Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
El servicio de correos de los Estados Unidos anunció en abril de 2016 que seleccionaron a una de mis heroínas favoritas, Harriet Tubman, para adornar el billete de $20.
Todos los nominados eran impresionantes y merecían el honor, pero Tubman hubiera sido mi primera elección, así que definitivamente apruebo la decisión (¡cómo si yo tuviera algo que ver!).
Al final, los billetes de $5 y de $10 también honrarán a algunas de las mujeres más sobresalientes de nuestra nación, incluyendo personajes importantes de movimientos contra la esclavitud, las sufragistas y los derechos civiles. Los diseños finales serán presentados en 2020. Es apropiado que esto coincida con el centenario de la 19º Enmienda, que otorgó el derecho del voto a las mujeres en los Estados Unidos en 1920.
Bahá’u’lláh escribió:
Si el hombre comprendiera la grandeza de su posición y la sublimidad de su destino, no manifestaría nada que no fuese un carácter excelente, unas obras puras y una conducta decorosa y digna de alabanza. – Tablas de Bahá’u’lláh, páginas 203-204
Tubman desarrolló varias de estas características—carácter excelente, obras puras y una conducta decorosa y digna de alabanza—al nivel de virtudes interiores. Su valor y determinación la impulsaron a huir de la vida de esclava. Pero cuando llegó a ser libre y a estar segura, los atributos de benevolencia, misericordia, junto con la abnegación, la impulsaron a arriesgar su propia libertad que había logrado, y quizás hasta su propia vida, para regresar una y otra vez para ayudar a liberar a otros esclavos.
Como resultado de su sabiduría y habilidad organizativa, Tubman desarrolló una ruta y un proceso para ayudar a otros a escapar de la esclavitud. Se conoció como el Ferrocarril Subterráneo. La perseverancia, valentía y carácter lo impulsaba. Todas esas mismas virtudes le sirvieron cuando fue exploradora y espía del Ejército de la Unión durante la Guerra Civil. Tubman también atendió a los soldados de la Unión. Nunca dada a quedarse reposando, en sus esfuerzos de la posguerra, se dedicó al Movimiento sufragista.
Un tema que se repite en todos sus esfuerzos es la justicia. Opino que Harriet Tubman tenía una aguda comprensión de la justicia, y no podía quedarse sentada y dejar que siguiera la injusticia. Dedicó su vida a tratar de que corregir los males de la sociedad y ayudar a dar justicia a quienes se les había negado. Arriesgó su vida para ayudar a los demás.
Bahá’u’lláh nos ha dicho:
¡Oh hijo del espíritu! Lo más amado de todo ante Mi vista es la Justicia; no te apartes de ella si Me deseas y no la descuides para que Yo pueda confiar en ti. Con su ayuda verás con tus propios ojos y no por los ojos de otros, y conocerás con tu propio conocimiento y no mediante el conocimiento de tu prójimo. Pondera en tu corazón cómo te corresponde ser. En verdad, la justicia es Mi ofrenda a ti y el signo de Mi amorosa bondad. Tenla pues ante tus ojos. – Las palabras ocultas, páginas 27-28
’Abdu’l-Bahá aconsejó:
Debemos esforzarnos con todas las energías del corazón, el alma y la mente para desarrollar y manifestar las perfecciones y virtudes latentes dentro de las realidades del mundo fenomenal, pues la realidad humana puede compararse a la semilla. Si sembramos la semilla, surge, un árbol poderoso. Las virtudes de la semilla se revelan en el árbol, éste da ramas, hojas, capullos y produce frutos. Todas estas virtudes estaban ocultas y en potencia en la semilla. Por medio de la bendición y bondad del cultivo estas virtudes se hicieron manifiestas. Análogamente Dios misericordioso, nuestro Creador, ha depositado dentro de las realidades humanas ciertas virtudes latentes y potenciales. – La promulgación de la paz universal, página 108
Harriet Tubman vio la justicia con sus propios ojos, y se convirtió en árbol poderoso, brindando una cosecha abundante.
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