Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Salma al Shehab, una mujer saudí de 33 años, fue condenada a 34 años de prisión por tuitear sobre los derechos de las mujeres en agosto de 2022.
En septiembre de 2022, las fuerzas de seguridad iraníes mataron a más de 40 personas por protestar contra la muerte de Mahsa Amini, una mujer kurda de 22 años que fue golpeada mortalmente por la policía de la moral iraní por llevar el hiyab demasiado suelto.
En 2016 se denunció la desaparición de más de 5.000 mujeres y niñas indígenas americanas y nativas de Alaska, y en 2020 se denunció la desaparición de más de 90.000 mujeres y niñas negras en Estados Unidos. Sus nombres e historias se han ignorado y olvidado en gran medida.
Todas estas mujeres fueron oprimidas mediante la supresión de su expresión, el control de su apariencia y el robo de sus libertades y vidas. No tenían poder, ni elección, ni capacidad de acción.
Qué significa la capacidad de acción para las mujeres
Según el Laboratorio de Acción contra la Pobreza Abdul Latif Jameel, el poder de acción de las mujeres se define como «su capacidad para definir objetivos y actuar en consecuencia, tomar decisiones que les interesan y participar en la economía y la vida pública».
Esto implica tener el poder de tomar decisiones que influyan en sus vidas y en su futuro.
Cómo la fe bahá’í otorga a las mujeres capacidad de acción
1. La fe bahá’í potencia la autoestima de la mujer
Los experimentos han demostrado que las creencias internas de las mujeres sobre su valor y sus capacidades son indicadores directos de su capacidad de acción. Este poder debe sentirse internamente antes de poder ejercerlo hacia el exterior.
Las figuras centrales de la Fe bahá’í empoderaron a las mujeres afirmando su valor y sus fuerzas inherentes en sus charlas y textos. En una charla en Londres en 1911, Abdu’l-Bahá, el intérprete autorizado de los escritos bahá’ís y el hijo de Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la Fe bahá’í, dijo:
La mujer es de la mayor importancia para toda la raza. Soporta el peso más fuerte y realiza el trabajo más grande. Considerad el mundo vegetal y el animal. La palmera que produce fruto es la más preciada por el cosechador de dátiles. El árabe sabe que para un viaje largo la yegua tiene más resistencia. El cazador teme más a la leona que al león, por su mayor fuerza y fiereza.
La mujer tiene mayor valentía moral que el hombre; también tiene dotes especiales que le permiten gobernar en tiempos de peligro y crisis.
2. La fe bahá’í no relega a las mujeres a los roles de género tradicionales
Aunque los escritos bahá’ís honran el papel de las madres, no apoyan la creencia sexista de que el lugar de la mujer sea el hogar.
Cuando Bahá’u’lláh proclamó la igualdad de mujeres y hombres, «Hizo respetar a la mujer al ordenar que todas las mujeres fueran educadas, que no hubiera diferencia en la educación de los dos sexos y que el hombre y la mujer compartieran los mismos derechos».
La Fe bahá’í anima a las mujeres a ocupar puestos de liderazgo y a impulsar el cambio. Los escritos bahá’ís dicen:
En esta Revelación de Bahá’u’lláh la mujer marcha a la par del hombre. En ninguna actividad se quedará atrás. Sus derechos son iguales en grado a los del hombre. Ella accederá a todas las ramas administrativas de la política. Alcanzará en todo un desarrollo tal, que llegará a ser considerada como la más elevada posición en el mundo de la humanidad, y tomará parte en todos los asuntos. Ten la seguridad. No te fijes en las condiciones actuales; en un futuro no leja – no el mundo de la mujer llegará a ser completamente refulgente y glorioso. ¡Pues Su Santidad, Bahá’u’lláh, así lo ha deseado!
3. La fe bahá’í hace que las mujeres decidan con quién casarse
En un mundo en el que 12 millones de niñas son obligadas a casarse cada año, estoy agradecida de que la Fe bahá’í alienta a las mujeres a decidir con quién y cuándo casarse. Abdu’l-Bahá escribió:
Referente a la cuestión del matrimonio según la Ley de Dios: primero debes elegir a alguien que te agrade y luego el asunto está sujeto al consentimiento del padre y de la madre. Antes de que hagas tu elección, no tienen ellos ningún derecho a interferir.
4. La fe bahá’í permite a las mujeres decidir sobre su apariencia
Como vimos en el caso de Mahsa Amini, en muchas culturas las mujeres no tienen libertad para decidir sobre su aspecto. Pero en la Fe bahá’í, la elección de la ropa se deja a nuestra discreción.
5. La Fe bahá’í aborrece la dominación masculina sobre las mujeres
La violencia emocional, física y sexual se utiliza a menudo para suprimir la capacidad de acción de la mujer. Según ONU Mujeres, «Se estima que en todo el mundo 736 millones de mujeres -casi una de cada tres- han sido objeto de violencia física y/o sexual por parte de su pareja, de violencia sexual por parte de personas ajenas a la pareja, o de ambas, al menos una vez en su vida».
Las figuras centrales de la Fe bahá’í aborrecen esta fuerza, violencia y dominio sobre las mujeres. Abdu’l-Bahá dijo:
El mundo del pasado ha sido gobernado por la fuerza, y el hombre ha dominado a la mujer debido a sus cualidades más potentes y agresivas, tanto físicas como mentales.
No apoyaban la idea sexista y opresiva de que las mujeres debían ser sumisas a los hombres y tampoco ponían excusas para la violación y la tortura. Como se afirma en una carta escrita en nombre de la Casa Universal de Justicia, el órgano de gobierno mundial de la Fe bahá’í:
El uso de la fuerza por parte de los físicamente fuertes contra los débiles, como medio para imponer su voluntad y satisfacer sus deseos, es una transgresión flagrante de las enseñanzas bahá’ís.
No puede haber ninguna justificación para que alguien obligue a otro, mediante el uso de la fuerza o la amenaza de violencia, a hacer aquello a lo que la otra persona no está dispuesta.
6. La Fe bahá’í vincula el empoderamiento de la mujer con el éxito de la humanidad
Dar a las mujeres igualdad de derechos y oportunidades no solo beneficia a las mujeres. Los escritos bahá’ís subrayan la importancia de esta igualdad para el progreso y el éxito de la humanidad.
En una charla para la Federación de Clubes Femeninos de Chicago en 1912, Abdu’l-Bahá dijo:
Y sépase una vez más que, hasta que la mujer y el hombre reconozcan y lleven a cabo la igualdad, no es posible el progreso social aquí o en cualquier otra parte. Porque el mundo de la humanidad consiste de dos partes o miembros: uno es la mujer; el otro es el hombre.
Hasta que estos dos miembros no sean igualmente fuertes, no podrá establecerse la unidad de la humanidad y la felicidad y dicha de la raza humana no será una realidad. Dios mediante, así será.
Los escritos bahá’ís dicen que llegará el día en que: ¡Tened la seguridad! Pronto llegará el día en que los hombres, dirigiéndose a las mujeres, dirán: «¡Benditas seáis! ¡Benditas seáis! Verdaderamente, sois merecedoras de todos los dones. Verdaderamente, merecéis adornar vuestras cabezas con la corona de la gloria sempiterna, porque en ciencia y en artes, en virtudes y perfecciones, vosotras seréis iguales al hombre, y en cuanto a ternura de corazón y abundancia de misericordia y simpatía, vosotras sois superiores».
Como mujer, estoy agradecida de ser miembro de la Fe bahá’í, porque esta Fe afirma mi valor, empodera mi voz y aumenta mi capacidad de acción para hacer de este mundo un lugar mejor.
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