Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Siempre pensé que la vida debía ser sin dificultades y llena de felicidad porque Dios así lo quiso. También observé en mi trato con amigos y familia, y más tarde, en mi participación en el sistema educativo, que hemos impartido esta expectativa a la siguiente generación.
En las escuelas, nos alarmaríamos si viéramos algún signo de infelicidad y empezaríamos a hacer arreglos para remediar esta condición y, en algunos casos, utilizar la ayuda de profesionales y medicamentos, que por supuesto, son esenciales en los casos graves y crónicos. En la mayoría de los casos, siento que esto es una interferencia en el proceso de los individuos de encontrar, de manera difícil, su lugar en el universo tratando de determinar un curso de acción.
No estaba seguro de que nuestra interferencia e interrupción fuera lo correcto, ya que sabía cómo las dificultades, tales como enfrentar los prejuicios religiosos, los prejuicios raciales, los problemas de salud, la pobreza, y ser un refugiado durante mucho tiempo, me ayudaron a ser la persona que soy hoy. Esas experiencias purificaron mi alma y endurecieron mi capacidad de enfrentarme a eventos y acontecimientos inesperados.
Estoy tan agradecido por esos tiempos difíciles y feliz de que nada interrumpiera ese proceso, aunque en ese momento yo esperaba que terminara.
Así que la pregunta es, si esto ha sido tan bueno para mí y si me ha hecho depender más de un poder superior que de mis padres, familia y amigos, ¿entonces no debería compartirlo? Estoy muy agradecido de haberlos experimentado, y desearía poder impartir ese sentimiento a otros y explicar los beneficios de las dificultades y pruebas en la vida. Ese sería mi regalo para la próxima generación.
La causa de la mayoría de los problemas en nuestra vida son nuestros errores, pero si no se nos permitiera cometer errores, ¿por qué Dios nos daría el libre albedrío sabiendo muy bien que no escucharíamos sus enseñanzas y la guía que ha enviado a través de sus manifestaciones?
Creo que hay una perla de sabiduría y bendición en las pruebas y dificultades, y hay muchos escritos de todas las religiones que apoyan esto. Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la fe bahá’í escribió:
…el Todopoderoso ha probado a Sus siervos y continuará probándoles hasta la eternidad, a fi n de que la luz sea distinguida de las tinieblas; la verdad, de la falsedad; lo justo, de lo injusto; la guía, del error; la felicidad, del infortunio; y las rosas, de las espinas. Pues como Él ha revelado: «¿Piensan los hombres cuando dicen ‘creemos’ que se les dejará en paz y no serán probados?».
La industrialización trajo libertad para el mundo físico, y la humanidad comenzó a dominar los elementos con la ayuda de los inventos. Con la invención de la máquina de vapor, se aceleró el proceso de conquista de las fuerzas de la naturaleza. Condujo a la construcción y mejora de carreteras, ferrocarriles, barcos, aviones y otros medios de confort.
Las ciencias abrieron nuevas oportunidades para mejorar la calidad de la vida física de la humanidad, lo cual era extremadamente difícil hasta entonces. Estos procesos se intensificaron después de la segunda guerra mundial. La humanidad estaba intoxicada con un gran deseo de tener más de lo que hacía la vida más cómoda. Las películas – Hollywood en particular – los periódicos, la televisión, la radio y otros medios de comunicación promovieron esta tendencia. El sistema educativo se convirtió en un camino para conseguir dinero para vivir una vida sin incomodidades ya que el dinero supuestamente podía resolver todos los problemas.
«No se nos ha enseñado que los tiempos difíciles son también cruciales y vitales para nuestro crecimiento»
Cada generación quiere lo mejor para la siguiente e intenta hacérselo lo más fácil posible, creyendo que es la mejor manera de criar a los niños o educarlos, y se esfuerzan y ponen tanta energía en hacer las cosas fáciles para sus hijos. Los padres usan su influencia y dinero para que lleguen a donde quieran, viviendo una vida fácil y cómoda, para que puedan vivir felices para siempre.
Abdu’l-Bahá, el hijo de Bahá’u’lláh, nos recordó los elementos importantes de la educación de los niños, y uno de los factores es «acostumbrarlos a las dificultades». Él escribió:
Mientras los niños se hallen todavía en su infancia, alimentadlos en el pecho de la gracia celestial, criadlos en la cuna de toda excelencia, educadlos en el abrazo de la munifi – cencia. Haced que obtengan provecho de toda clase de conocimiento útil. Dejadles participar en todo ofi – cio o arte nuevo, extraordinario y maravilloso. Educadlos en el trabajo y el esfuerzo, y acostumbradlos a las privaciones. Enseñadles a dedicar la vida a cosas de gran importancia, e inspiradles a emprender estudios que han de beneficiar a la humanidad.
Atravesar desafíos y superarlos da a los jóvenes autoestima y confianza, lo que es esencial para su crecimiento. Estos tiempos difíciles son duros y arduos exteriormente, pero tienen un precioso don en el interior.
Superar desafíos es un proceso de aprendizaje en el aula de la vida. El punto que se ignora es que los obstáculos, los reveses, la tristeza, las enfermedades, las pérdidas y muchas cosas más son increíblemente esenciales para entenderse a sí mismo y su papel en este mundo.
El hombre es, por así decirlo, inmaduro; el calor del fuego del sufrimiento lo madurará. Dirigid vuestra mirada hacia los tiempos pasados y encontraréis que los más grandes hombres, son los que más sufrieron. – ‘Abdu’l-Bahá, SAB, pág. 188.
Aún no he oído a nadie quejarse o cuestionar por qué todo va tan bien para ellos. Nadie va a un médico u otros profesionales para deshacerse del sentimiento extremo de felicidad. Nos han enseñado que la vida tiene que ser un lecho de rosas, así que es natural ser feliz. No se nos ha enseñado que los tiempos difíciles también son cruciales y vitales para nuestro crecimiento.
Podemos cambiar nuestra forma de pensar. Todas las religiones y las grandes mentes nos han enseñado que la vida es una serie de pruebas y dificultades. Están diseñadas por el creador para probar nuestros aspectos físicos, emocionales, intelectuales y espirituales de la vida, para que podamos descubrir y darnos cuenta de cómo nos ha ido al final de nuestras vidas. El precio del fracaso y la recompensa de superarlos son demasiado grandes.
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