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Espiritualidad

Los hermosos beneficios del ayuno

David Langness | Mar 19, 2018

PARTE 1 IN SERIES Ayunando con los Bahá'ís

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David Langness | Mar 19, 2018

PARTE 1 IN SERIES Ayunando con los Bahá'ís

Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.

Cada año, en estas fechas, no como ni bebo nada mientras el sol este en el cielo por 19 días consecutivos. Esta práctica esencialmente espiritual, llamada ayuno, brinda enormes beneficios.

No hace mucho tiempo, los científicos comenzaron a descubrir los efectos físicos positivos del ayuno intermitente, es decir de conscientemente privar al cuerpo de nutrientes por un periodo corto de tiempo. De hecho, el ayuno intermitente se ha convertido en una tendencia importante en los últimos años debido a que tiene muchos efectos positivos para el cuerpo: no solo pérdida de peso, pero también prevención de enfermedades cardiacas y cáncer, reducción de inflamaciones, promoción de la salud cerebral y protección contra el Alzheimer, e incluso incrementa la longevidad. Estudios desarrollados en poblaciones de personas y animales que ayunan intermitentemente han mostrado que viven vidas más largas y saludables.

Pero estos son únicamente los beneficios físicos conocidos, ya que son los beneficios espirituales los que han cambiado mi vida.  Me he vuelto más consciente de mi realidad interior, me he acercado mucho más a mi alma y he ampliado mi sentido de empatía al sentir una conexión más fuerte con aquellos que pasan hambre todos los días alrededor del mundo. El ayuno me ha ayudado a aumentar mi conexión con el plano espiritual al trascender este plano físico.

Cuando me hice bahá’í y comencé a ayunar una vez al año, algunas personas se preguntaban si había perdido la cabeza. No comprendían cómo alguien podría dejar de comer o beber voluntariamente durante el día, veían esta práctica como algo extraño o desconocido. Pero ahora, mientras va incrementando el entendimiento y conocimiento sobre los beneficios del ayuno, mis amigos me preguntan: “Si quisiera ser parte del ayuno Bahá’í, ¿podría hacerlo?”

“Claro”, respondo.

Debido al interés sobre el ayuno y sobre los Bahá’ís, pensé que sería de ayuda explicar qué es lo que se necesita para poder ayunar con los Bahá’ís.

Datos básicos sobre el ayuno Bahá’í

Primero, repasemos: las enseñanzas Bahá’ís recomiendan abstenerse de comida y bebida durante las horas del día por 19 días cada año antes del equinoccio de verano:

… Que el sol y la luna constituyen las lumbreras más brillantes y prominentes de los cielos, de modo semejante, en el cielo de la religión de Dios han sido decretados dos astros radiantes: el ayuno y la oración.” – Bahá’u’lláhEl Libro de la Certeza, p. 39.

… este ayuno físico es símbolo del ayuno espiritual. Este ayuno conduce a limpiar el alma de todos los deseos egoístas, a adquirir atributos espirituales, a ser atraído por las brisas del Todomisericordioso y a encenderse con el fuego del amor divino. – Abdu’l-BaháSelección de los escritos de Abdu’l-Bahá, p. 99.

Cada año, durante un mes Bahá’í de 19 días, los creyentes de esta Fe alrededor del mundo se abstienen del consumo de comida y bebida durante las horas del día. Los niños, ancianos, viajeros, mujeres embarazadas o lactantes, los enfermos o aquellos que están involucrados con trabajos físicos pesados están exonerados del ayuno. Por supuesto, que, así como todas las leyes Bahá’ís, el ayuno es voluntario; depende del individuo decidir observar el ayuno.

Los Bahá’ís tienen amplia experiencia con esta práctica, debido a que han practicado del ayuno desde los inicios de la Fe en 1844. Muchas generaciones de Bahá’ís han aprendido que el ayuno Bahá’í simboliza desprendimiento del mundo físico, desarrolla empatía por el pobre y el hambriento, genera crecimiento y desarrollo del alma.

Comprendiendo los beneficios físicos del ayuno

Los seres humanos hemos evolucionado como cazadores y recolectores. Por miles de años, nuestros ancestros dedicaron diariamente muchas horas a la búsqueda de alimentos. Esta fue una práctica necesaria para su estilo de vida, debido a que la comida no siempre abundaba y, en algunas ocasiones, simplemente no estaba disponible. Ellos realizaban un ayuno involuntario y, luego, al encontrar alimentos, celebraban con un festín.

Debido a esas condiciones evolutivas, los humanos gradualmente desarrollaron un código genético, un genotipo, que permitió que sus cuerpos prosperen al adaptarse a estos ciclos de festines y ayuno. Nosotros aun contamos con este código genético, aun cuando la mayoría de las culturas en los países desarrollados se alimentan de manera regular, consumiendo dos, tres o incluso cuatro comidas regulares cada día, además de los refrigerios y postres, sin falta ni descanso. Como resultado, nuestras vías digestivas permanecen siempre llenas, sin ser capaces de experimentar los efectos beneficiosos del vacío temporal.

Sin embargo, recientes investigaciones han mostrado que nuestro genotipo aun prospera cuando ayunamos intermitentemente. Distintos estudios científicos han demostrado los beneficios en la salud del ayuno intermitente y la abstinencia voluntaria. Debido a que estos patrones imitan la dieta del festín-hambruna de nuestros ancestros, muchos investigadores ahora citan las ventajas de vaciar periódicamente nuestro sistema digestivo y permitir que este se limpie y purifique a sí mismo sin la presencia constante de alimentos.

Y si se ponen a pensar, esto tiene mucho sentido. Darle la oportunidad a nuestro sistema digestivo de descansar una vez al año emula las prácticas de un agricultor sabio que deja descansar a su campo de cultivo por una temporada. Esta práctica permite al suelo reponerse a sí mismo al pasar por un proceso natural de descanso y recuperación, muy parecido a lo que hacen las células de nuestro cuerpo cuando ayunan intermitentemente.

Estudios científicos sobre el ayuno intermitente muestran que un patrón regular de restricción de calorías, en la que las personas reducen su ingesta rutinaria de nutrientes con un ayuno recurrente, puede brindar algunos beneficios muy importantes. El ayuno intermitente reduce factores de riesgo de varias enfermedades crónicas en animales y humanos, e incrementa drásticamente la expectativa de vida según diversos estudios en animales:

Las religiones han sostenido por largo tiempo que el ayuno es bueno para el alma; sin embargo, los beneficios en nuestro organismo no llegaron a ser reconocidos sino hasta inicios de 1900, cuando doctores comenzaron a recomendarlo para tratar distintos desórdenes como diabetes, obesidad y epilepsia.

Investigaciones relacionadas sobre restricciones calóricas comenzaron a prosperar a mediados de 1930, luego que el nutricionista de la Universidad de Cornell, Clive McCay, descubriera que las ratas sometidas a dietas diarias rigurosas desde una edad temprana vivían más tiempo y eran menos propensas a desarrollar cáncer u otras enfermedades al envejecer, en comparación con otros animales que se alimentaban a voluntad.  Las investigaciones sobre las restricciones calóricas y el ayuno periódico finalmente se conectaron en 1945, cuando algunos científicos de la Universidad de Chicago reportaron que alternar los días de alimentación extendía la expectativa de vida de las ratas al igual que las dietas diarias en los experimentos iniciales de McCay. Además, los investigadores de Chicago escribieron que el ayuno intermitente “parece retrasar el desarrollo de desórdenes que pueden causar a la muerte” . David Stipp, “Cómo el ayuno intermitente podría ayudarlo a vivir una vida más larga y más saludable”, Scientific American, enero 2013.

Los científicos ahora comprenden que las personas que ayunan regularmente pueden ampliar considerablemente sus expectativas de vida, así como reducir enfermedades físicas y mentales crónicas comunes en la vejez. Estos efectos positivos ocurren debido a que el ayuno también acelera el proceso conocido como autofagia, un sistema de eliminación de residuos en las células que se deshace de moléculas dañadas, incluyendo las que han sido vinculadas con el Alzheimer, Parkinson, entre otras enfermedades neurológicas.

Así que, incluso solo por los beneficios físicos, tal vez desees ayunar con los Bahá’ís.

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