¿Qué son los días intercalares bahá’ís?

Si te percatas que se está llevando a cabo un fiesta en tu vecindario después de la puesta de sol el 24 de febrero, puede ser que se trate de los bahá’ís de tu localidad celebrando los días sagrados bahá’ís llamados Ayyám-i-Há, también conocidos como los Días Intercalares.

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Estos días, únicos entre todos los calendarios y observancias religiosas del mundo, combinan las fiestas y la diversión con la entrega de regalos y el servicio a los demás; y preparan espiritualmente a los bahá’ís para el ayuno anual bahá’í.

¿Qué son los «Días de Ha»?

La frase persa «Ayyám-i-Há» -que significa simplemente «los días de Há»- describe los cuatro o cinco días intercalares en el calendario anual bahá’í en los que los bahá’ís se regocijan, hacen obras de caridad y se preparan para el ayuno bahá’í de diecinueve días que siempre sigue al Ayyám-i-Há.

En el alfabeto árabe, la letra «Há» tiene varios significados espirituales, y uno de ellos simboliza la esencia del Creador. Los días de Há, por tanto, tienen un significado especial en cada año bahá’í, ya que simbolizan las cualidades más felices y festivas del Ser Supremo. Por eso, en la mayoría de las comunidades bahá’ís de todo el mundo, encontrará a los bahá’ís haciendo fiestas y celebraciones durante los Días Intercalares.

Los Días Intercalares ocurren porque el calendario bahá’í tiene un sistema único de diecinueve meses, cada uno de ellos compuesto por diecinueve días.

La alegría, el calendario bahá’í único y la rotación de la Tierra

Este enfoque nuevo y completamente diferente para marcar los días del año tiene en cuenta con precisión el viaje anual de la Tierra alrededor del sol. Al final del decimoctavo mes bahá’í, en los últimos días de febrero, el calendario bahá’í inserta cuatro o cinco días intercalares adicionales. En lugar de insertar un año bisiesto en el calendario cada cuatro años, los días intercalares bahá’ís ajustan de forma flexible el calendario cada año para sincronizarlo exactamente con la órbita de 365 ¼ días de nuestro planeta.

Los bahá’ís tienen varias oraciones especiales para el Ayyám-i-Há. Esta de Bahá’u’lláh, llena de un lenguaje hermoso y simbólico, comienza pidiendo a Dios que conceda “a cada alma… un lugar dentro de los recintos de Tu corte”.

¡Mi Dios, mi Fuego y mi Luz! Los días que Tú has designado en Tu Libro como los Ayyám-i-Há han comenzado, oh Tú que eres el Rey de los nombres, y se aproxima el ayuno que Tu exaltadísima Pluma ha ordenado observar a todos los que están en el reino de Tu creación. Te suplico, oh mi Señor, por estos días y por todos aquellos que durante este período se han asido a la cuerda de Tus mandamientos y se han aferrado al asidero de Tus preceptos, que concedas que a cada alma se le asigne un lugar dentro de los recintos de Tu corte, y un sitio ante la revelación de los resplandores de la luz de Tu semblante.

Las enseñanzas bahá’ís animan a todas las personas a buscar y encontrar la felicidad y la alegría en la vida, a regocijarse en el deleite del Creador. Esta comprensión de un Creador alegre nos lleva directamente a la misión de los Días Intercalares bahá’ís. Si podemos empezar a entender que el Ser Supremo es un ejemplo de alegría y felicidad, podemos empezar a reflejar esos atributos también.

Los significados internos de los Días Intercalares

En un sentido más profundo, Ayyám-i-Há -los Días de Há- también representan la trascendencia, lo que Shoghi Effendi, el Guardián de la Fe bahá’í, llamó mirar «más allá de la curva del tiempo». En árabe, la letra Há también simboliza la esencia eterna e intemporal de Dios.

Así que, en cierto modo, los Días Intercalares bahá’ís, al no estar limitados por ningún mes concreto del calendario, permiten a todo el mundo echar un vistazo temporal a esa existencia eterna, gozosa y atemporal que todos los seres humanos heredarán algún día.

En cada mes del año, los bahá’ís contemplan el atributo del Creador ejemplificado por el nombre de ese mes -nombres como «Luz», «Misericordia», «Belleza» y «Honor». Pero durante los Días Intercalares, esos días sagrados «fuera del tiempo», todos podemos celebrar y conmemorar la grandeza de Dios más allá de cualquier atributo individual que asociemos con el Ser Supremo, como escribió Bahá’u’lláh en su Libro Más Sagrado:

Hemos ordenado que estos, entre todos los días y las noches, sean las manifestaciones de la letra Há, y por ello no quedan sujetos a los límites del año y sus meses. Incumbe al pueblo de Bahá, en el transcurso de estos días, disponer buena mesa para sí mismos, sus parientes y, además de ellos, para los pobres y necesitados, y con regocijo y exultación loar y glorificar a su Señor, cantar Su alabanza y magnificar Su Nombre…