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Espiritualidad

Cómo sobrevivir siendo una persona empática: 9 consejos espirituales

Radiance Talley | Abr 25, 2023

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Radiance Talley | Abr 25, 2023

Las opiniones y puntos de vista expresados en este artículo pertenecen al autor únicamente, y no necesariamente reflejan la opinión de BahaiTeachings.org o de alguna institución de la Fe Bahá'í.

¿Sientes las emociones de los personajes que ves en televisión? ¿Te sientes agitado y abrumado cuando estás con gente muy nerviosa? ¿Absorbes los sentimientos de los que te rodean y necesitas tiempo a solas para curarte y reponerte?

Si ha respondido afirmativamente a estas preguntas, es posible que sea un empático.

¿Qué es un empático?

Como dijo la psiquiatra Dra. Nereida González-Berríos en una entrevista con Well+Good, «Un verdadero empático es una persona sensible y muy consciente de los sentimientos de los que le rodean, hasta el punto de asumir como propios el dolor y las agonías de los demás.»

Según los psicólogos de la Universidad Stony Brook, el Dr. Arthur Aron y la Dra. Elaine Aron, el 20% de la población está genéticamente predispuesta a la empatía. En un estudio de 2014 publicado en «Brain and Behavior», Stony Brook University News informó de que «los doctores Aron y sus colegas de la Universidad de California, el Albert Einstein College of Medicine y la Universidad de Monmouth descubrieron que la Resonancia Magnética Funcional (fMRI) de los cerebros proporciona evidencia física de que el cerebro «altamente sensible» responde poderosamente a las imágenes emocionales».

Las personas que tienen una alta sensibilidad de procesamiento sensorial «procesan la información más a fondo» y son más conscientes y receptivas a los estímulos ambientales y sociales. Por supuesto, se puede ser sensible y sentir empatía sin llegar a ser un empático. La principal diferencia es que los empáticos también pueden interiorizar energéticamente el estado de ser de otra persona.

¿Cuáles son los distintos tipos de empatía?

En su libro «The Empath’s Survival Guide: Life Strategies for Sensitive People» (Guía de supervivencia del empático: estrategias vitales para personas sensibles), la psiquiatra Judith Orloff identificó tres tipos principales de empáticos: físicos, emocionales e intuitivos. Los empáticos físicos absorben los síntomas físicos de otras personas, los empáticos emocionales sienten las emociones de otras personas y los empáticos intuitivos tienen una gran intuición y conexiones extraordinarias con las plantas, los animales, la Tierra y/o las almas que han fallecido.

Independientemente del tipo de empático que seas, tu gran sensibilidad a las emociones y a la energía de los que te rodean puede hacerte vulnerable a la sobrecarga emocional y al agotamiento. Como alma sensible, he descubierto que los siguientes consejos espirituales de supervivencia para empáticos me han ayudado a mantener mi paz y alegría mientras continúo navegando y estableciendo conexiones en este mundo.

Consejos espirituales de supervivencia para empáticos

1. Identifica la fuente de tus emociones

Es importante identificar el origen de cada emoción desagradable que experimentas y diferenciar tu estado de ánimo del de los demás. Si notas que tus síntomas o sentimientos cambian repentinamente después de estar cerca de cierta persona, puede que estés interiorizando sus emociones. Los escritos bahá’ís dicen:

…pues así como las enfermedades en el mundo de los cuerpos son extremadamente contagiosas, así sucede también con las cualidades del espíritu y del corazón, que son extremadamente contagiosas.

Dado que los sentimientos son contagiosos, es importante que sólo compartas tiempo con personas muy nerviosas si tú mismo te sientes emocionalmente fuerte. Está bien poner límites y sólo salir con otros si te encuentras en un estado de ánimo saludable. Es más fácil ayudar a la gente a sanar si tú mismo estás sano.

2. Evita los dramas de televisión y las películas de terror

No veo películas ni programas de televisión tristes ni de terror porque me dejan una sensación de angustia y melancolía durante días. La montaña rusa emocional por la que hacen pasar a la gente los dramas y las películas de terror nunca será divertida para mí como lo es para mucha gente.

Así que, si eres una persona empática, te animo a que evites este tipo de entretenimiento. Ya hay bastantes noticias que nos entristecen como para añadirles el dolor de los personajes de ficción. Cuando busco algo que ver, a menudo recuerdo la siguiente cita de los escritos bahá’ís:

Que vuestra vista sea casta que vuestra mano sea leal, vuestra lengua sea veraz y vuestro corazón, esclarecido.

Ver películas inocentes, edificantes, inspiradoras o esclarecedoras mejorará tu bienestar emocional y espiritual.

Como dice la Biblia: «En fin, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso».

3. Practica ejercicios de respiración

Los ejercicios de respiración son estupendos para ayudarte a liberar el estrés y la ansiedad que hayas podido captar de otras personas.

Mi ejercicio de respiración favorito consiste en inhalar durante 10 segundos, llevando el aire desde la base de la columna vertebral hasta la coronilla, aguantar la respiración durante 10 segundos y, a continuación, exhalar lentamente durante 10 segundos. Es útil decirte a ti mismo que estás inhalando todas las emociones positivas y exhalando todas las negativas. Acabarás sintiéndote más ligero y mucho más tranquilo.

4. Ora y medita

Me encanta empezar y terminar el día en estado de oración. Los bahá’ís creen que recitar los versículos de Dios es curativo para el cuerpo y el alma.

Incluso si estás en público, recitar una breve oración en tu cabeza puede ayudar a tranquilizarte. La siguiente oración revelada por Abdu’l-Bahá, una de las figuras centrales de la Fe bahá’í, es una de mis oraciones de protección favoritas:

¡Oh Dios, mi Dios! Escuda a Tus siervos leales contra los males del egoísmo y la pasión; protégelos con la mirada vigilante de Tu amorosa bondad de todo rencor, odio y envidia; ampáralos dentro de la fortaleza inexpugnable de Tu cuidado y, libres de los dardos de la duda, hazlos las manifestaciones de Tus gloriosas señales; ilumina sus rostros con los refulgentes rayos emanados de la Aurora de Tu divina unidad; alegra sus corazones con los versículos revelados desde Tu reino de santidad; y fortalece sus espaldas con Tu poder irresistible proveniente de Tu dominio de gloria. Tú eres el Todogeneroso, el Protector, el Todopoderoso, el Magnánimo.

Después de orar, te sugiero visualizar que la carga se aleja de ti y que una burbuja de luz te rodea y te protege de toda energía negativa y no deseada.

5. Haz ejercicio regularmente

«El ejercicio regular es un salvavidas para los empáticos porque expulsa físicamente la tensión y la energía negativa», escribió la doctora Judith Orloff en su libro. «Un estilo de vida sedentario hace que tu flujo de energía se estanque, permitiendo que se acumulen todo tipo de toxinas».

Así que, si te sientes agitado o ansioso, quizá te apetezca salir a dar un paseo, asistir a una clase de yoga o bailar un poco para ayudar a purificar tu cuerpo y relajar tu mente. ¡Recuerda beber mucha agua!

6. Come sano

Si quieres sentirte emocionalmente más fuerte y con más energía, come alimentos frescos que te hagan sentir vivo.

Una dieta rica en frutas, verduras, semillas, legumbres y frutos secos ecológicos que te nutra con la variedad de vitaminas, minerales y ácidos grasos saludables que necesitas te hará sentir más feliz y con más poder. Los escritos bahá’ís dicen:

Entre las cosas materiales y las espirituales existe una conexión. Cuanto más sano sea el cuerpo, mayor será el poder del espíritu del ser humano… [Traducción Provisional de Oriana Vento].

7. Disfruta tiempo en la naturaleza

Ve al exterior, toma el aire fresco y la luz del sol, y camina descalzo si puedes. Conecta con la naturaleza que te rodea y deja que la energía de la tierra  te cure y te reanime.

Como dijo Abdu’l-Bahá en una charla en París en 1911:

¡Qué día más hermoso hace hoy! El cielo está despejado, el sol brilla y, por ello, el corazón de la gente está alegre. Un día tan radiante y hermoso otorga nueva vida y fuerzas a todo el mundo, y si alguien estaba enfermo, siente renacer en su corazón la jubilosa esperanza de la salud.

8. Dedica tiempo al descanso y la relajación

Los empáticos necesitan tiempo a solas para reorganizarse, relajarse y volver a centrarse después de haber estado expuestos a mucha energía y estimulación.

En una carta escrita en nombre de Shoghi Effendi, el Guardián de la Fe bahá’í, se explica:

El cuerpo es como un caballo que transporta la personalidad y el espíritu, y como tal debe ser bien cuidado para que pueda hacer su trabajo. Sin duda, debes proteger tus nervios y obligarte a dedicar tiempo no sólo a la oración y la meditación, sino a descansar y relajarte de verdad. [Traducción Provisional de Oriana Vento].

Dormir bien por la noche también te ayudará a estar más estable emocionalmente durante el día.

9. Deja que tu empatía conduzca a la compasión

Tanto si estás vinculado a una persona enferma, a un animal herido o a una planta moribunda, puede que te sientas divinamente unido a alguien o a algo, porque estás destinado a ayudar a aliviar su sufrimiento.

Así que deja que tu empatía te lleve a la compasión mientras canalizas tu dolor trabajando por una causa noble. En última instancia, este será uno de los usos más gratificantes de tu energía y tu tiempo.

Como afirma una carta escrita en nombre de Shoghi Effendi:

Cuanto más hagamos felices a los demás, mayor será nuestra propia felicidad y más profunda nuestra sensación de haber servido a la humanidad. [Traducción Provisional de Oriana Vento].

Aunque ser empático puede ser un reto, también es un hermoso regalo estar más conectado con las creaciones de Dios y comprender las sensaciones que otro espíritu está experimentando. Espero que estos consejos espirituales de supervivencia para almas sensibles te ayuden no sólo a sobrevivir siendo un empático, sino también a prosperar.

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