Ejercicio físico y espiritual: una vida equilibrada

La dádiva de la buena salud es el más grande de todos los dones. – ‘Abdu’l-Bahá, Selección de los escritos de ‘Abdu’l-Bahá, página 205.

Una vida equilibrada y saludable requiere de ejercicio – tanto físico como espiritual.

Desde niño, he practicado deportes. Mis padres nos enviaron a mi hermano y a mí a practicar gimnasia desde muy jóvenes, y poco después cambiamos a artes marciales, que practicamos durante muchos años. De hecho, entrenamos en varios estilos de artes marciales. Luego, cuando estaba empezando la universidad cambié al entrenamiento con pesas – en parte debido a las limitaciones de tiempo, al principio, y también mi interés por iniciar algo nuevo – y me he mantenido involucrado en él desde entonces. Regularmente levanto pesas con mi padre e incluso realizamos rutinas de ejercicio con el resto de mi familia.

Hoy en día, los humanos somos más inactivos que nunca – y estamos presenciando una pandemia de obesidad mórbida, de inactividad generalizada, de mayor incidencia de diabetes tipo 2 (llamada “diabetes de adultos” pero cada vez es más diagnosticada en niños), de adicción a la comida rápida, de dietas de moda y de trastornos alimenticios. De acuerdo con el Centro para el Control de Enfermedades, el porcentaje de adultos con sobrepeso u obesidad, de veinte años o más, fue un enorme 69% en los Estados Unidos en 2011-2012. Otros países desarrollados también reportan porcentajes crecientes. Mientras la inactividad toma su parte en tales tendencias, también lo hace el abuso excesivo. Debido a estos riesgos para la salud pública, mantenerse físicamente activo y comer de forma saludable se ha vuelto aún más importante.

Ciertamente algunas personas se enfrentan a condiciones genéticas y otras a condiciones inevitables, pero la mayoría de nosotros puede evitar muchas consecuencias de mala salud y obesidad con dietas saludables y un ejercicio adecuado.

Las tendencias actuales recuerdan a algunos historiadores de los tiempos decadentes en los días del Imperio Romano. Shoghi Effendi, el Guardián de la Fe Bahá’í, ha trazado paralelos entre el declive del Imperio Romano y el declive de nuestra civilización. Piense, por ejemplo, los emperadores romanos, golosos, masivamente obesos, que estaban absortos en sus propios hábitos alimenticios poco saludables. Entonces y ahora, podemos ver que ese abuso caracteriza a las sociedades materialistas, marcadas por una exageración y demasiado énfasis en las cosas materiales de la vida – lo cual condice a un gran daño, infelicidad, y enfermedades en la sociedad.

¿Sabía usted que el ejercicio saludable es un principio bahá’í, e, idealmente, parte del estilo de vida bahá’í?

‘Abdu’l-Bahá dijo que los bahá’ís deberían tratar de distinguirse “en todo tipo de excelencia” en comparación con el resto del mundo – incluyendo espiritual y físicamente:

La experiencia ha demostrado hasta qué punto el renunciar a fumar, a las bebidas embriagantes y al opio conduce a la salud y al vigor, a la expansión y agudeza de la mente y a la fortaleza corporal. Existe hoy en día un pueblo que evita estrictamente el tabaco, los licores embriagantes y el opio. Este pueblo es decididamente superior a los demás en fortaleza y valentía física, en salud, belleza y donaire. Uno solo de sus hombres puede hacer frente a diez hombres de otra tribu…

Haced, entonces, un ingente esfuerzo para que la pureza y la santidad, las cuales son queridas por ‘Abdu’l-Bahá por encima de todo lo demás, distingan al pueblo de Bahá; que en todo tipo de excelencia el pueblo de Dios supere a todos los demás seres humanos; que tanto exterior como interiormente sean superiores; que por su pureza, pulcritud, refinamiento y preservación de la salud sean guías a la vanguardia de aquellos que saben. – ‘Abdu’l-Bahá, Selección de los escritos de ‘Abdu’l-Bahá, páginas 203-204

Así que los bahá’ís no sólo se esfuerzan por alcanzar una distinción espiritual, sino también por la distinción en otras áreas de la vida, por ejemplo, llevar un estilo de vida físicamente saludable.

Esto plantea una pregunta ¿si el desarrollo espiritual es el verdadero propósito en esta vida, entonces por qué la salud física es tan importante? Aparte de los beneficios evidentes del aumento en la fuerza y la resistencia, el ejercicio ha demostrado científicamente tener muchos otros beneficios, como la mejora de la memoria.

Todos debemos esforzarnos por alcanzar la salud física a modo de tener una vida balanceada y feliz, especialmente en esta época de abuso y comportamientos poco saludables. Aunque es sólo una actividad física, el ejercicio puede traer efectos positivos intelectualmente, moralmente, etc., y brindarnos una vida alegre y espiritual. Así que, si usted corre o levanta pesas o practica un deporte de equipo o simplemente da un paseo saludable cada día, está haciendo un poco de ejercicio para su cuerpo y su alma.