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Cómo ser optimista: 7 maneras de ser más positivo

Radiance Talley | Jul 28, 2022

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Radiance Talley | Jul 28, 2022

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Algunos estudios han demostrado que los optimistas son más felices, más sanos, más relajados y resistentes. Son mejores para afrontar el estrés, alcanzar sus objetivos y perseverar en los momentos difíciles.

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Incluso tienen una vida más larga y relaciones más exitosas. Si quieres aprovechar los beneficios que aporta una perspectiva optimista, aquí tienes siete formas de ser más positivo y optimista.

1. Desafía tus pensamientos y tus suposiciones negativas

Si quieres ser más positivo y optimista, deberías empezar por desafiar tus pensamientos y suposiciones negativas.

Según la psicóloga positiva Bridget Grenville-Cleave, «las investigaciones han descubierto que los optimistas y los pesimistas tienen estilos explicativos diferentes. Los optimistas atribuyen la causa de los acontecimientos y experiencias negativas a factores externos, específicos y transitorios, mientras que los pesimistas hacen lo contrario; atribuyen su causa a factores internos, globales y permanentes».

Por ejemplo, si un compañero de trabajo frunce el ceño durante tu presentación en una reunión de personal, un pesimista podría pensar: «A esa persona no le gusto ni valora lo que tengo que decir». Mientras que un optimista podría pensar: «Esa persona solo debe tener un mal día».

Las situaciones negativas no tienen por qué ser permanentes, y las interacciones negativas no siempre son personales. No podemos asumir que somos el centro del universo de otra persona y formar juicios sin ningún tipo de hechos. Así que, la próxima vez que te encuentres asumiendo lo peor sobre una persona o situación, intenta pensar en pruebas que contrarresten tu creencia negativa. A medida que se te ocurran explicaciones optimistas alternativas para un evento o interacción, puedes encontrar que hay más evidencia para apoyar un juicio positivo.

2. Busca lo bueno en la gente

Es fácil ser cínico con las personas si nos centramos en sus malos hábitos y nos fijamos en las peores cosas que han hecho. Sin embargo, a nosotros no nos gustaría que nos definieran por nuestras cualidades negativas o nuestros momentos más graves. Deberíamos darle a los demás esa misma cortesía.

Abdu’l-Bahá, una de las figuras centrales de la Fe bahá’í, nos pidió: “Callar los defectos de los demás, rogar por ellos y ayudarles, por medio de la bondad, a corregir sus defectos. Ver siempre el lado bueno y no el malo. Si un hombre tiene diez buenas cualidades y una mala, considerad las diez y olvidad la mala”.

A medida que practicamos la búsqueda de lo bueno en las personas, entrenamos nuestra mente para pensar de forma más positiva y mejorar nuestra percepción de otras personas.

3. Agradece las cosas buenas que te ocurren cada día

Además de fijarnos en las buenas cualidades de los demás, también tenemos que fijarnos y agradecer los buenos momentos que nos ocurren cada día.

La negatividad y el pesimismo nos impiden disfrutar del momento presente y apreciar lo que es importante en la vida. Cultivar una actitud de gratitud nos pone en un estado de ánimo más positivo y una mentalidad optimista para disfrutar de las bendiciones de la vida.

4. Rodéate de gente positiva

Será difícil crear una perspectiva más optimista si todos los que te rodean son pesimistas. Los escritos bahá’ís dicen: “pues así como las enfermedades en el mundo de los cuerpos son extremadamente contagiosas, así sucede también con las cualidades del espíritu y del corazón, que son extremadamente contagiosas”.

Hoy en día, los científicos utilizan el término «contagio emocional» para referirse a esta rápida propagación de emociones y comportamientos. Un artículo publicado en 2016 en el U.S. News and World Report llegó a afirmar que «las emociones pueden transmitirse más fácilmente que los resfriados o las gripes: ¡más rápido que un parpadeo!». Uno se vuelve como las personas con las que más se junta, por lo que conviene elegir amigos que tengan la mentalidad y las cualidades que a uno le gustaría desarrollar.

5. Acepta lo que puedes y lo que no puedes controlar

Muchos de ustedes habrán escuchado esta frase de la Oración por la Serenidad: «Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; el coraje para cambiar las cosas que puedo; y la sabiduría para conocer la diferencia».

A menudo, perdemos el tiempo lamentándonos por el pasado y por lo que no podemos controlar, en lugar de canalizar nuestra energía para crear cambios positivos. Por ejemplo, no puedes controlar el hecho de no conseguir la oferta de trabajo que querías, pero sí puedes controlar los esfuerzos que aumentarán tus posibilidades de ser contratado en una empresa mejor.

También es importante no confundir el optimismo con la negación de problemas graves o realidades duras. Como dijo Karol Ward, psicoterapeuta licenciada, en una entrevista con NBC News BETTER: «Puedes ser optimista sobre la posibilidad de encontrar un trabajo más lucrativo o una relación amorosa, pero si no abordas los problemas que te impiden alcanzar esos objetivos, no podrás conseguir lo que quieres».

Una combinación de optimismo y pensamiento realista ayuda a las personas a navegar por la vida. El pensamiento realista no significa no ver nunca el lado bueno de la vida; en absoluto. Es simplemente una forma de apoyar tu optimismo con los pasos de acción para que puedas crear un futuro positivo en lugar de quedarte atrapado en la fantasía».

6. Enfocate en lo que quieres

Para crear un futuro positivo, necesitamos tener fe, tener claro lo que queremos y centrarnos con alegría en lo que queremos atraer a nuestras vidas y visualizarlo.

Los bahá’ís creen, como se indica en «Star of the West», que existen «dos fases distintas de optimismo. Una se basa en la suposición de condiciones, que la mente objetiva ha concebido e imaginado, por así decirlo, en las paredes de la mente subjetiva. Si mantenemos este pensamiento o imagen sin vacilar, es posible que las cosas sucedan. Podemos iluminar nuestros propios caminos con pensamientos alegres y felices, y ayudar a elevar a otros que están en estados mentales negativos. Pero este esfuerzo debe ser realizado con diligencia, pues todo depende de nuestro propio poder para mantener las imágenes formadas». [Traducción provisional].

7. Ten fe en que todo saldrá bien

El segundo tipo de optimismo «se basa totalmente en la mente espiritual. Viene de una confianza serena y absoluta en el poder de Dios para hacer que todas las cosas sucedan para nuestro mayor bien, sea cual sea la situación aparente. Las circunstancias y el panorama no pueden destruirla.

Nuestro bien puede venir a menudo a través de pruebas y dificultades severas, de modo que puede no parecerlo en apariencia, pero por medio de la fe en el poder y las promesas de Dios sobre todas las cosas, el aspecto positivo de cada tempestad se hace visible, y uno está capacitado para obedecer Su mandato, ordenado por Bahá’u’lláh [el profeta y fundador de la Fe bahá’í], de ’Alegrar vuestro corazón con deleite, para que podáis estar capacitados para encontraros conmigo y convertiros en un espejo de Mi belleza’». [Traducción provisional].

Convertirse en una persona optimista y positiva sin duda te elevará. Recuerda que una parte importante del optimismo es creer que puedes hacer cambios positivos en este mundo y tener fe en que todo saldrá bien.

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