Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
En la mayoría de sociedades es común que las personas mayores no confíen en el juicio de las personas más jóvenes. La razón que dan es que la juventud carece de experiencia. Y esto es cierto – los jóvenes no poseen la misma cantidad de experiencia. Pero este razonamiento no me satisface, ya que ignora la perspicacia y el coraje de las generaciones más jóvenes.
Al trabajar con jóvenes la mayor parte de mi vida profesional, he observado el aumento de las críticas hacia los millennials y a la generación posterior a ellos, la Generación Z. Lo veo en las redes sociales y lo escucho en mis conversaciones, y siento que esta actitud se ha vuelto más extrema.
En los últimos años, al aumentar la confusión y los problemas del mundo, las generaciones jóvenes están recibiendo cada vez más críticas. Muchos Baby Boomers se preguntan si habrán suficientes trabajadores para cuidarlos cuando se retiren y tengan que depender de los servicios que deberán atenderlos por el resto de sus vidas. Al mismo tiempo, los millennials y la Generación Z se preguntan si habrá algún futuro para ellos en absoluto.
Cuando era más joven, también tuve gente mayor a mi alrededor diciendo que me faltaba experiencia. Pero dentro de la comunidad bahá’í, estaba tan orgulloso de escuchar a los adultos decir: «La juventud puede mover el mundo».
Esto viene de una cita de la Casa Universal de Justicia, el cuerpo de gobierno global de la Fe bahá’í:
Indudablemente, está en su poder contribuir significativamente a la configuración de las sociedades del próximo siglo; la juventud puede mover el mundo. -La Casa Universal de Justicia, Programa Bahá’í de Empoderamiento Espiritual de los Prejóvenes. [Traducción provisional]
Creo que la razón por la que los millennials no siguen los pasos de las generaciones más antiguas es que los problemas del mundo les han llevado a creer que solo ellos entienden la gravedad de la situación. Después de todo, les afecta directamente. Ellos son los que tienen que resolverlo. Es en ese sentido que digo: gracias a Dios que no son como mi generación.
Mi objetivo no es desacreditar a los Baby Boomers, la cual es mi generación, o las generaciones anteriores. Trabajamos duro y obtuvimos algunos logros significativos, pero tristemente a menudo se siente como si esos fueran en su mayoría logros materiales, además tuvimos que pagar un precio alto por algunos de ellos. El error que se cometió fue un énfasis excesivo en lograr riqueza a cualquier costo, creyendo que la riqueza significaba progreso.
Lo que las generaciones anteriores pasaron por alto – y lo que nosotros seguimos pasando por alto – son los objetivos espirituales y morales para contrarrestar el daño generado por un excesivo progreso material.
El hombre necesita dos alas. Una es el poder físico y la civilización material; la otra es el poder espiritual y la civilización divina. Con una sola ala, el vuelo es imposible. Las dos alas son esenciales. Por tanto, no importa cuánto avance la civilización material, no podrá lograr la perfección sino a través de la elevación de la civilización espiritual. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.
Este deseo de progreso material nos ha llevado a un estado tan crítico que las generaciones más jóvenes sienten que no les quedará ningún futuro por disfrutar. Sus gritos y protestas ahora pueden ser escuchados en todo el mundo.
Las enseñanzas bahá’ís mantienen la creencia de que la joven generación traerá un nuevo orden al mundo y mantendrá su gobierno. Así que tengo muy claras mis actitudes hacia los jóvenes y he dedicado mis energías a animarlos y apoyarlos de cualquier manera posible.
Los problemas actuales del mundo son abrumadores y superan la capacidad de nuestra generación debido a que nuestras soluciones son anticuadas e ineficaces. El mundo necesita un cambio nuevo y fundamental en su perspectiva y enfoque para abordar la creciente crisis del mundo:
La condición actual del mundo – su inestabilidad económica, disensiones sociales, insatisfacción política y desconfianza internacional – debería despertar a los jóvenes de su sueño y hacerles preguntarse qué les deparará el futuro. Seguramente serán ellos los que más sufran si alguna calamidad se extiende por el mundo. Por lo tanto, deben abrir los ojos a las condiciones actuales, estudiar las fuerzas del mal que están en marcha y luego, con un esfuerzo concertado, levantarse y llevar a cabo las reformas necesarias, reformas que deberán incluir dentro de su alcance las facetas tanto espirituales como sociales y políticas de la vida humana. – Shoghi Effendi, 13 de marzo de 1932 a un creyente individual, publicado en «Noticias Baha’i» 68 (noviembre de 1932), p. 3. [Traducción provisional]
Creo que los recientes desafíos de nuestro tiempo han despertado a la juventud y han hecho surgir muchos individuos que han ejemplificado la pasión, la sabiduría y la devoción hasta tal punto que inspiran admiración en todos. Nuestro futuro depende de los tiernos hombros de los millenials y de la Generación Z. Ciertamente, necesitarán toda la ayuda y el apoyo que puedan obtener de mi generación para deshacer los errores que hemos cometido.
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