Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Todos hemos tenido la sensación espontánea de que lo que estamos diciendo o haciendo ya lo hemos dicho y hecho con anterioridad, en una época remota; de haber estado rodeados, hace tiempo, por los mismos rostros, objetos y circunstancias; de que sabemos perfectamente lo que diremos a continuación, como si de pronto lo recordásemos. –David Copperfield, Charles Dickens.
En verdad digo que el alma humana está exaltada por encima de toda salida y retorno. Está quieta, y sin embargo se remonta; se mueve, y sin embargo está quieta. Es, en si, una prueba que atestigua la existencia de un mundo contingente, así como la realidad de un mundo que no tiene principio ni fin. Fíjate como el sueño que has tenido, después de un lapso de muchos años se representa de nuevo ante tus ojos. Considera cuán extraño es el misterio del mundo que se te aparece en tus sueños. Reflexiona en tu corazón sobre la inescrutable sabiduría de Dios y medita sobre tus múltiples revelaciones… –Bahá’u’lláh, Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh, p. 186.
Tuve mi primera experiencia de déjà vu, revivir un sueño ante nuestros ojos, a la edad de diez años.
Mi papá y yo habíamos ido de pesca a un lago remoto en las montañas cerca de la frontera del estado de Washington con Canadá. Un lugar al que ninguno de los dos había ido antes. Llegamos cerca del anochecer y entramos a la pequeña tienda y estación de guardabosques para obtener un lugar donde acampar esa noche. Tan pronto crucé el umbral de la puerta, me di cuenta, con absoluta certeza, que ya había estado ahí antes. Todo me resultaba familiar. Antes de mirar, ya sabía exactamente dónde estarían el estante con la carnada y la máquina expendedora de sodas y la pequeña estufa salamandra. Sabía cómo estaría vestido el hombre detrás del mostrador y sabía con precisión como inclinaría su desteñido sombrero azul para saludarnos. Sabía como respondería mi papá antes de que hablara. Sabía que un labrador negro se levantaría de detrás de la cálida estufa y se nos acercaría a saludarnos.
Mientras estaba parado con el labrador negro olfateando mi mano, asombrado por este sobrecogedor sentimiento de precognición, recordé mi sueño en el que iba de pesca con papá. Tres años antes, cuando tenía siete años, soñé sobre este lugar de manera vívida y lo guardaba en mi memoria en gran detalle. Recordé el sueño y vi que coincidía con la realidad. Tan pronto me di cuenta de que había soñado este momento años atrás, un escalofrío recorrió mi espalda. De pronto supe que en la increíble colisión del pasado y del presente, había descubierto algo profundo. Desde ese primer instante de déjà vu, he tenido algunos más, siempre en el momento que menos lo esperaba y tomándome completamente por sorpresa.
¿Ha tenido alguna vez alguno de esos tipos misteriosos de experiencias de sueños premonitorios?
Aparentemente la mayoría de nosotros los hemos tenido, de hecho, resulta que son bastante comunes. Encuestas entre diferentes culturas indican que entre 66% y 96% de las personas informan haber tenido por lo menos una experiencia de déjà vu. Esta frase en francés significa sencillamente “ya visto” y generalmente se refiere a esa sensación fuerte de que uno de alguna manera ha percibido previamente o ha soñado sobre una ocurrencia actual. Estas experiencias no son consideradas “paranormales” dado que son tan comunes. Ocurren entre niños y adultos en todo tipo de sociedades y se encuentra informes de ellas a lo largo de la historia. La neurociencia ha propuesto muchas teorías respecto de la experiencia déjà vu, pero ninguna ha sido comprobada. Algunos escritores e investigadores han proporcionado explicaciones místicas. Las enseñanzas bahá’ís dicen que estos tipos de réplicas de sueños en la vida real pueden y de hecho indican la existencia de algo más que este mundo conocido:
Has de saber que, en verdad, los mundos de Dios son incontables en su número e infinitos en su extensión. Nadie puede contarlos ni comprenderlos salvo Dios, el Omnisciente, el Sapientísimo. Considera tu estado cuando duermes. Ciertamente, digo, este fenómeno es el más misterioso de los signos de Dios entre los hombres, si reflexionaran sobre él en sus corazones. Ve como aquello que has visto en tu sueño, después de un considerable lapso, se realiza plenamente. Si el mundo en que te encontrabas en tu sueño fuera idéntico al mundo en que vives, sería necesario que el acontecimiento que ocurre en aquel sueño sucediera en este mundo en el mismo instante de su acaecimiento. Si fuera así, tú mismo lo habrías presenciado. Sin embargo, como éste no es el caso, necesariamente se deduce que el mundo en que vives es diferente y distinto de aquel que has presenciado en tu sueño. Aquel mundo no tiene principio ni fin. Sería verdad si afirmaras que ese mismo mundo, como lo ha decretado Dios Todoglorioso y Omnipotente, está dentro de tu propio ser y está envuelto dentro de ti. Sería igualmente cierto sostener que tu espíritu, después de haber traspasado las limitaciones del sueño y de haberse desligado de toda atracción terrenal, por la acción de Dios ha sido impulsado a recorrer un reino que se halla oculto en la más íntima realidad de este mundo. Verdaderamente digo que la creación de Dios abarca otros mundos además de éste, y otras criaturas aparte de éstas. En cada uno de esos mundos Él ha ordenado cosas que nadie puede escudriñar, excepto Él mismo, Quien todo lo escudriña, el Omnisapiente. Medita sobre aquello que te hemos revelado, para que descubras el propósito de Dios, tu Señor y el Señor de todos los mundos. En estas palabras han sido atesorados los misterios de la Sabiduría Divina. –Bahá’u’lláh, Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh, pp. 175-176
Así, tal como sugiere Bahá’u’lláh, meditemos sobre el fenómeno por un minuto. ¿Qué podría significar?
¿Podría el déjà vu indicar que el tiempo – tal como lo conocen los físicos, un concepto flexible basado en la fuerza gravitacional – es más fluido y mutable de lo que pensamos? O ¿podría significar que existen múltiples mundos, con conexiones ocasionales entre ellos que se revelan en nuestra conciencia? No pretendo conocer la respuesta, pero si sé que mis propias experiencias de déjà vu y sueños me han convencido de que una realidad espiritual vive allende la realidad cotidiana que mis endebles poderes de percepción pueden entender.
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