investigar abiertamente la realidad.
De la misma manera el hombre debe liberarse de… las espinas de las supersticiones… para poder descubrir la realidad en las cosechas del verdadero conocimiento. De lo contrario, será imposible descubrir la realidad; siempre persistirán la contienda y la divergencia de las creencias religiosas; y la humanidad, igual que lobos feroces, se enfurecerá, y se atacarán unos a otros con odio y adversidad. – Abdu’l-Bahá, Ibid.
Claro, temer el viernes 13 puede ser mayormente inofensivo, pero es uno de los muchos síntomas de la gran necesidad de nuestra sociedad de investigar nuestra realidad más a fondo, juntos. Todos podemos pensar en cómo nuestras supersticiones individuales, pequeñas y grandes, contribuyen a nuestra salud personal y a la unidad mundial.
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