Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Considere por un momento que tal vez ya hayamos entrado en lo que la gente suele llamar el «fin de los tiempos».
Ese término religioso, que se encuentra en muchos libros sagrados, no se refiere al fin de los tiempos, como algunos sugieren, sino al fin de una era.
El profeta Daniel, al que Jesús hace referencia en Mateo 24:15, tuvo visiones sobre estos tiempos cuando vivía como judío exiliado en una Babilonia recién conquistada por los persas. En una de estas visiones un ángel le dijo a Daniel que estos tiempos finales serían un tiempo de angustia y juicio, pero también un tiempo de liberación para los fieles y sabios del pueblo judío, que «brillarían como el resplandor del firmamento» y serían como «estrellas por los siglos de los siglos».
Pero en lo que respecta a cuándo ocurrirían estas cosas, cuándo sería el fin de los tiempos, a Daniel no se le permitió saberlo. Más bien, se le dijo, como se relata en Daniel 12:4 «Pero tú, oh Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.».
Centrémonos en la segunda parte de ese mensaje: «Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará».
¿Podría existir una descripción mejor y más concisa de nuestros tiempos, en comparación con cualquier otro tiempo? Muchos de nosotros ahora corremos de un lugar a otro con una velocidad asombrosa, en coches, aviones e incluso naves espaciales, todo ello impensable en los tiempos bíblicos. Teniendo en cuenta que, desde la época de Daniel hasta la de Bahá’u’lláh, el medio de transporte más rápido que conocía la humanidad era el caballo, y que lo más lejos que había llegado la mayoría de la gente era 100 millas, ¿no está claro que estos son los últimos tiempos?
En cuanto a la otra parte, que «la ciencia se aumentará» al final de los tiempos, ¿no ha traído nuestra era moderna un aumento casi incomprensible del conocimiento? En cuestión de momentos, la mayoría de los que ahora leemos estas palabras podemos acceder a cualquier cosa que se haya conocido y escrito. Parece una señal clara, ¿verdad?
En otras palabras: el fin ha llegado. La vieja era ha pasado, y nos encontramos en la nueva. Científica y tecnológicamente reconocemos la naturaleza excepcional de nuestra época, pero religiosamente no hemos comprendido que el fin ha llegado, en gran parte porque los intérpretes de las escrituras han representado el fin como un acontecimiento apocalíptico repentino que pone fin a la historia. Por el contrario, se trata de un acontecimiento repentino que da comienzo a una nueva era, seguido por el proceso en el que nos encontramos ahora, una larga reconstrucción de nuestro mundo, tanto tecnológica como socialmente.
El día del juicio -el «Día de la Resurrección»- también ha comenzado. Nuestras sociedades están siendo remodeladas. Los elementos sociales obsoletos que no están en sintonía con el plan divino están siendo desechados, mientras que los que están alineados con el plan divino, conscientemente o no, avanzan – con una velocidad aún más asombrosa. Todas las escrituras y la historia están revelando finalmente su significado. Las enseñanzas bahá’ís lo dicen claramente y con frecuencia:
… se ha anunciado el Día de la Resurrección, se ha hecho sonar la Trompeta, han sido reunidos todos los habitantes de la tierra y el cielo, se ha instaurado la Balanza, se ha tendido el Puente, se han hecho descender los Versículos, ha resplandecido el Sol, han sido borradas las estrellas, han resucitado las almas, ha soplado el aliento del Espíritu, los ángeles han formado filas, se ha acercado el Paraíso y se ha hecho arder el Infierno! Todas esas cosas han acaecido … – Las gemas de los misterios divinos.
Ahora ha aparecido la Verdad y ha huido la falsedad; ahora ha amanecido el día y ha cundido el júbilo, por lo cual son santificadas las almas de los hombres, son depurados sus espíritus, son regocijados sus corazones, son purificadas sus mentes, se vuelven buenos sus pensamientos secretos, se limpia su conciencia, se vuelve santo su íntimo ser; pues ha llegado el Día de la Resurrección y las dádivas de tu Señor, el Perdonador, han envuelto a todas las cosas. – Selección de los escritos de Abdu’l-Bahá.
Las enseñanzas bahá’ís dicen que la humanidad ha llegado al principio de un proceso glorioso; el final ha quedado atrás, pero hay mucho cambio por delante.
¿Qué ha provocado todo esto?
La nueva revelación de Bahá’u’lláh, el cumplimiento de las profecías de las religiones pasadas, ha amanecido:
¡Oh pueblos del mundo! El Sol de la Verdad ha aparecido para iluminar la tierra entera y para espiritualizar a la comunidad humana. Loables son sus resultados y sus frutos, abundantes las santas evidencias que proceden de esta gracia. Ésta es pura misericordia y generosidad del todo inmaculada; es luz para el mundo y para todos sus pueblos; es armonía y confraternidad, y amor y solidaridad; realmente, es compasión y unidad y el fi n de la separación; es estar en armonía, en completa dignidad y libertad, con todos los que están en la tierra.
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