Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
…el hombre por intermedio de la posesión de este don ideal de la investigación científica, es el más noble producto de la creación. – ‘Abdu’l-Bahá, Baha’i World Faith, p. 243.
En la Parte I de nuestra serie sobre espiritualidad y ciencia, planteamos la pregunta: ¿Qué métodos pueden ayudarnos a determinar la realidad y la verdad, que puedan guiar la búsqueda personal de significado y propósito en la vida, y establecer integridad y un código ético que pueda traer alegría perdurable y satisfacción?
Para efectos de nuestra discusión sobre esta importante pregunta, asumamos que los enfoques metafísico, religioso y espiritual están “prohibidos” en esta búsqueda. Dado que vivimos en un mundo escéptico colmado de afirmaciones contradictorias y explicaciones místicas y dogmáticas, limitemos nuestro método para llevar a cabo este proceso al empirismo y racionalismo, o como se le conoce por la moderna combinación de estos enfoques: ciencia. Además, para poder descartar la pseudociencia, enfoquémonos especialmente en el método científico.
Como científicos, intentaremos hablar a personas de mentalidad científica sobre divinidad y revelación de una manera creíble que pueda orientar y apoyar una búsqueda personal de propósito, significado e integridad; la misma que podría ser ennoblecedora y conducente a una alegría perdurable.
Entonces, si vamos a hacer esto como científicos, ¿qué es un científico y cómo piensa? Estrictamente hablando, un científico (a diferencia de un filósofo) es una persona que participa en una actividad sistemática para adquirir conocimiento; y para este fin, utiliza el método científico. En un sentido más estricto, un científico es un individuo que sigue principios fundamentales para la investigación científica. Como resultado de ver “The Big Bang Theory” sabemos que algunos de estos principios son:
- El mundo puede ser comprendido.
- Las ideas científicas están sujetas al cambio.
- El conocimiento científico es duradero y progresivo.
- La ciencia no puede dar respuestas completas a todas las preguntas.
- La ciencia requiere evidencia.
- La ciencia es una mezcla de lógica e imaginación.
- La ciencia explica y predice.
- Los científicos tratan de identificar y evitar la parcialidad.
- La ciencia no es autoritaria.
- La ciencia puede ser una actividad social compleja.
- La ciencia está organizada en disciplinas de contenido y se lleva a cabo en diversas instituciones.
Existen principios éticos generalmente aceptados en el ejercicio de la ciencia
Nosotros presentaríamos tres puntos adicionales: (a) Los científicos son escépticos profesionales, (b) los científicos requieren pruebas materiales y (c) los científicos pueden ser audaces al aceptar nuevas ideas.
Todos estos puntos se obtienen de los fundamentos del método científico, tal como fue descrito por Karl Popper. En resumen, una teoría es “científica” si conduce a predicciones que son falsables (es decir, que pueden ser refutadas). Como un ejemplo trivial, la teoría de la gravedad dice que un lapicero caerá al piso; si el lapicero no cae, entonces queda demostrado que la teoría de la gravedad es falsa y debe ser descartada. Si el lapicero cae como fue predicho, entonces la teoría es aceptada provisionalmente, al menos hasta que sea falsada o que aparezca una mejor. En el mundo de la ciencia, una teoría es “mejor” si hace predicciones más generales o sorprendentes, o si contiene la menor cantidad de elementos posible (La navaja Ockham: la simplicidad es buena).
La duda es esencial para el método científico. En el mundo científico, la duda también es fundamental para la aceptación y el avance. Un científico puede volverse famoso por descubrir un error lógico en una teoría existente, o al demostrar que una teoría, incluso si tiene lógica, no se sostiene en el mundo real. En el mundo científico, una teoría es tan fuerte como su eslabón más débil: si se puede poner en duda cualquier elemento de una teoría, entonces toda la teoría debe ser descartada.
Si un científico está interesado en temas espirituales, uno debe esperar preguntas bastante directas dirigidas hacia aquello que el científico percibe como el eslabón más débil en la cadena de razonamiento: no existe nada personal en esto, es normal.
Podemos ahora comenzar a describir la dificultad que plantea hablar con científicos sobre Dios. Por naturaleza un científico, quien es un escéptico profesional, requiere evidencia para creer. La evidencia se refiere a pruebas materiales; sin embargo, la religión se basa fundamentalmente en el espíritu, no la materia. Además, de acuerdo con la norma del eslabón más débil, si un científico encuentra algo sobre la religión que parece estar mal; por ejemplo, un elemento de práctica o creencia supersticiosa que vaya en contra de la razón, él o ella probablemente rechace a la religión en su totalidad.
Uno de los aspectos bastante positivos de la visión del mundo de un científico: a saber, es que acogerá nuevas ideas siempre que estas hayan sido mejor probadas de lo que se había hecho antes. En materia de religión, la objeción de muchas personas, ya sea esta real, psicológica o ambas, es “¿por qué lo que era suficiente para mi padre no es suficiente para mí también?” En materia de ciencia, al menos luego de que un científico supera su conmoción inicial, uno jamás escucha decir: “A los romanos les bastaba creer que el sol giraba alrededor de la tierra, por lo que para mí también es suficiente”. Esta fundamental mentalidad abierta de los científicos brinda la oportunidad para un dialogo espiritual significativo.
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