Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Si el universo es un holograma, ¿qué implica eso sobre nuestras vidas y cómo actuamos en este mundo?
Sumérgete conmigo en la exploración de la naturaleza de nuestra realidad física y las ilusiones que la impregnan.
¿Qué significa la realidad física?
Los bahá’ís creen que la humanidad tiene dos realidades:
… una realidad conectada a los sentidos, es decir, la que es compartida con el animal, y otra realidad que es de carácter consciente e ideal.
Esta realidad que percibimos a través de nuestros sentidos es nuestra realidad física. Esto incluye nuestras interacciones y experiencias con este mundo físico. Para entender la naturaleza de nuestra existencia física, tenemos que examinar más de cerca cómo se crea nuestra percepción de la realidad.
¿Es nuestra percepción de la realidad física una ilusión?
Nuestros cinco sentidos son los criterios que solemos utilizar para percibir y comprender nuestra realidad física. Pero, ¿son nuestros sentidos fiables o crean meras ilusiones? En una charla en San Francisco en 1912, Abdu’l-Bahá, una de las figuras centrales de la Fe bahá’í, explicó:
De entre los sentidos, el más potente y digno de confianza es el de la vista. Pero este sentido ve un espejismo como si fuera un cuerpo de agua y es positivo en cuanto a su carácter, mientras que un espejismo es inexistente. El sentido de la visión ve las imágenes reflejadas en un espejo como verdaderas, en tanto la razón las declara inexistentes. Los ojos ven el sol y los planetas girando alrededor de la Tierra, mientas que en realidad el sol está fijo y la Tierra gira alrededor de su eje. La vista ve la tierra como un plano, en tanto la facultad de la razón ha demostrado que es esférico.
Los ojos ven pequeños e insignificantes los cuerpos celestiales del espacio ilimitado, en tanto la razón manifiesta que son soles colosales. El sentido de la vista ve una chispa (que gira) como un círculo de luz y no tiene duda de ello, mientras que tal círculo no existe. Un hombre navegando en un barco ve la ribera de cada lado como si se estuviera moviendo mientras que es el barco el que se mueve. En resumen, existen muchos ejemplos y evidencias que desdicen la afirmación de que todo lo tangible y lo que impresiona a los sentidos es verdad, porque los sentidos engañan a menudo están errados. ¿Cómo, entonces, podemos declarar correctamente que son prueba de la realidad cuando la misma norma o criterio es defectuosa?
Como explicó el Dr. Anil Seth, profesor de neurociencia cognitiva y computacional de la Universidad de Sussex, en una charla TED en 2017, «…nuestras experiencias conscientes del mundo que nos rodea, y de nosotros mismos dentro de él, son tipos de alucinaciones controladas que ocurren con, a través y gracias a nuestros cuerpos vivos.»
Nuestro cerebro hace todo lo posible por utilizar la información sensorial que recibimos, junto con nuestros recuerdos y experiencias previas, para formar predicciones y suposiciones sobre nuestro mundo. Los físicos dicen que este proceso es fundamental para nuestra supervivencia en el entorno. Pero estas suposiciones se basan en criterios erróneos.
El Dr. Seth reiteró: «Si la alucinación es un tipo de percepción incontrolada, entonces la percepción aquí y ahora también es un tipo de alucinación, pero una alucinación controlada en la que las predicciones del cerebro están siendo frenadas por la información sensorial del mundo. De hecho, todos estamos alucinando todo el tiempo, incluso ahora mismo. Solo que cuando estamos de acuerdo con nuestras alucinaciones, lo llamamos realidad».
Si nuestra realidad física es una ilusión, ¿el universo es un holograma?
Si nuestra realidad física es una ilusión, entonces ¿qué implica eso sobre nuestra vida en este plano físico y cómo operamos en el universo? Abdu’l-Bahá escribió:
Esta vida presente es como una ola que crece o un espejismo, o como sombras pasajeras… Has de saber que el Reino es el mundo real y este lugar inferior es tan sólo su sombra extendida. Una sombra no tiene vida propia; su existencia es sólo una fantasía y nada más; no son sino imágenes reflejadas en el agua que al ojo aparecen como pinturas.
Estas imágenes reflejadas en este plano físico que solo son sombras del mundo real y divino pueden explicarse mediante la teoría de la física teórica de que el universo es un holograma. Esta teoría se basa en la idea de que el universo físico es una ilusión, una gigantesca proyección holográfica de una realidad superior invisible. En una charla en Nueva York en 1912, Abdu’l-Bahá dijo:
El mundo espiritual es similar al mundo de los fenómenos. El uno y el otro son la contraparte exacta. Los objetos que aparecen en este mundo de la existencia son las imágenes exteriores del mundo del cielo.
Y, como explica John Medina, bahá’í y autor del libro «Fe, Física y Psicología: Replanteamiento de la sociedad y el espíritu humano», el principio holográfico también afirma que «toda entidad, ya sea una persona, una piedra o un átomo, lleva en su interior toda forma de energía, materia, conciencia y vida que haya surgido de esa realidad más profunda».
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Como preguntó Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la Fe bahá’í, en el libro «The Call of the Divine Beloved”:
¿Te consideras una forma pequeña e insignificante,
cuando dentro de ti está plegado el mundo más elevado? – [Traducción provisional]
Como una gota, cada uno de nosotros tiene su propia identidad y perspectiva, pero pertenecemos a un vasto océano de conocimiento, energía y poder.
Aunque nuestra vida en este plano terrenal es una ilusión comparada con un poder superior, cada uno de nosotros sigue existiendo como un reflejo. Dios nos creó por amor, y debemos hacer todo lo posible para reflejar su luz tan brillantemente como podamos.
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