Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
En este momento histórico sin precedentes, me encuentro reflexionando sobre el propósito de mi vida y mi mortalidad.
Hoy más que nunca, siento la necesidad de centrarme en prepararme para el siguiente reino de mi existencia. Al revisar los escritos bahá’ís en busca de orientación, descubrí cinco pasos que podrían ayudar en este proceso:
1. No tengas miedo
Las enseñanzas bahá’ís nos aseguran que si vivimos nuestras vidas de acuerdo con la guía espiritual que nos da la Fe, el mundo venidero es un lugar maravilloso con alegrías que nunca podríamos imaginar. En Las Palabras Ocultas, Bahá’u’lláh escribió:
He hecho de la muerte una mensajera de alegría para ti. ¿Por qué te afliges? He hecho que la luz resplandezca sobre ti. ¿Por qué te ocultas de ella?
Los escritos de Bahá’u’lláh también prometen que «días de inmensa alegría, de delicia celestial, hay de seguro en abundancia para vosotros. Mundos, santos y espiritualmente gloriosos, serán descubiertos a vuestros ojos«.
RELACIONADO: La supervivencia del alma después de la muerte
2. Practica la atención plena en tus pensamientos y acciones diarias
La atención plena o «mindfulness» no es mi fuerte. La mejor manera para mí de entender y practicar el mindfulness, después de que todas las explicaciones esotéricas acerca mindfulness ya estén dichas, es simplemente prestando atención. ¿Qué estoy pensando, sintiendo y haciendo ahora mismo? ¿Cómo estoy hablando y relacionándome con los demás en cada momento?
Refiriéndose a nuestra futura transición al otro mundo, Bahá’u’lláh nos aconseja ser conscientes y responsables de nuestras acciones cada día y cada minuto, para que cuando llegue nuestro momento de retorno, estemos preparados para estar en presencia del Creador:
Pon ante tus ojos la infalible Balanza de Dios, y como si estuvieras en su Presencia, pesa en esa Balanza tus acciones cada día, cada momento de tu vida. Haz un examen de conciencia antes que seas llamado a rendir cuenta, en el Día en que ningún hombre tendrá fuerza para sostenerse por temor a Dios, en que se hará estremecer los corazones de los desatentos.
3. Concéntrate en el amor, la conexión y el servicio
Nuestro mundo está sumido en la confusión. Sin embargo, en lugar de concentrarme en el caos, las enseñanzas bahá’ís me dicen que puedo ser parte de la solución: la unidad. Puedo contribuir a ella centrándome en el desarrollo de relaciones significativas en mi comunidad y en el servicio a los demás. Todo lo que me llevaré conmigo después de mi muerte son las conexiones amorosas que fomenté en este mundo, y todo lo que importará es el amor que di mientras estuve aquí en la Tierra. Abdu’l-Bahá escribió:
Incumbe a los amados de Dios emplear el mayor cuidado y prudencia en todas las cosas, ya sean grandes o pequeñas, consultarse entre sí y resistir unidos el ataque de los promotores de discordia y los instigadores de maldad. Deben poner empeño en asociarse con todos en un espíritu amistoso, deben guardar moderación en su conducta, deben tener respeto y consideración los unos hacia los otros, y mostrar bondad y tierno afecto a todos los pueblos del mundo.
Las fugaces horas de la vida del hombre en la tierra pasan rápidamente y lo poco que aún queda se acaba, pero lo que perdura y dura para siempre es el fruto que el hombre cosecha de su servidumbre en el Umbral Divino.
4. Cultiva tus cualidades espirituales
En la vida del más allá, nos dicen las enseñanzas bahá’ís y las de muchas otras religiones, nuestras virtudes interiores se convierten en nuestras cualidades más importantes. Cuanto más pueda profundizar, pulir y desarrollar mis virtudes en este mundo, más rica seré en el siguiente.
RELACIONADO: La naturaleza oculta de la vida después de la muerte
Al igual que al feto le crecen brazos y piernas dentro del vientre materno para poder prosperar aquí en la Tierra, en este mundo material cultivamos las cualidades espirituales necesarias para navegar por la vida que nos espera. Cuantas más virtudes espirituales desarrolle aquí, mejor preparada estaré para prosperar en la vida venidera. Estas virtudes incluyen la compasión, la veracidad, la justicia, el amor y la fe, entre muchas otras, como dijo Bahá’u’lláh en Las Palabras Ocultas:
Mi primer consejo es éste: Posee un corazón puro, bondadoso y radiante, para que sea tuya una soberanía antigua, imperecedera y perdurable.
Las palabras santas y las acciones puras y buenas ascienden al cielo de gloria celestial. Esforzaos para que vuestras acciones se purifiquen del polvo del yo y la hipocresía.
5. Alimenta tu relación con Dios
Cada persona tiene su propia relación personal con Dios. Este precioso don, único para cada alma, significa que fomentar este vínculo con nuestro Creador, ahora, es la mejor preparación para la vida futura. Esto puede lograrse a través de la oración y la meditación, y escuchando nuestra intuición, esa «pequeña voz tranquila» (1 Reyes 19:12) en nuestro interior. La confianza en Dios, la comunión y el amor a Dios son nuestras mayores conexiones con Él, como escribió Bahá’u’lláh:
Ámame, para que Yo te ame. Si tú no Me amas, Mi amor no puede de ningún modo alcanzarte. Sábelo, oh siervo.
¡OH FORMA MÓVIL DE POLVO! Yo deseo la comunión contigo, pero tú no confías en Mí. La espada de tu rebelión ha derribado el árbol de tu esperanza. Estoy cerca de ti en todo momento, pero tú estás siempre lejos de Mí. He escogido gloria imperecedera para ti, pero tú has elegido vergüenza sin límite para ti mismo. Mientras aún haya tiempo, vuelve y no pierdas tu oportunidad.
Si sigo mi propio consejo y me esfuerzo por cuidar y desarrollar mi propia vida espiritual interior siguiendo estos cinco pasos, confío en que mi «segundo nacimiento» en el otro mundo se producirá de forma alegre y amorosa.
Comentarios
Inicia sesión o Crea una Cuenta
Continuar con Googleo