Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Hay un proverbio africano que dice: «Cuando no hay enemigo dentro, los enemigos de fuera no pueden hacerte daño». Entonces, ¿cómo encontrar la paz de la mente y del corazón?
En un mundo de caos absorbente, conflictos deprimentes, retos angustiosos y consumismo adictivo, encontrar la paz interior puede parecer difícil. Sin embargo, las enseñanzas espirituales y religiosas atemporales ofrecen ideas útiles y oraciones reconfortantes para guiarnos en nuestro camino.
Explora cómo las siguientes citas y oraciones de religiones del mundo y antiguas tradiciones espirituales pueden desbloquear un espíritu pacífico y resistente y traer tranquilidad tanto a tu corazón como a tu mente.
Citas bahá’ís sobre cómo encontrar la paz en la mente y el corazón
Si te preguntas cómo encontrar la paz en la mente y el corazón, los escritos bahá’ís ofrecen una guía útil sobre este tema.
En primer lugar, no podemos tener una mente y un corazón en paz sin tener una mente y un corazón amorosos. En una charla en Nueva York en 1912, a Abdu’l-Bahá, una de las figuras centrales de la Fe bahá’í, le preguntaron: «¿Es la paz una palabra más grande que el amor?».
Abdu’l-Bahá exclamó, “¡No! “Amor” es mayor que “paz”, pues la paz está basada en amor. El amor es objetivo de la paz y la paz es producto del amor. Hasta que no se logre el amor, la paz no podrá ser…”. – La promulgación a la paz universal, p. 183.
Cuando estamos encendidos por el fuego del amor de Dios en nuestros corazones y buscamos las cualidades divinas en cada persona y cosa creada, encontraremos que estamos más en paz con nosotros mismos y con todos los que nos rodean.
En un tratado escrito por Abdu’l-Bahá en 1875, identificó las diferentes capacidades que un individuo necesita desarrollar para experimentar placer y paz. Explicó: “…la felicidad y grandeza, el rango y distinción, el placer y la paz de una persona nunca han consistido en su riqueza personal, sino más bien en la excelencia de su carácter, su longanimidad, la amplitud de su saber, y su capacidad de resolver problemas intrincados”. – El secreto de la civilización divina, p. 18.
Es importante que fortalezcamos y desarrollemos estas cualidades, ya que aumentan nuestra felicidad y paz personales y crean la resiliencia que necesitamos para superar los momentos difíciles de nuestra vida.
Cita budista sobre la importancia de una mente pacífica
Es fascinante que un aprendizaje amplio no sólo fomenta la paz, sino que la paz mental también conduce a un mayor conocimiento.
En el Dhammapada, Buda afirma: «Si los pensamientos de un hombre son inestables, si no conoce la verdadera ley, si su paz mental está turbada, su conocimiento nunca será perfecto».
Cuando nuestros pensamientos son volubles, inquietos y ansiosos, es difícil concentrarse, pensar profundamente y meditar en la guía divina. Por lo tanto, tenemos que aclarar y calmar nuestras mentes para recibir una mayor comprensión y entendimiento.
Citas yóguicas, budistas y cherokees sobre la importancia de un corazón pacífico
Como aficionada al yoga, disfruto de la paz mental y corporal que éste suele aportar. Sin embargo, me entusiasmó aún más conocer las enseñanzas espirituales que los antiguos yoguis han compartido sobre lo importante que es un corazón en paz para fomentar relaciones armoniosas.
En «Los Yoga Sutras de Patanjali» se dice: «Cuando el corazón está lleno de bondad que no busca dañar a otro, ni en acto ni en pensamiento ni en deseo, este amor pleno crea una atmósfera de armonía, cuyo poder benigno toca con curación a todos los que entran dentro de su influencia. La paz en el corazón irradia paz a otros corazones, incluso con más fuerza que la contención engendra contención».
Asimismo, La Colección de Sutra, un texto budista sagrado, nos pide que nos abstengamos de la calumnia y la difamación -también consideradas faltas graves en la Fe bahá’í– y evitemos repetir lo que «levantaría una disputa contra el pueblo».
Un proverbio cherokee capta maravillosamente este espíritu de silencio compasivo y comunicación abierta: «Oh Gran Espíritu, ayúdame siempre a decir la verdad tranquilamente, a escuchar con la mente abierta cuando otros hablan, y a recordar la paz que puede hallarse en el silencio».
Continuando con este espíritu, La Colección de Sutra concluye: «Así vive como un unificador de los que están divididos, un alentador de los que son amigos, un pacificador, un amante de la paz, un apasionado por la paz, un orador de palabras que hacen la paz».
Oración taoísta por la paz de la mente y el corazón
La «Oración por la paz de Lao-Tsu» ilustra maravillosamente lo importantes que son los corazones pacíficos para crear un mundo en paz. Él escribió:
Si ha de haber paz en el mundo,
debe haber paz en las naciones.
Si ha de haber paz en las naciones,
debe haber paz en las ciudades.
Si ha de haber paz en las ciudades,
debe haber paz entre los vecinos.
Si ha de haber paz entre vecinos,
debe haber paz en el hogar.
Si ha de haber paz en el hogar,
debe haber paz en el corazón.
Una oración bahá’í por la paz de la mente y el corazón
Cuando nos esforzamos por cultivar la paz interior, recurrir a la oración puede ser un poderoso bálsamo y refugio. La siguiente oración bahá’í ofrece profundas palabras de consuelo y fortaleza, implorando a nuestro Creador que renueve tu espíritu y devuelva la paz a tu mente y a tu corazón:
Crea en mí un corazón puro, oh mi Dios, y renueva una conciencia tranquila dentro de mí, oh mi Esperanza. Por medio del espíritu del poder, confírmame en Tu Causa, oh mi Bienamado, y con la luz de Tu gloria, revélame Tu camino, oh Tú que eres el Objeto de mi deseo. Mediante la fuerza de Tu transcendente poder, elévame hasta el cielo de Tu santidad, oh Fuente de mi ser, y con las brisas de Tu eternidad, alégrame, oh Tú que eres mi Dios.
Haz que Tus eternas melodías me inspiren tranquilidad, oh mi Compañero, y que las riquezas de Tu antiguo semblante me libren de todo salvo de Ti, oh mi Maestro, y que las nuevas de la revelación de Tu incorruptible Esencia me traigan alegría, oh Tú que eres el más manifiesto de lo manifiesto y el más oculto de lo oculto.
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