Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
¿Qué tipo de seguridad tienes, ya sea en tu casa o en tu computadora? Puede que tengas cerraduras en las puertas, un sistema de alarma, cámaras, un programa antivirus… pero, ¿te mantendrán realmente a salvo y seguro?
Tal vez si fueras uno de los lingotes de oro de Fort Knox, Kentucky, encerrado en una gruesa cámara acorazada protegida por soldados armados, tal vez tendrías algo de seguridad. Pero la mayoría de los demás sistemas nos ofrecen un poco de paz mental más que una seguridad real. Nuestro mundo moderno, plagado de fraudes, robos descarados e incluso violencia, no parece ciertamente seguro, y le falla a la mayoría de la gente en ese aspecto.
Las enseñanzas bahá’ís ofrecen una nueva perspectiva sobre todo el tema de la seguridad. Bahá’u’lláh vinculó la seguridad de toda la humanidad con el restablecimiento de la confianza:
La confiabilidad es el más grande portal que conduce a la tranquilidad y seguridad de los pueblos. En verdad, de ella ha dependido y depende la estabilidad de todo asunto. Todos los dominios del poder, de la grandeza y la riqueza están iluminados por su luz.
En 2019 estaba usando felizmente mi Dell Inspiron 580S diariamente durante muchas horas, para escribir, buscar en internet, usar las redes sociales, revisar y responder correos electrónicos y mucho más. Pero un día un enlace supuestamente bueno se abrió y llenó mi pantalla con una solicitud como de chantaje. No podía cerrar la pantalla ni hacer nada. Apagué y encendí el Inspiron y pensé que me había librado de él. Hice un escaneo manual de virus y no apareció nada. Volví a la normalidad, pero el PC no. Noté parpadeos de la pantalla en negro de vez en cuando. Mis búsquedas en Internet saltaban los sitios de confianza y mostraban los dudosos, incluso me salía una pantalla blanca en alguna ocasión. Algunos programas estaban dañados. Así que reinstalé Windows con la ayuda de Microsoft y realicé más escaneos de virus, incluso utilizando comandos de DOS.
Finalmente, seguí notando que el PC no estaba limpio. Lo llevé a donde un técnico informático de mi localidad y le pagué para que intentara salvar lo que pudiera. Pero eso tampoco funcionó. Descubrieron que la BIOS estaba dañada, el corazón y el cerebro de todo PC, y me aconsejaron que tirara el PC a la basura y comprara uno nuevo.
Afortunadamente, tenía una copia de seguridad de todos mis archivos en un disco duro externo. Los volví a cargar en el nuevo PC y empecé de cero. No es de extrañar que, incluso hoy, mucha gente tenga miedo de tocar un PC o de probar un portátil o una tableta.
Muchos de ustedes probablemente han pasado por esto, si no es que han sufrido de un robo o un allanamiento en su casa o algo peor. Ni siquiera el hecho de ser precavido evita que ocurra lo imprevisto. Reaccionamos constantemente a estos sucesos, sin apenas tomarnos un respiro para ser proactivos. Intentamos adelantarnos a los estafadores, a los timadores y a los ladrones, pero parece que van ganando.
Lo que nos lleva a una conclusión inevitable: la seguridad es una quimera, una ilusión. Puede parecer que la tenemos, pero no es así. Cada uno de nosotros, y el mundo en su conjunto, necesitamos desesperadamente seguridad.
Toda seguridad, como señaló Bahá’u’lláh, comienza con la confianza. Si una persona, cosa, sistema, institución, gobierno, empresa u organización no es digna de confianza, ¿cómo podemos esperar vivir, trabajar, incluso jugar, en una atmósfera de equidad y justicia? ¿Cómo podemos esperar no ser engañados, robados o invadidos? ¿O que no se infecten nuestros ordenadores o se pida un rescate por nuestra riqueza?
Bahá’u’lláh escribió que la confiabilidad:
… es la puerta de la seguridad para todos aquellos que moran en la tierra y un signo de gloria por parte del Todomisericordioso. El que participa de ella, en verdad ha participado de los tesoros de la riqueza y la prosperidad. La confiabilidad es el más grande portal que conduce a la tranquilidad y seguridad de los pueblos. En verdad, de ella ha dependido y depende la estabilidad de todo asunto. Todos los dominios del poder, de la grandeza y la riqueza están iluminados por su luz.
La confiabilidad es tan importante que Bahá’u’lláh atribuyó su consecución como equivalente a la santidad:
El propósito del único Dios verdadero al manifestarse a Sí mismo es emplazar a toda la humanidad a la veracidad y sinceridad, a la piedad y honradez, a la resignación y sumisión a la Voluntad de Dios, a la paciencia y amabilidad, a la rectitud y sabiduría. Su objetivo es cubrir a cada hombre con el manto de un carácter santificado y adornarlo con el ornamento de acciones buenas y santas.
En última instancia, las enseñanzas bahá’ís nos dicen que la confianza comienza en la conciencia y el conocimiento de cada ser humano. Comienza cuando cada uno de nosotros reconoce una vocación moral más elevada y se da cuenta de que estamos conectados unos con otros como parientes en una sola raza humana. Las enseñanzas espirituales de la fe bahá’í, que convocan a toda la humanidad a la confiabilidad, imparten un nuevo código moral y el mecanismo para implementarlo en todas las personas.
Imaginemos, por un momento, una época en la que todo el mundo sea digno de confianza: entonces el mundo conocerá verdaderamente la seguridad. A pesar de lo que vemos, los bahá’ís creen que estamos avanzando hacia esta norma y tratan de modelarla en sus vidas.
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