Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Aunque muchos aspectos de la vida parecieron detenerse durante el brote de COVID-19, el desarrollo espiritual no es uno de ellos. En cierto modo, siento que mi desarrollo espiritual está siendo puesto a prueba más de lo habitual.
Mi alma sigue siendo probada durante este período de aislamiento físico. Tengo que practicar la paciencia y la resistencia al pasar tantas horas dentro de casa. Tengo que practicar la fe cuando hay tanto miedo en el mundo. Tengo que practicar la flexibilidad adaptándome a una nueva dinámica. También tengo que recordarme a mí misma que debo orar por aquellos que estimo, ya que hay tantas cosas que están fuera de mi control, y preocuparme no hará ninguna diferencia. Entonces, si el desarrollo espiritual no se detiene, ¿por qué deberían detenerse las actividades que apoyan el crecimiento de nuestra alma?
«Me intimidaba un poco la idea de trasladar mis actividades de servicio comunitario a Internet”
Cuando el distanciamiento social comenzó, varios miembros de nuestra comunidad bahá’í nos animaron a mí y a mis compañeros a trasladar nuestras actividades de servicio comunitario en línea. Incluso nos animaron a cambiar nuestra mentalidad y pensar más bien en un distanciamiento «físico», en lugar de un distanciamiento «social», ya que el distanciamiento «físico» implicaba que las actividades sociales podían seguir existiendo a través de una plataforma físicamente distante. Por muy buena que sonara la idea, me intimidaba un poco la idea de trasladar mis actividades de servicio comunitario a Internet. En la clase de niños que enseño, normalmente nos sentamos todos juntos, oramos juntos, leemos una historia juntos, hacemos un proyecto de arte y practicamos virtudes como la honestidad, la amabilidad y la veracidad. No estaba segura de si todavía podíamos mantener esa rutina y me preguntaba cómo sería «practicar nuestras virtudes» a través de un espacio virtual. Del mismo modo, en las reuniones de estudio en las que participo, tenemos estas profundas conversaciones sobre el propósito de nuestra vida, lo que sucede después de la muerte, y más. Me preocupaba que una plataforma en línea pudiera quitar esa conexión humana y a la vez comprometer la «profundidad» de estas conversaciones.
«La plataforma virtual nos obligó a todos lo que participábamos en la clase de niños a practicar mejor nuestras virtudes»
Sin embargo, pronto empecé a escuchar historias de amigos que habían trasladado sus actividades de construcción de comunidad a una plataforma en línea. ¡Escuché que niños de tan solo tres años estaban participando en las clases de niños virtuales! Eso realmente alivió mis preocupaciones: claramente, la plataforma funcionaba, y en base a la participación, no parecía que la profundidad del contenido se viera comprometida de ninguna manera.
Para mi sorpresa, ¡la experiencia de participar en estas actividades en línea ha sido maravillosa! La plataforma virtual nos obligó a todos lo que participábamos en la clase de niños a practicar mejor nuestras virtudes. Todos tuvimos que practicar la consideración, el compartir, la paciencia, el respeto y el escuchar a los demás, para asegurarnos de que la clase se desarrollara sin problemas.
Otro ejemplo de la belleza de estas plataformas es la eliminación de la distancia. Antes de que el virus apareciera, muchos de nosotros luchábamos por iniciar o mantener actividades debido a la distancia. Era difícil encontrar un lugar central para que todos se reunieran, e incluso ese lugar central podía estar lejos para algunos. Sin embargo, con el poder de la tecnología, la distancia ya no era un problema. Pudimos comenzar un estudio virtual del primer libro Ruhi, Reflexiones sobre la Vida del Espíritu, y planificamos comenzar una reunión de oración virtual seguida de algunos juegos de mesa en línea.
En las enseñanzas bahá’ís, Abdu’l-Bahá, el hijo del fundador de la Fe bahá’í, dijo que “Los verdaderos amigos son como los médicos expertos y las Enseñanzas de Dios son como un bálsamo curativo, una medicina para la conciencia del hombre. Despejan la cabeza, de modo que un hombre puede aspirarlas y deleitarse con su perfumada fragancia. Despiertan a los que duermen. Crean conciencia en el desatento, proporcionan una ración al indigente y al desesperanzado le infunden esperanza”.
Todas estas actividades rejuvenecen mi alma. No solo es refrescante ver de nuevo a mis amigos, sino que estas conversaciones (ya sea durante el estudio de los libros Ruhi o durante nuestra clase de niños) le dan vida a mi alma y me llenan de esperanza.
Ten siempre esperanza, pues las dádivas de Dios nunca cesan de descender sobre el hombre. Si se observa desde cierta perspectiva, parecen decrecer, mas, vistas desde otro ángulo, son plenas y completas. El hombre, en todas las condiciones, está inmerso en un mar de bendiciones de Dios. Por tanto, no desesperes en ninguna circunstancia, sino más bien permanece firme en tu esperanza. – Abdu’l-Bahá, Selecciones de los escritos de Abdu’l-Bahá.
Es más fácil crecer cuando te sientes apoyado, y toda esta experiencia me ha hecho pensar en formas creativas en que se puede manifestar el apoyo mutuo. Para mí, una de las principales maneras fue continuar estas actividades a través de la tecnología. Espero ver cómo la humanidad aprende a practicar la unidad y el servicio a través de medios creativos que protejan nuestra comunidad y a la vez apoyen el crecimiento de nuestras almas.
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