Entonces, ¿qué es una reunión hogareña bahá’í?

Piense en un grupo de amigos que se reúnen en un hogar, en la playa, o en algún otro ambiente informal hablando sobre las enseñanzas de una religión y por qué estas son importantes para el mundo moderno.

Los bahá’ís de todo el mundo, especialmente en los campus universitarios, han llevado a cabo muchas de estas reuniones para discutir temas como la paz mundial, la igualdad de hombres y mujeres, el racismo y muchos otros temas que son importantes para vencer la ignorancia. Los bahá’ís llaman a estas reuniones «hogareñas», refiriéndose a cálidas reuniones informales y discusiones sobre las enseñanzas bahá’ís:

“El propósito de la religión, tal como ha sido revelado desde el cielo de la Santa Voluntad de Dios, es establecer la unidad y la concordia entre los pueblos del mundo; no la convirtáis en causa de lucha y discordia”. – Bahá’ú’lláh, Tablas de Bahá’u’lláh, p. 86.

Las enseñanzas bahá’ís nos dicen que todas las religiones son una y que todas las religiones provienen de una misma fuente: Dios. Las hogareñas están destinadas a personas que estén interesadas en obtener una comprensión más profunda de la Fe bahá’í y sus enseñanzas, ya que los bahá’ís creen que la religión debe unir a las personas en armonía en lugar de separarlas.

Recientemente tuve una hogareña en mi casa, donde asistieron más de sesenta amigos de la universidad. Tomé varias acciones para asegurar que esta reunión llegara a tantas personas como fuera posible: creé carteles que tenían mi número personal para cualquier pregunta y los distribuí por el campus de la Universidad de Pepperdine, y también invité a un bahá’í versado para que pueda guiar las discusiones

Mis amigos solo habían escuchado algunas cosas de la Fe Bahá’í a través de otros amigos o clases religiosas que tomaron en la escuela. Inicialmente, se suponía que la reunión duraría solo una hora, pero todos estaban tan inmersos que quisieron continuar con la conversación. Esta comenzó con una introducción a la Fe bahá’í y finalizó con una discusión abierta sobre la visión bahá’í de la vida después de la muerte, la oración y el servicio a los demás.

Después de la charla, mis amigos socializaron amistosamente con té y postres. Muchas personas sintieron que la charla las había despertado y educado espiritualmente. Fue maravilloso ver personas de diferentes orígenes religiosos y culturales en una misma habitación juntas. No solo asistieron estudiantes de mi universidad, sino también asistieron varios profesores que enseñaban temas como matemáticas, ciencias y religión. Los profesores, al igual que los estudiantes, estaban intrigados por esta nueva religión y las similitudes y diferencias de esta con sus propias prácticas de fe. Todos allí querían saber más:

“Primero, concierne a toda la humanidad investigar la verdad. Si tal investigación se realiza, todos estarán de acuerdo y unidos, pues la verdad o realidad no es múltiple; no es divisible. Las diferentes religiones tienen una sola verdad subyacente; por lo tanto, su realidad es una”. – Abdu’l-Bahá, La Promulgación a la Paz Universal, p. 122.

Como las enseñanzas bahá’ís nos dicen, es imperativo que todos aprendan por sí mismos, realizando un estudio independiente de la religión. Esta libre investigación de la verdad es también uno de los principios fundamentales de la Fe bahá’í.  Continué realizando esta reunión hogareña para poder darles la oportunidad de aprender sobre una religión que tal vez no sabían que existía. Mi única esperanza como ser humano es crear oportunidades para que las personas aumenten su conocimiento.

¿Por qué organicé y sostuve esta reunión hogareña bahá’í? Bueno, este consejo de Bahá’u’lláh me hizo reflexionar:

“Sé generoso en la prosperidad y agradecido en la adversidad. Sé digno de la confianza de tu prójimo, y mírale con rostro resplandeciente y amistoso. Sé para el pobre un tesoro, para el rico, un amonestador; sé uno que responde al llamado del menesteroso, y guarda la santidad de tu promesa. Sé recto en tu juicio y moderado en tu palabra. No seas injusto con nadie, y a todos muestra mansedumbre”. – Bahá’u’lláh, Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh, p. 149.

Esta cita explica el resultado que esperaba obtener de la reunión hogareña que sostuve: involucrar a estudiantes y profesores de origen cristiano, musulmán, judío, budista y ateo en conversaciones significativas sobre los aspectos no materiales de la vida. Los estudiantes se veían como extraños antes del evento, pero al final, se vieron como amigos con quienes podían confiar y con los que se podían identificar.

Tanto durante como después de la reunión hogareña, la alegría y la felicidad en mi casa eran tan grandes que se sentía como un tirón magnético. Este tirón finalmente permitió a los estudiantes y profesores llegar a la conclusión de que aún hay esperanza para la humanidad; espero que algún día nos veamos con caras radiantes y amigables y nos respetemos y nos amemos unos a otros como vecinos que habitan y comparten un mismo mundo.

Los estudiantes que asistieron a la primera charla preguntaron si más discusiones como esta podrían continuar en el campus de Pepperdine. Con la ayuda de un profesor universitario y el capellán de la universidad, pudimos reservar habitaciones e invitar a diferentes clubes del campus. Llamamos a estas reuniones «discusiones íntimas», en las que el formato era muy similar al de las reuniones hogareñas, pero se hizo más personal, y los estudiantes eligieron qué aspecto de la Fe bahá’í querían tocar.

Ha pasado más de un año desde que sostuve mi primera reunión hogareña, y la participación en las reuniones en curso ha sido fenomenal. El nuevo año escolar comenzará pronto, y estoy gratamente sorprendido al descubrir que muchos de mis amigos están esperando ansiosamente las grandes discusiones espirituales que hemos planeado para los próximos meses.

Los bahá’ís realizan reuniones como estas en casi cualquier lugar del mundo y tú también estás invitado.