Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Cada religión celebra el nacimiento de su fundador con gran alegría, pero los bahá’ís en todo el mundo duplican esa alegría cuando observan el Día Sagrado del Doble Natalicio.
Los bahá’ís celebran los nacimientos tanto del Bab como el de Bahá’u’lláh, los dos profetas asociados con la revelación bahá’í, en rápida sucesión, uno después del otro.
¿Quién era el Bab? Los bahá’ís creen que el Bab, cuyo título significa «la puerta», abrió el camino para el advenimiento de una nueva era de cumplimiento y madurez de toda la humanidad. La misión principal del Bab, anunciar la llegada de un educador espiritual de inspiración divina al que se refirió como «Aquel a quien Dios hará manifiesto», prepararía el camino para la venida de un nuevo mensajero de Dios. Al igual que Juan el Bautista, el Bab instruyó a sus seguidores a prepararse para la aparición de ese nuevo profeta. También anunció la llegada de una nueva era en la historia de la humanidad, una que sería testigo del surgimiento de una civilización mundial justa, unificada y pacífica. La revelación del Bab, que duró solo seis años hasta su ejecución por un gobierno temeroso, preparó, sin embargo, el camino para la llegada de Bahá’u’lláh.
Los bahá’ís se refieren a estos Días Santos como «el doble natalicio» porque, según el calendario musulmán en uso cuando nacieron el Bab y Bahá’u’lláh, sus cumpleaños caen en días sucesivos: el cumpleaños de Bab el primer día del mes de Muharram. y el cumpleaños de Bahá’u’lláh en el segundo día de ese mismo mes, respectivamente.
Estos dos días sagrados, momento en que los bahá’ís se reúnen para orar, leen los escritos de los bahá’ís, cantan y bailan y celebran, representan una gran alegría y tienen un significado enorme para los bahá’ís en todo el mundo.
En su Libro más sagrado, Bahá’u’lláh escribió:
“Todas las Fiestas han llegado a su culminación en las dos Más Grandes
Festividades y en las otras dos Festividades que caen en el día doble… Así ha sido decretado por Quien es el Ordenador, el Omnisciente”. – pág. 59.
Bahá’u’lláh les pidió a los bahá’ís que celebraran fiestas de unidad, alegría y conmemoración en cada uno de estos dos días especiales, y los categoriza como los segundos en importancia en el calendario bahá’í de las dos «Más grandes festividades», la cual celebra la Declaración de Bahá’u’lláh en el jardín de Ridvan en 1863 y la Declaración de Bab en Shiraz en 1844.
Eso significa que los bahá’ís observan dos importantes días sagrados durante cada año, una en la primavera y la otra en el otoño. Para aquellos que viven en el hemisferio norte del mundo, las declaraciones de Bahá’u’lláh y Bab ocurren durante la primavera, en abril y mayo. Para aquellos que viven en el hemisferio sur, el nacimiento de Bab y Bahá’u’lláh ocurre en la primavera, durante octubre o noviembre. Simbólicamente, entonces, estos días sagrados representan verdaderamente la primera vez: la primera vez que el planeta entero ha tenido la oportunidad de unirse en unidad y conmemorar sus días más sagrados a medida que el mundo se renueva.
¿Por qué los Días Sagrados del Doble Natalicio cambian fechas cada año?
Los bahá’ís del Medio Oriente han observado tradicionalmente los días sagrados del Doble Natalicio de acuerdo con el calendario lunar musulmán y los han celebrado juntos en días consecutivos, contándolos como un festival de dos días. El mismo Bahá’u’lláh los observó de esta manera.
En ese calendario lunar musulmán, sin embargo, los días sagrados del doble natalicio ocurren en días diferentes cada año, porque cada nuevo mes comienza con la aparición de una luna nueva, en lugar de en una fecha fija del calendario solar. En relación con ese calendario solar de 365 días, el calendario musulmán «pierde» aproximadamente once días cada año, ya que doce ciclos lunares representan aproximadamente 354 días, lo que no llega a alcanzar un ciclo solar completo.
Bahá’u’lláh nació dos años antes que el Bab. En el calendario solar occidental, sus nacimientos se separan en aproximadamente tres semanas. Eso significa que el nacimiento de Bahá’u’lláh (2 Muharram del año 1233 A.H.) – ocurrió el 12 de noviembre de 1817 A.D., mientras que el nacimiento del Bab (1 Muharram de 1235 A.H.) – ocurrió el 20 de octubre de 1819.
En los Estados Unidos y en los países occidentales, los bahá’ís tradicionalmente observaron estos nacimientos el 12 de noviembre y el 20 de octubre, las fechas históricas fijadas para estos días en el calendario solar. Pero en 2014 se produjo un cambio significativo: los bahá’ís en todo el mundo, incluidos los países occidentales, comenzaron a celebrar estos felices días sagrados según una nueva y única fusión de los calendarios solar y lunar. En lugar de confiar únicamente en cualquiera de los calendarios, los bahá’ís celebran los días sagrados del Doble Natalicio ocho meses lunares desde el Año Nuevo bahá’í, que se produce en el equinoccio vernal del año solar, generalmente el 21 de marzo.
Este año, los días sagrados del Doble Natalicio se celebran el 8 y 9 de noviembre, y el próximo año, en el 2019, cuando los bahá’ís celebrarán el 200 aniversario del nacimiento del Bab, cuyas fechas caerán el 28 y 29 de octubre. Así como las enseñanzas bahá’ís reconcilian y unen a las religiones, también se unen y concilian los calendarios del mundo, adaptando las observancias lunares y solares en una sola:
“La adopción de un calendario nuevo en cada dispensación es un símbolo del poder que tiene la Revelación divina para reimaginar la percepción humana de la realidad material, social y espiritual. Con él, se diferencian los momentos sagrados, se reconfigura el lugar de la humanidad en el tiempo y el espacio, y se reajusta el ritmo de la vida”. – La Casa Universal de Justicia, A los bahá’ís del mundo, 10 de julio 2014.
¡Estás invitado! Cuando los bahá’ís celebran estas felices festividades, todos son bienvenidos. En las reuniones bahá’ís de todo el mundo para el nacimiento de Bab y el nacimiento de Bahá’u’lláh, prevalecerán la felicidad y la celebración. Proliferarán las sonrisas, la música, los amigos se juntarán, los niños se reirán, el cálido compañerismo llenará el aire y definitivamente se servirán refrigerios.
Estos días sagrados del doble natalicio señalan una temporada festiva y alegre en el año bahá’í, cuando la comunidad bahá’í se reúne para celebrar el advenimiento de los dos profetas de Dios, Bab y Bahá’u’lláh, los fundadores gemelos de su Fe, y para saludar el comienzo de una nueva era en la unidad humana.
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