Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Un gran hombre ha dejado este mundo. Kevin Locke, Tȟokéya Inážin, nuestro amigo, colega y hermano espiritual, abandonó su cuerpo el 30 de septiembre de 2022. Tenía 68 años.
Kevin nos decía a todos que no debíamos llorar por él. Él decía, y lo hizo, muchas veces, que este mundo es solo un lugar de paso desde donde el espíritu humano parte hacia su viaje eterno.
Él nos pedía que conociéramos la rica historia de la Isla de la Tortuga, el nombre indígena del hemisferio occidental, y que tratáramos de entender los mensajes que el Creador envió repetidamente a sus pueblos nativos sobre la naturaleza eterna del alma humana.
Él nos diría que simplemente mirásemos a la Vía Láctea, y señalaría que todos podemos ver el camino espiritual hacia el más allá justo ahí, en las estrellas. O tal vez, dependiendo de lo preparada que sintiera tu alma, podría citar los escritos bahá’ís, especialmente este poderoso pasaje escrito por Abdu’l-Bahá:
Estos pocos y breves días pasarán, esta vida presente se desvanecerá de nuestra vista; las rosas de este mundo ya no serán frescas y hermosas, el jardín de los triunfos y deleites de esta tierra se marchitará y caerá. La estación primaveral de la vida se convertirá en el otoño de la muerte, la brillante alegría de los palacios dará paso a la oscuridad sin luna dentro de la tumba. Y, por tanto, nada de esto merece la pena ser amado en absoluto, y a esto el sabio no anclará su corazón.
El que tiene conocimiento y poder buscará más bien la gloria del cielo, la distinción espiritual, y la vida que no tiene muerte. Y tal persona añora acercarse al sagrado Umbral de Dios; porque en la taberna de este mundo que pasa rápidamente, el hombre de Dios no se embriagará, ni se relajará ni se contaminará con ninguna afición por esta vida terrenal.
Más bien, los amigos son estrellas en los altos cielos de la guía, cuerpos celestiales en los cielos de la gracia divina, que con todos sus poderes ahuyentan la oscuridad. [Traducción provisional de Oriana Vento]
Kevin tuvo una vida extraordinaria y legendaria en este escenario que llamamos mundo, y lloramos por él, junto con otros miles y miles de personas, incapaces de soportar la idea de seguir adelante sin su perspicacia, su conocimiento, su humor, su semblante radiante, su mente ingeniosa y, sobre todo, su espíritu enorme, generoso y envolvente.
Kevin Locke realmente, con todos sus poderes, ahuyentó a la oscuridad
Si Kevin leyera esto, seguramente diría «¡Oh, basta!» por pura humildad. Sin embargo, sonreiría y sus ojos centellearían mientras lo decía, haciéndote saber que no pretendía ofenderte, pero también diciéndote que no se sentía cómodo hablando de sí mismo ni siendo alabado por nadie más. Esa cualidad de humildad le convirtió en un gigante espiritual
Su esposa Ceylan Isgor-Locke dijo: «Ante todo, es el ser humano más humilde que podrías conocer en esta vida, y te sentirás muy afortunado si alguna vez te llama amigo».
Es posible que hayas visto hablar a Kevin y que te haya conmovido su conexión con su cultura y su devoción no solo a sus raíces sino a la Fe bahá’í. Puede que hayas oído hablar de su legendaria danza del aro Lakota, de su forma de tocar la flauta tradicional indígena o de las impresionantes actuaciones que realizó en más de cien países. O tal vez hayas tenido el privilegio y la suerte de encontrarte con Kevin en algún lugar del mundo, sirviendo a la humanidad como embajador cultural del Servicio de Información de los Estados Unidos. Tal vez hayas leído su elogiada autobiografía, Arising, que se publicó por primera vez en 2018. Tal vez sepas que en 1990, Kevin ganó una beca del Patrimonio Nacional del Fondo Nacional de las Artes, el más alto galardón concedido a los artistas indígenas americanos, o que ganó el Premio a la Visión Perdurable de la Fundación Bush en 2009.
Si estás leyendo esto en BahaiTeachings.org, probablemente hayas leído el innovador trabajo de Kevin publicado por primera vez aquí sobre los Mensajeros Indígenas de Dios, la serie de 108 entregas sobre los grandes profetas y maestros espirituales indígenas del hemisferio occidental. Ambos tuvimos el honor y el privilegio de trabajar con Kevin, que fue coautor de 70 de esos artículos. Uno de los puntos culminantes de esta serie se produjo cuando Kevin escribió y BahaiTeachings.org publicó, en forma de oración, este modelo de «Tierra Indígena y Reconocimiento Espiritual”:
Abuelo celestial, reconocemos a los santos que has enviado a esta tierra para encender el fuego sagrado en nuestros corazones, tus nietos. Estamos eternamente agradecidos de que, en tiempos antiguos, hayas enviado a Deganawida, la Pacificadora, la Mujer Búfalo Blanco, la Hacedora de Alientos, la Dulce Medicina y una miríada de otras para insuflar santidad y belleza a esta Isla de la Tortuga y a tus nietos aquí, y para enseñarnos Tus leyes y permitirnos acercarnos a Ti y, especialmente, amar y valorar a nuestra pariente, la Abuela Tierra, y a todos los que habitan en ella. En particular, reconocemos a los santos que has enviado al lugar en el que nos encontramos y a las naciones y razas que han sido los custodios de esa sagrada confianza. Te pedimos que soples y avives las brasas del fuego del amor y la fe en nuestros corazones y mentes, para que nuestros pasos sigan tu camino y podamos restaurar la paz y el orden en esta bendita tierra.
Pero, independientemente de cómo hayas conocido a Kevin Locke, lo más probable es que hayas salido enriquecido, vigorizado y potenciado.
Si nunca has conocido a Kevin, cuyo nombre lakota, Tȟokéya Inážin, significa «el primero en levantarse», te está esperando un gran regalo en la vida. Solo tienes que buscar su nombre en Internet y encontrarás sus charlas, sus actuaciones con el aro de la vida y su gran fuente de sabiduría. Verás a un verdadero artista en su trabajo, bailando su danza llena de significado con 28 aros, una hazaña raramente igualada. En Arising, Kevin explicó el profundo propósito de su danza citando a Black Elk:
Estaba de pie en la montaña más alta de todas, y alrededor de mí estaba todo el aro del mundo. Y mientras estaba allí vi más de lo que puedo contar y entendí más de lo que pude ver; porque estaba viendo de manera sagrada las formas de todas las cosas en el espíritu, y la forma de todas las formas como deben vivir juntas como un solo ser. Y vi que el aro sagrado de mi pueblo era uno de los muchos aros que formaban un círculo, amplio como la luz del día y como la luz de las estrellas, y en el centro crecía un poderoso árbol florecido para albergar a todos los hijos de una madre y un padre. Y vi que era sagrado.
Si lees una de las decenas de entrevistas de Kevin en los medios de comunicación, como una de Indian Country Today en 2012, probablemente lo hayas oído expresar este tema global, que recorre toda su vida: «Toda la gente tiene los mismos impulsos, espíritus y objetivos. A través de mi música y mi danza, quiero crear una conciencia positiva de la unidad de la humanidad». Toda la vida de Kevin se centró en este principal mandato de Bahá’u’lláh a todas las personas:
Ante la faz de todos los hombres, Me he levantado… Mi voluntad. Mi objetivo no es sino el mejoramiento del mundo y la tranquilidad de sus pueblos. El bienestar de la humanidad, su paz y seguridad son inalcanzables, a menos que su unidad sea firmemente establecida.
Mediante el poder de las palabras que Él ha pronunciado, toda la raza humana puede ser iluminada con la luz de la unidad, y el recuerdo de Su Nombre es capaz de inflamar los corazones de todos los hombres y consumir los velos que se interponen entre ellos y Su gloria.
“Vosotros debéis dar gran importancia a la enseñanza de los indígenas”, escribió Abdu’l-Bahá el 8 de abril de 1916, añadiendo que “si estos aborígenes fuesen educados y obtuviesen guía, llegarían a ser tan iluminados que a su vez podrían derramar luz sobre todas las regiones”.
Kevin Locke bien puede representar el comienzo del cumplimiento de esta notable profecía.
En una de sus últimas charlas públicas dadas en mayo de 2022, que puedes encontrar aquí en WilmetteInstitute.com, Kevin guió a los oyentes a través de las prácticas tradicionales Lakota en relación con el fallecimiento de un ser querido. Dijo que su cultura reconoce que el alma humana es inmortal, que perdura en el tiempo. También dijo que el pueblo lakota practica la liberación de los seres queridos fallecidos realizando buenas acciones en su nombre. Si quieres recordar a Kevin, sin duda él aprobaría esa práctica.
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