Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Cuando entres en una casa hindú, si el único arte hindú que ves es el de una diosa femenina, probablemente estés en la casa de un shakti.
La palabra Shakti significa «fuerza habilitadora», y los shaktis entienden la creación, su personificación y la energía animadora como algo femenino.
Una aclaración útil del erudito hindú V. R. Ramachandra Dikshitar es que para los shaktis, Brahman (Dios) es shakti (energía) estática, y shakti es Brahman dinámico. Mucho antes de que el feminismo se convirtiera en un movimiento social en Occidente, el feminismo existía como una fuerza importante en la India, atrayendo a millones de mujeres – y hombres. No es que los shaktis estén en guerra con los hombres; es simplemente que creen que la fuerza subyacente de la madre naturaleza es inherentemente femenina.
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Así como todos los varones nacen de las mujeres, la energía masculina requiere de la energía femenina para nacer. Los varones, por cierto, progresan espiritualmente en el shaktismo al reconocer el principio femenino latente dentro de ellos. De manera muy similar, las enseñanzas bahá’ís exaltan ese eterno principio femenino, citando el principio primario bahá’í de la absoluta igualdad de los sexos, y diciendo que en la fe bahá’í:
…las mujeres son consideradas iguales a los hombres, y Dios ha creado a toda la humanidad a Su propia imagen y semejanza. Es decir, los hombres y las mujeres por igual son los reveladores de Sus nombres y atributos y, desde el punto de vista espiritual, no existe diferencia entre ellos. Aquel que se acerque a Dios es el más favorecido, ya sea hombre o mujer…
Abdu’l-Bahá también dijo, en el libro de J.E. Esselmont, Bahá’u’lláh y la Nueva Era, que:
El mundo del pasado ha sido gobernado por la fuerza, y el hombre ha dominado a la mujer debido a sus cualidades más potentes y agresivas, tanto físicas como mentales. Pero el equilibrio está variando, la fuerza esta perdiendo su dominio, y la viveza mental, la intuición y las cualidades espirituales de amor y servicio, en las que la mujer es fuerte, están ganando en poder. En adelante tendremos una época menos masculina y más influida con ideales femeninos, o, para explicarnos más exactamente, será una época en la que los elementos masculinos y los femeninos de la civilización estarán más equilibrados.
«Soy la Reina Soberana»
El shaktismo es bastante antiguo. De hecho, algunas de las obras de arte más antiguas de la India representan figuras femeninas que se consideran diosas. La escritura hindú más antigua, el Rig Veda, habla de un dios femenino -Saraswati, también conocido como Vak- en los términos más elevados. El himno 125 del libro 10 dice:
Yo soy la Reina Soberana; el tesoro de todos los tesoros; la cabeza de todos los objetos de adoración; cuyo Ser omnipresente manifiesta a todos los dioses y diosas; cuyo lugar de nacimiento está en medio de las aguas causales; que al exhalar da nacimiento a todos los mundos creados, y sin embargo se extiende más allá de ellos, tan vasta soy en grandeza.
En el Shaktismo sólo hay una Diosa (o Devi en sánscrito), pero puede adoptar cientos de formas diferentes, dependiendo en gran medida de la región de la India. En el norte y el este de la India, la forma más común de la diosa es Kali, aunque Durga y Chandi también son habituales. En el sur suele ser Lalita-Tripurasundari.
Kali es la versión femenina de la palabra kala, que tiene dos significados en sánscrito: tiempo (o una porción de tiempo) y negro, ya que la oscuridad precede a la luz en el tiempo. Kali es bastante fácil de identificar y no es fácil de olvidar. Es una temible imagen negra (o azul) que a menudo se ve en medio de la batalla, blandiendo una espada y sosteniendo en uno de sus brazos la cabeza cortada de un demonio. También lleva una guirnalda de calaveras y un cinturón de brazos cortados.
Es fácil que los occidentales malinterpreten el significado de esta imagen. Kali es feroz porque destruye el mal. En dos de sus brazos, dice a sus seguidores que no teman, que los protege y los bendice, pero que ¡ay de sus enemigos! A menudo se ve a Kali de pie sobre el cuerpo de Shiva. La historia cuenta que Kali estaba tan metida en una batalla que empezó a matar todo lo que veía. Para calmarla y detenerla, Shiva se arrojó bajo sus pies. En ese momento, Kali le sacó la lengua en señal de asombro, y entonces pudo detener su furia. Kali es una consorte de Shiva, y en la creencia shakti, es a través de ella que él recibe su poder.
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Muchos occidentales modernos conocieron el hinduismo a través de los escritos y la práctica de Ramakrishna (1836-1886) y su principal discípulo, Swami Vivekananda (1863-1902). Ambos eran devotos de Kali. En el Parlamento de las Religiones del Mundo celebrado en Chicago en 1893, durante la misma conferencia en la que la fe bahá’í se dio a conocer en Occidente, Vivekananda introdujo el espíritu hindú de aceptación religiosa de esta manera:
La santidad, la pureza y la caridad no son posesiones exclusivas de ninguna iglesia del mundo. Cada sistema ha producido hombres y mujeres del más exaltado carácter. Ante esta evidencia, si alguien sueña con la supervivencia exclusiva de su propia religión y la destrucción de las demás, lo compadezco desde el fondo de mi corazón, y le señalo que en el estandarte de cada religión pronto se escribirá, a pesar de la renuencia: «Ayuda en vez de pelear», «Asimilación en vez de destrucción», «Armonía y paz en vez de disensión».
De hecho, no puede ser de otro modo, tal como lo ven los hindúes, porque saben que Dios está dentro de cada persona y anhela ser acogido.
Si ves a una diosa de piel clara montada en un tigre o un león, quizás en una batalla matando a un demonio búfalo, entonces te has encontrado con Durga, otra manifestación de la Devi. Una diosa de aspecto similar es Chandi. Chandi predomina entre los shaktis de las regiones de Bengala y a veces se considera que combina aspectos de Kali, Saraswati (consorte de Brahma) y Lakshmi, consorte de Vishnu. También puede considerarse el aspecto bélico de Durga, aunque ésta también puede ser pacífica. Chandi suele presentarse con un tono dorado y 18 brazos. Al igual que Durga, a menudo se la ve en la batalla sosteniendo muchos instrumentos de guerra y montando un león.
Si te encuentras con una diosa hermosa, joven y femenina que irradia amor, normalmente sentada en un trono o en una flor de loto, a menudo vestida de rojo, y con un mandala compuesto por muchos triángulos en algún lugar cerca de sus pies, te has encontrado con Lalita-Tripurasundari y estás en el hogar de un shakti. La palabra Lalita significa «la que juega»; tri, por supuesto, significa «tres»; pura significa «ciudad»; y sundari significa «hermosa». Así, Lalita-Tripurasundari es la hermosa diosa que juega en tres ciudades. Se desconoce el significado original de las tres ciudades, pero «ciudades» se traduce a veces como «mundos» y se entiende entonces que significa todo el universo: el físico, el mental (perceptivo) y el causal divino; o el cielo, la tierra y lo que los conecta. El nombre del estado indio de Tripura, rodeado por Bangladesh, puede proceder de esta diosa, que tiene muchos seguidores en la zona.
Otros signos de Lalita son que sostiene una caña de azúcar verde y alta en una mano, flores en otra y otras cosas en otras manos. También puede tener dos asistentes femeninas con abanicos en la mano: Lakshmi (recordemos que es la consorte de Vishnu y también la diosa de la riqueza y la prosperidad) y Sarswati (de nuevo, consorte de Brahma, pero también diosa de las artes, la música, las ciencias y el conocimiento). Aunque hay historias de batallas que involucran a Lalita, su aspecto visual es generalmente benigno y acogedor, como una madre que acoge a un niño.
El mandala situado cerca de los pies de Lalita es un símbolo sagrado llamado Sri Chakra (rueda sagrada) o Sri Yantra (instrumento sagrado). Su dimensión más externa es un cuadrado que representa la energía de la tierra, luego dentro del cuadrado hay un círculo (que representa la energía del agua) de pétalos de loto, y luego nueve triángulos que se dibujan entre sí, produciendo un total de cuarenta y tres triángulos. Un bindu (punto) en el centro puede considerarse el 44º triángulo. Un triángulo orientado hacia arriba representa el elemento fuego. El triángulo orientado hacia abajo representa el agua, el conocimiento y la fecundidad femenina. El triángulo orientado hacia abajo se utiliza a menudo como símbolo shakti.
Una última manifestación común de la Devi es probablemente buena tener en cuenta: Pravati. Considerada la segunda esposa de Shiva, también se considera una manifestación completa de shakti, (la adi parashakti, el poder eternamente ilimitado) la energía activa que crea y disuelve el universo y que es la madre de todos los demás dioses y diosas. Parvati es, pues, la propia shakti y Kali, Durga, Chandri, Lalita y otras son algunas de sus posibles manifestaciones.
Los shaktis, como todos los hindúes, buscan reconocer a Dios (la Diosa) en su interior, y creen que la madre divina puede encarnarse en este mundo. La práctica espiritual shakti suele implicar el uso de mantras (sonidos sagrados repetidos) y yantras (imágenes, como el Sri Chakra) específicos, así como el yoga y diversas prácticas tántricas. Sus principales escrituras son: los Vedas, los shakta Agamas, el Devi Purana, el Kalika Purana, el Devi Bhagavata Purana y el Mahabhagavata Purana.
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