9 Resoluciones internas de Año Nuevo

¡Bienvenido al 2022! ¡Feliz Año Nuevo! Probablemente todos estamos contentos de ver desvanecer al 2021 por nuestro espejo retrovisor, junto con sus pandemias, pobreza y política, así que ¿cómo resolverán hacer de este año algo diferente?

Oh, claro, esas molestas resoluciones de Año Nuevo: ¿A quién se le ocurrió esta idea, de cualquier forma?

Bueno, resulta que casi todas las religiones y culturas antiguas tienen algún tipo de resoluciones de Año Nuevo. Es una vieja tradición, realmente vieja.

En realidad, ¿sabías que por eso llamamos a este mes enero? El primer día de cada año gregoriano los antiguos romanos hacían promesas de auto-superación a Jano, su deidad de comienzos y pasajes. Esa práctica probablemente se originó con los aún más antiguos babilonios, que tenían que prometer a sus dioses al principio de cada año que pagarían sus deudas y devolverían las cosas que habían pedido prestadas.

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Los antiguos hebreos también hacían resoluciones de Año Nuevo, aunque el Año Nuevo judío ocurre en otoño en el hemisferio norte. El Año Nuevo Judío comienza con el festival de dos días de Rosh Hashaná, que literalmente significa «cabeza del año». La celebración continúa durante las Altas Fiestas y termina en Iom Kipur, cuando el pueblo judío reflexiona sobre sus fallas y malas acciones durante el año pasado, y luego resuelve buscar el perdón, así como ofrecer su perdón a los demás. El ritual de expiación judío de tashlikh, en el que se reza cerca del agua corriente y se arrojan al agua los pecados del año pasado de forma resuelta y simbólica, tiene lugar en Rosh Hashaná.

En el cristianismo, los católicos, anglicanos y otros observan la venerable tradición navideña de la Misa de Medianoche, destinada a ayudar a los creyentes a decidir que su próximo año nuevo sea más espiritual que el anterior. Muchas otras denominaciones cristianas practican una tradición llamada «la noche de vigilia», cuando se preparan para el año que viene con reflexión, oración y toma de resoluciones. John Wesley, el fundador de la Iglesia Metodista, comenzó los servicios de vigilancia metodista en 1740, no solo para ofrecer una alternativa a la típica juerga de borrachos en la víspera de Año Nuevo, sino para cantar himnos, leer las escrituras y resolverse a llevar una vida más espiritual en el año que viene. Wesley llamó a estas celebraciones de vigilia Servicios de Renovación del Pacto.

Para muchas iglesias afroamericanas, la noche de vigilia adquirió por primera vez un significado verdaderamente especial en la víspera del Año Nuevo de 1863, cuando los esclavos negros americanos se amontonaron en sus iglesias para esperar y celebrar la firma de Abraham Lincoln de la Proclamación de la Emancipación el 1 de enero de ese año.

En el calendario islámico, el Año Nuevo llega dos meses lunares después del final del período de ayuno anual del Ramadán, cuando los creyentes revisan su propio desarrollo espiritual durante el año pasado y resuelven abstenerse de los deseos egoístas, mejorar su vida espiritual y servir a los demás.

Para los bahá’ís, el proceso de hacer resoluciones para mejorar uno mismo no solo ocurre anualmente, sino diariamente. Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la Fe bahá’í, escribió en Las palabras ocultas: Pídete cuentas a ti mismo cada día, antes de que seas llamado a rendirlas; pues la muerte te llegará sin aviso y serás llamado a dar cuenta de tus actos.

En su libro El Secreto de la Civilización Divina, Abdu’l-Bahá, el hijo y sucesor de Bahá’u’lláh, sugirió un objetivo que los bahá’ís tratan de poner en práctica en todas partes:

Debemos ahora empeñarnos con gran resolución a alzarnos y valernos de todos esos instrumentos que promueven la paz y el bienestar y felicidad, el conocimiento, la cultura e industria, la dignidad, valor y dignidad de la raza humana entera. Así, mediante las aguas restauradoras de una intención pura y del esfuerzo entregado, verdeará la tierra de las potencialidades humanas con su propia excelencia latente, y florecerá trocándose en cualidades elogiosas…

En el espíritu de todas esas tradiciones culturales y religiosas y los nobles propósitos que sus resoluciones recomiendan, aquí hay nueve resoluciones de Año Nuevo que todos podríamos considerar adoptar y poner en práctica en 2022:

• Comenzar y terminar cada día con una oración de gratitud por mi vida y el amor del Creador que esto representa.
• No solo decir, sino mostrar activamente el amor a toda mi familia, la familia humana.
• Trabajar diligentemente para librarme de mis prejuicios. Todos tenemos algunos, y todos estaremos mejor sin ellos.
• Practicar un período de meditación solitaria todos los días, una práctica espiritual consistente de estar solo para reflexionar sobre mis pensamientos y sentimientos internos.
• Comprometerme con un objetivo de servicio a los demás, para hacer al menos una vida humana además de la mía mejor el próximo año.
• Extenderme más allá de mis límites sociales, raciales, culturales y nacionales normales, para superar las barreras artificiales que la sociedad impone y hacer amistad con alguien que no es exactamente igual a mí.
• Hacer algo significativo este año hacia el objetivo de la paz en el mundo, aunque sea un pequeño compromiso voluntario en mi propia comunidad o una nueva actitud sobre cómo tratar los conflictos de forma pacífica.
• Mostrar activamente más amabilidad, no solo con la gente que me rodea, sino también con los animales.
• Finalmente, ver el mundo como un lugar donde todas mis resoluciones pueden hacerme a mí y a otros más felices, más radiantes y más realizados espiritualmente.

Con estas simples resoluciones internas en nuestros corazones y mentes, el 2022 puede traernos a todos un futuro que mejore el pasado.