Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Las enseñanzas bahá’ís exaltan la cualidad de la confiabilidad, la capacidad de ser considerado honesto y veraz, como uno de los atributos fundamentales que subyacen a toda la creación. Bahá’u’lláh escribió:
El primer propósito fundamental de la creación no ha sido ni será otro que la manifestación de la confiabilidad y la piedad, de la sinceridad y la buena voluntad entre la humanidad, pues estas cualidades son la causa de la paz, la seguridad y la tranquilidad. Bienaventurados los que poseen tales virtudes. [Traducción provisional de Oriana Vento]
Esto hace de la confiabilidad una virtud bahá’í cardinal, uno de los principales pilares de todo buen carácter.
Pero, ¿Qué implica esto? Para desentrañar este voluminoso tema, desglosemos el concepto y analicémoslo. La palabra cardinal significa «de importancia básica», y procede del latín cardinalis, que significa «que sirve de bisagra».
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El diccionario Merriam-Webster dice: «Puesto que una bisagra es el dispositivo sobre el que gira una puerta», cardinalis y su raíz latina cardo pasaron a significar «algo sobre lo que gira un desarrollo» o «algo muy importante».
Esa definición debería ayudarnos a matizar la importancia de esta virtud. Para comprender mejor las sutilezas de la confiabilidad, necesitamos discernir la relación dinámica entre el que confía y el confiado, y cómo esa relación de confianza afecta a la sociedad humana. Bahá’u’lláh escribió:
Todos los amigos de Dios deben ser como un sacrificio para el Único Dios verdadero. Toda generosidad y honor serán la porción del alma que se vista con este más grande ornamento. [Traducción provisional de Oriana Vento]
Este pasaje de los escritos bahá’ís arroja luz sobre la gravedad de la confiabilidad y su importancia como cimiento de nuestro carácter interior.
Piénsalo de este modo: ¿Conoces a alguien a quien describirías como completamente digno de confianza, alguien en quien confiarías bajo cualquier circunstancia?
Lo que resulta especialmente fascinante de la analogía de la bisagra en relación con la virtud cardinal de la confianza es que muchas otras virtudes y rasgos de carácter humanos dependen de la confiabilidad, incluso aquellos con los que no vemos inmediatamente la correlación a primera vista. La confiabilidad es, en un sentido importante, fiabilidad. Cuando la confianza sirve de bisagra a la fiabilidad, también lo hacen otras cualidades, como la puntualidad, la credibilidad y la competencia, ya que, para reforzar la fiabilidad de una persona, ésta debe ser lo suficientemente competente como para asumir la tarea o misión encomendada.
En cuanto a la puntualidad, como tantas otras cualidades loables, se basa en la palabra dada. Cuando alguien dice «estaré allí a las seis», da su palabra y hace una promesa. Romper esa promesa hace que la persona no sea fiable ni digna de confianza.
Muchas otras buenas cualidades dependen de la confiabilidad: lealtad, empatía, fidelidad y veracidad, por mencionar solo algunas. En otro sentido, la confianza significa salvaguardar la confidencialidad y los secretos, por lo que para ser digno de confianza hay que ser leal. Siendo leal a amigos y enemigos por igual, una persona digna de confianza nunca traiciona la vulnerabilidad de aquel a quien confía.
Para ser leal y mostrar fidelidad, debemos empatizar con los sentimientos y sensibilidades de quien nos confía. Cuando el que confía es capaz de sentir lo que siente la otra persona y ponerse en su lugar, ambas personas se conectan de corazón a corazón, y se desarrolla y profundiza una amistad de confianza y empatía.
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Cuando consideramos la confiabilidad a la luz de estos dos aspectos, la fiabilidad y la salvaguarda de la información confidencial, aprendemos que un inmenso número de virtudes se articulan en torno a la virtud cardinal de la confiabilidad. Una persona digna de confianza muestra muchas virtudes que la acompañan: puntualidad, fiabilidad, competencia, lealtad, fidelidad y veracidad, que las enseñanzas bahá’ís describen como «la base de todas las virtudes humanas».
En un sentido más amplio, más allá de los atributos y cualidades individuales, la confiabilidad define también las relaciones entre grupos y naciones contendientes. En cualquier negociación, se convierte en el aspecto más importante, porque el compromiso y el cumplimiento de la palabra dada van más allá de los individuos y se extienden a los tratados y acuerdos que grupos más amplios suscriben de buena fe. Sin confiabilidad, ninguno de esos pactos o promesas se cumpliría, y toda la estructura de nuestro mundo interdependiente y su seguridad colectiva fracasarían. Bahá’u’lláh escribió que la confiabilidad:
…ésta es la puerta de la seguridad para todos aquellos que moran en la tierra y un signo de gloria por parte del Todomisericordioso. El que participa de ella, en verdad ha participado de los tesoros de la riqueza y la prosperidad. La confiabilidad es el más grande portal que conduce a la tranquilidad y seguridad de la gente. En verdad, de ella ha dependido y depende la estabilidad de todo asunto. Todos los dominios del poder, de la grandeza y la riqueza están iluminados por su luz.
Por eso, cuando encuentres a una persona digna de confianza, alguien que cumple sus compromisos y mantiene su palabra, debes saber que has encontrado una cualidad espiritual única.
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