¿Cómo vivir la vida en un modo de oración?

Un día, una amiga, Heidi, me contó cómo aprendió a vivir su vida en modo de oración.

Ocurrió poco después de que ella recibió un libro de oraciones bahá’ís en chino .En las páginas iniciales del libro , se enumeran cinco pasos para orar.

Esos cinco pasos, los cuales fueron dados como sugerencias personales a un nuevo bahá’í llamado Ruth Moffett por Shoghi Effendi, el Guardián de la Fe Bahá’í. Estos, sin embargo, no son una parte formal de las enseñanzas bahá’ís, y el Guardián aconsejó a los bahá’ís no adoptarlos «estricta y universalmente». Pero realmente ayudaron a Heidi.

Esta es la historia de Heidi:

La primera vez que leí los cinco pasos para orar me fascinó .Así que oré por guía para poder usar estos cinco pasos en mi práctica diaria .En ese tiempo, me frustraba fácilmente con mi situación familiar, así que un día oré a Dios por la fortaleza y la guía espiritual para que me ayudara a superar la frustración .Después de orar, en algún momento sentí firmemente la creencia de que Dios me ayudaría, así que en ese período de tiempo decidí ser amable con las personas que me rodeaban y no quebrar las enseñanzas bahá’ís, que había prometido a Dios que seguiría .Pasó un mes y ya sentía que tenía más fuerza para seguir esas enseñanzas mejor. Cada vez que surgía una situación, me mantenía enfocada y tenía fe en Dios. Hubo algunas ocasiones en las que fallé, pero una vez que me di cuenta, inmediatamente volví a enfocarme y seguí intentando. Creo que recibí asistencia espiritual que me ayudó a poder lograr controlar mejor mi frustración. Me fortaleció y me ayudó a no dejarme atrapar por sentimientos negativos. Incluso en los momentos en que me sentía frustrada, esto me ayudó a poder hacer lo correcto y ser amable con los demás. Creo que Dios realmente me ayudó a mantener el enfoque y durante todo ese proceso. Esta fuerza fue un poder espiritual que nunca antes había experimentado.

Estoy tan asombrada por el progreso espiritual que Heidi hizo. Al utilizar los cinco pasos de la oración en su vida diaria, su oración fue respondida exactamente como ella lo solicitó.

Veamos esos cinco pasos, escritos por la Sra. Moffett en su libro «Call to Prayer» (Un llamado a la oración). Ella aconsejó a las personas que leen el libro que «utilicen estos cinco pasos si tenemos cualquier tipo de problema para el que deseamos una solución o ayuda».

1. Ora y medita al respecto. Usa las oraciones de las Manifestaciones ya que tienen el mayor poder. Entonces permanezca en el silencio de la contemplación durante unos minutos.
2. Llegue a una decisión y manténgala. Esta decisión suele nacer durante la contemplación. Puede parecer casi imposible de lograr, pero si parece ser una respuesta a una oración o una forma de resolver el problema, entonces inmediatamente dé el siguiente paso.
3. Tener la determinación de llevar a cabo la decisión. Muchos fallan en este punto. La decisión, que se transforma en determinación, se desvanece y, en cambio, se convierte en solo un deseo o un vago anhelo. Cuando nazca la determinación, da el siguiente paso inmediatamente.
4. Tenga fe y confianza en que el poder fluirá a través de usted, aparecerá el camino correcto, se abrirá la puerta, se le dará el pensamiento correcto, el mensaje correcto, el principio correcto o el libro correcto. Ten confianza, y lo correcto vendrá a ti. Luego, al terminar la oración, tome de inmediato el quinto paso.
5. … por último, ACTUAR; Actúa como si todo hubiera sido respondido. Entonces actúa con energía incansable e incesante. Y a medida que actúes, tú mismo, te convertirás en un imán, que atraerá más poder a tu ser, hasta que te conviertas en un canal libre obstáculos en el que el poder Divino fluya a través de ti.

Muchos oran, pero se quedan solamente hasta la mitad del primer paso. Algunos de los que meditan llegan a una decisión, pero no la mantienen. Pocos tienen la determinación de llevar a cabo la decisión, y menos aún la confianza de que hacer lo correcto es lo que responderá a sus necesidades. ¿Pero cuántos recuerdan actuar como si todo ya hubiese sido respondido? Qué tan ciertas son aquellas palabras: ’Más grande que la oración es el espíritu con el que se pronuncia’ y aún más que la forma en que se pronuncia es el espíritu con el que se realiza. – Ruth Moffett, Dua, El llamado a la oración, pág. 27-28.

Mi amiga Heidi oró y siguió estos cinco pasos. Cuando surgieron situaciones frustrantes, recordó la decisión que tomó de superar aquel momento a través de la consulta, manteniendo su decisión.

Heidi no tuvo dudas sobre si la respuesta sucedería o no, ni siquiera para considerar lo difícil que podría ser. Así que ella llevó la decisión al tercer paso de la determinación, y tuvo la fe para actuar en el cuarto y quinto paso. Incluso si al principio fallaba al intentar recobrar el enfoque, ella continuaba actuando con energía incesante .En este modo, Heidi sintió más fuerza, como si se hubiera convertido en un imán que atraía más poder y hacer que las cosas sucedan.

Si Heidi hubiese tenido la más mínima duda sobre sí misma, o hubiese pensado que era imposible no volver a quedar atrapada en la frustración, entonces nunca hubiera tenido la oportunidad de pasar al tercer paso de la oración y actuar en consecuencia.

Esta es la clave: si tenemos dudas sobre nuestra capacidad para tomar una decisión con la ayuda de Dios, nunca podremos confiar en Dios y ni en su poder espiritual.

Muchas veces en la vida, la solución a un problema que enfrentamos va más allá de nuestra propia capacidad para resolverlo. Por eso es tan importante tener una fe fuerte en Dios y creer en su ayuda, para que podamos trabajar en la solución y recibir la fuerza espiritual que necesitamos.

Estos cinco pasos de la oración no ocurren solo en el momento en que nos sentamos a orar, ocurren todo el día, todos los días. Durante este período de tiempo cuando practicamos los cinco pasos, vivimos nuestras vidas en modo de oración. Esto sucede cuando sentimos inspiración de nuestro espíritu después de orar, ponemos ese sentimiento en acción en nuestra vida diaria y continuamos actuando incluso si tenemos dificultades. Cuando hacemos esto con confianza, y creemos y actuamos con una energía incansable e incesante, al final veremos el resultado y nos daremos cuenta de que nuestra oración ha sido contestada:

«La mente y el espíritu del ser humano avanzan cuando es probado por el sufrimiento. Cuanto más se are la tierra mejor crecerá la semilla y tanto mejor será la cosecha. Así como el arado surca la tierra profundamente, limpiándola de cardos y malezas, del mismo modo el sufrimiento y la tribulación liberan al ser humano de las mezquindades de esta vida mundana, hasta que alcanza un estado de completo desprendimiento. Su actitud en este mundo será de divina felicidad .El ser humano es, por así decirlo, inmaduro; el calor del fuego del sufrimiento lo madurará. Fijaros en el pasado y descubriréis que las personas más notables son las que más sufrieron». – Abdu’l-Bahá, La Sabiduría de Abdu’l-Bahá, pág. 217.