Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
¿Sabías que el Día Internacional de la Mujer (DIM) fue fundado en 1909 por el Partido Socialista de Norteamérica en la ciudad de Nueva York? Yo no lo sabía, al menos no hasta hace poco.
Inicialmente destinado a honrar a las mujeres trabajadoras de todo el mundo, en pocos años la idea se extendió – dentro del movimiento socialista, en los países comunistas, y eventualmente fue abrazada por el movimiento feminista. En 1975 las Naciones Unidas comenzaron a celebrarlo en todo el mundo.
Curiosa por conocer su relevancia hoy en día, y no solo para las «mujeres trabajadoras», como lo definieron las fundadoras del DIM , he estado reflexionando sobre el progreso de las mujeres en todo el mundo en una serie de esfuerzos.
Dependiendo de dónde vivas y de qué segmento de la sociedad seas, puedes encontrar noticias alentadoras – o puedes sorprenderte e incluso decepcionarte por lo que descubras.
Las mujeres han logrado grandes avances hacia la igualdad, pero todavía tenemos un largo camino por recorrer en muchos lugares. Las enseñanzas bahá’ís abogan por la igualdad de los sexos, afirmando que la sociedad humana no puede progresar hasta que las mujeres y los hombres tengan «perfecta igualdad»:
…debería haber perfecta igualdad entre el hombre y la mujer. ¿Por qué debería el hombre crear una distinción que Dios no reconoce? En los reinos inferiores al del hombre el sexo existe, pero la distinción entre macho y hembra no es restrictiva ni represiva. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.
Algunas de las medidas de esa perfecta igualdad -y de la represión y las restricciones que han sufrido las mujeres durante mucho tiempo- se hacen evidentes cuando estudiamos la vida de las mujeres artistas del pasado y del presente.
Se puede hacer lo mismo al observar a las mujeres en la música o las inventoras. De hecho, podríamos observar la participación de las mujeres en casi cualquier esfuerzo humano – incluyendo el gobierno, la industria, los medios de comunicación, la educación, los deportes, las artes, etc.
Superando los prejuicios de género
En el bachillerato leí un libro del autor británico George Eliot, cuyo nombre real era Mary Ann Evans.
¿Por qué escribió bajo el nombre de un hombre? Entre otras razones, quería evitar los estereotipos asociados a las autoras en la Inglaterra victoriana.
Esta anécdota me recuerda a Kathy Switzer, la primera mujer que corrió la Maratón de Boston. Al entrar en esa legendaria carrera en 1967, se inscribió usando sus iniciales en lugar de su nombre completo – de lo contrario se le habría prohibido la entrada, ya que en ese momento se pensaba que las mujeres no podían correr largas distancias por temor a que se les cayera el útero. Incluso durante la carrera, algunos hombres intentaron forzarla a salir.
Terminó casi una hora después que su compañera Bobbi Gibb, quien corrió sin registrarse, por lo que no había ninguna base oficial para detenerla. En verdad, ambas mujeres tuvieron un papel en ayudar a terminar con las restricciones contra las corredoras de larga distancia. Como testimonio del logro de Switzer, en el 50 aniversario de su histórica carrera, más de 13.700 mujeres corrieron el maratón con ella.
Avanzando más allá de los prejuicios culturales
A continuación, consideremos a Hassiba Boulmerka, nacida en Argelia, y el estigma social que tuvo que superar en su deseo de correr en competencias. Durante sus años de entrenamiento se enfrentó a críticas e incluso a amenazas de muerte de personas que creían que exponer el cuerpo femenino durante las actividades deportivas era un acto inmoral.
Finalmente se trasladó a Europa, participó en la carrera de 1500 metros en los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona y ganó una medalla de oro en nombre de su país natal, Argelia. Sus logros ayudaron a otras mujeres argelinas a ganar respeto y aceptación por su deseo de entrenar y competir.
Si bien una variedad de normas y prácticas culturales forman parte de nuestra diversidad humana, sin duda esto no significa que mujeres como Boulmerka deban ser impedidas de desarrollar sus talentos debido a prácticas habituales y rituales. A las mujeres se les debe permitir, incluso animar, a perseguir sus sueños sin estar expuestas a ser juzgadas por otros:
El fanatismo y la adherencia dogmática a creencias antiguas se han vuelto la fuente central y fundamental de la animosidad entre los hombres, un obstáculo al progreso humano, la causa de guerra y lucha, los destructores de la paz, la tranquilidad y el bienestar del mundo. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.
Avanzando más allá de la desigualdad salarial
Incluso en los países en los que tanto las mujeres como los hombres tienen igual acceso a la participación en los deportes, encontramos la desigualdad de género en otras formas. En la mayoría de los deportes profesionales, los hombres están mejor pagados. De vez en cuando nos enteramos de excepciones, que nos dan esperanza. Sólo por citar una historia: Billie Jean King arriesgó su carrera de tenista al luchar por la equidad en las remuneraciones. A partir de 1973, ella tuvo éxito en el Abierto de los Estados Unidos; otros grandes torneos siguieron eventualmente su ejemplo.
Otros deportes muestran ejemplos en los que la desigualdad está siendo finalmente, aunque lentamente, abordada. Aquí en Canadá, el fútbol femenino y el hockey están muy presentes en las noticias. ¿Y qué tal en el lugar donde tú vives? ¿Qué ves en tu propio pueblo, ciudad o nación?
Avanzando más allá del acoso y el peligro
Los últimos artículos de noticias nos han informado sobre el acoso y las amenazas contra las mujeres, incluyendo corredoras, trotadoras y caminantes. Un artículo reciente sobre mujeres corredoras en los Estados Unidos reporta que el 5% han sido atacadas por un hombre que se estaba exponiendo a sí mismo; el 18% han sido objeto de proposiciones sexuales; el 3% han sido agarradas, manoseadas o agredidas físicamente; y el 30% han sido seguidas por una persona en un vehículo, en una bicicleta o a pie. Aquí en Ontario, Canadá, tenemos informes sobre entrenadores hombres que abusan de algunas atletas mujeres.
Lamentablemente, no se trata de incidentes aislados, ya que tanto mujeres como hombres han sido víctimas de abusos por parte de entrenadores y otras personas con autoridad durante incontables años.
Las mujeres y los hombres deben trabajar juntos
La mayoría de historias sobre avances en este tema nos hablan de mujeres que se enfrentaron y desafiaron las desigualdades. Por muy admirable que sea, en una sociedad verdaderamente justa tanto los hombres como las mujeres trabajarían por el objetivo de la igualdad. La Comunidad Internacional Bahá’í escribió en 1995:
Los hombres deben utilizar su influencia… para promover la inclusión sistemática de la mujer, no por condescendencia o presunto auto-sacrificio, sino por la creencia de que las contribuciones de la mujer son necesarias para que la sociedad progrese. Las mujeres … deben educarse y dar un paso adelante en todos los ámbitos de la actividad humana, contribuyendo con sus cualidades, habilidades y experiencia particulares a la ecuación social, económica y política. Las mujeres y los hombres juntos asegurarán el establecimiento de la paz mundial y el desarrollo sostenible del planeta.
Cuando pienso en el mundo que quiero ayudar a crear, imagino un mundo donde todos puedan participar como deseen y donde se valore la diversidad. No espero que todos corran un maratón, pero quiero que todos tengan la oportunidad de correr, caminar o bailar. Sólo para ofrecer un ejemplo más: no todos los nuevos negocios tendrán éxito, pero cualquiera debería tener la oportunidad de intentarlo. Abdul-Bahá describió brevemente el resultado de la variedad:
Su encanto reside precisamente en la diversidad y la variedad; cada flor, cada árbol, cada fruto, además de ser hermoso en sí mismo, pone de manifiesto, por contraste, las cualidades de los demás, y muestra la especial belleza de cada uno y de todos ellos. – La sabiduría de Abdu’l-Bahá.
En honor al Día Internacional de la Mujer, reconozcamos a las muchas mujeres -más allá de las pocas que he mencionado- que ayudaron a romper barreras dentro del deporte. Podemos aprender mucho de ellas: trabajar para alcanzar metas, creer en uno mismo, mantenerse enfocado, ser amable tanto al ganar como al perder, y negarse a ser definido o limitado por los demás. Todo esto son lecciones de vida, no sólo consejos deportivos. Aquí hay otra forma de decirlo, tomando prestada una frase de los años 80: «¿Quién dice que las mujeres no pueden dirigir el mundo?».
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