Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Bueno, «lidiar» no es la mejor palabra, ¿verdad? Tal vez «interactuar» sería mejor.
Para «lidiar» supone que somos el todo y el final, y que son los demás los que deben acomodarse a nosotros. Pero interactuar con otras personas es un camino de dos sentidos en un mundo donde estar en contacto con otros es la naturaleza básica de la vida. Atrás han quedado los días (excepto en raras ocasiones) en que uno podía vivir apartado de todos.
Incluso los ascetas están en contacto con otras personas, aun cuando estos renuncian a las comodidades normales de la vida, dado que incluso monjes a lo largo de las edades han vivido en monasterios juntos.
La Fe Bahá’í enseña que no debemos alejarnos de este mundo, sino ser parte activa de él. Los humanos necesitamos compañerismo y asistencia humana. Siempre estamos interactuando con otros en algún nivel; incluso si solo está comprando alimentos a través de una aplicación en nuestro teléfono, hay personas preparando nuestro pedido, empaquetándolo y entregándolo a la puerta de nuestra casa.
También nos encontramos con personas. La mayoría de ellos, no los «conocemos» por nombre, pero reconocemos muchos porque tal vez los hemos visto antes en el vecindario, en las tiendas donde compramos o en las escuelas a las que asisten nuestros hijos. A otros sí conocemos por nombre, tal vez han trabajado en algún proyecto con ellos, o son vecinos o parientes. Algunos de nosotros tenemos familias grandes, algunos pequeñas, como mi esposa Janet, que solo tiene una hermana viva y una prima. Mi familia es extensa, con nuevos parientes que surgen con frecuencia.
Ya sabes lo que diré ahora: que todos somos una sola familia, la familia de la humanidad. Abdu’l-Bahá dio una charla muy específica sobre este tema en 1911:
Cuando una persona dirige su rostro a Dios encuentra el sol por doquier. Todos los seres humanos son sus hermanos. No permitáis que los convencionalismos os hagan parecer fríos e indiferentes cuando os encontréis con personas de otros países. No les miréis como si sospecharais que fuesen malvados, ladrones y ruines. Vosotros pensáis que es necesario tener mucho cuidado, para no exponeros al riesgo de conocer, posiblemente, a personas indeseables.
Os pido que no penséis sólo en vosotros. Sed amables con los forasteros, ya sea que provengan de Turquía, Japón, Persia, Rusia, China o de cualquier otro país del mundo. – ‘Abdu’l-Bah’a, La Sabiduría de Abdu’l-Bahá, p. 15.
Pero aun cuando la humanidad es una sola familia, nunca entablaremos un contacto cercano con más de unos cientos o miles de personas en nuestras vidas. Piense en todas las oportunidades que tiene de conocer y entablar una relación con diferentes personas, compartir un poco de su día con ellos y aprovechar la experiencia.
Abdu’l-Bahá continúa:
¿Qué provecho existe en estar de acuerdo en que la amistad universal es buena, y en hablar de la solidaridad de la raza humana como un gran ideal?; a menos que estos pensamientos se trasladen al mundo de la acción, serán inútiles. – ‘Abdu’l-bahá, La Sabiduría de ‘Abdu’l-Bahá, p. 16.
Tú y yo podemos cambiar el mundo. Practicar en amistad y cooperación será de gran ayuda. Porque al final, todos dependemos de Dios y de los demás.
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