Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Es fácil apegarse a aquellas conocidas formas de pensar y de ser – viejos pensamientos y viejas experiencias – que enfatizan nuestro ser material. Hemos sido hipnotizados y condicionados para convertirnos en seres materialistas. Pero, ¿por qué estamos definiendo nuestra realidad solo con nuestros sentidos físicos en lugar de definir la realidad en base a nuestra naturaleza espiritual?
Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la fe bahá’í, escribió que la naturaleza material de este mundo es la mayor ilusión. Señaló que «El mundo no es más que una apariencia, vana y vacía, una mera nada que lleva semejanza de realidad. No pongáis vuestros afectos en él. No rompáis el vínculo que os une con vuestro Creador y no seáis de aquellos que han errado y se han desviado de sus caminos”.
Debemos modificar nuestros cerebros y reconfigurar nuestro pensamiento para tener una comprensión diferente de nuestra realidad actual.
Creo que debemos creer en algo mucho más grande que solo esta experiencia física y material. Debemos modificar nuestros cerebros y reconfigurar nuestro pensamiento para tener una comprensión diferente de nuestra realidad actual. Bahá’u’lláh nos dijo “Sumergíos en el océano de Mis palabras, para que descifréis sus secretos y descubráis todas las perlas de sabiduría que se hallan ocultas en sus profundidades”.
Con eso en mente, me he estado preguntando, ¿podemos concebir un futuro que no esté relacionado con nuestros sentidos físicos?
Me lo imagino como instalar un nuevo circuito. Puedo elegir emocionalmente interiorizar un futuro espiritual, haciendo que nuestro cuerpo se sincronice con la mente inconsciente. La mente objetiva no sabe la diferencia entre las experiencias que crean emociones y las emociones que se crean solo con el pensamiento – hasta el punto de que empiezas a señalar nuevos genes y nuevas ondas para cambiar tu cuerpo para aceptar una nueva realidad.
Cuando esto sucede, te conviertes en un imán para tu destino. Si todavía te preguntas por qué «no está» ahí – o por qué otros no te lo ofrecen- entonces vuelves a operar desde el yo sensorial material inferior.
Quédate en ese estado durante un largo período como un experimento, como un científico en tu vida para mantener tu energía conectada a tu yo superior, tu alma. Y luego averigua qué efectos están empezando a ocurrir. Hágalo sin caer en la impaciencia, la frustración, o sin empezar a sobreanalizar. ¡Esa es la trampa de definir tu realidad espiritual! Cuando tratas de limitar tu realidad espiritual, experimentas una separación de la unidad y la perfección de la » verdadera» espiritualidad.
El acto de esta creación es un proceso libre y flexible. Este lugar desconocido es no es un lugar que cause miedo. En cambio, es una hermosa realidad de nuestro futuro. Si nos refrenamos antes de repetir los viejos hábitos de nuestra experiencia material, principalmente sensorial, ¡sería una victoria! Si seguimos refrenándonos, esas victorias se acumulan. La superación de nuestro antiguo ser nos permite convertirnos en otra persona: un ser espiritual y altamente evolucionado en unidad con sí mismo y con todo lo que nos rodea. Esto sucede porque estamos operando en la frecuencia más alta – que es todo acerca del amoroso propósito de Dios, nuestro verdadero propósito. Como escribió Bahá’u’lláh “Oh pueblo, librad vuestras almas de las cadenas del yo y purificadlas de todo apego a cualquier cosa fuera de mí”.
No se trata de tu riqueza, tus posesiones o tus relaciones. En cambio, es más sobre en quién te conviertes como un ser espiritual, perfectamente en sintonía, y alineado con tu vocación y propósito.
Tenemos que cambiar este patrón milenario de vivir solo en lo material.
Superar ese antiguo yo nos permite convertirnos en otra persona, una mejor versión de nosotros mismos. El período de transición puede ser un desafío, y puede parecer que no está ocurriendo nada. Pero tienes que seguir adelante. Llegar al final de tu propia creencia mental – aquí es donde la mayoría de la gente se detiene – y abrirse paso hacia el otro lado mágico donde somos dignos de recibir bendiciones espirituales. Tenemos que cambiar este patrón milenario de vivir solo en lo material.
Tienes que ensayar mentalmente y cada día mantenerte responsable. Y evaluar: ¿Qué fue lo que causó que estuviéramos inconscientes por el resto del día?
A medida que te conviertas en un estudiante de la vida, contemplarás lo que pasó y lo que hay debajo de todo. La próxima vez que sepas que estarás en una situación similar, puedes planear tu comportamiento y prepararte para saber cómo involucrarte y modelar tu experiencia espiritual. Este acto o proceso nos ayuda a reinstalar el hardware neurológico en nuestros cerebros para pensar que ya lo hicimos, y despierta nuestra alma para estar en la experiencia.
Cuando nos separamos del ego o de los sentidos materiales, el cerebro puede finalmente ser libre para comenzar a trabajar con el alma en unidad. Aquí es donde la magia puede ocurrir. Tenemos que ser conscientes espiritualmente para tener esta experiencia, que nace de la oración, la meditación y la lectura de los escritos de las Manifestaciones de Dios. Si somos sinceros al pedir este poder de Dios para operar, nos iluminamos. Esta experiencia trascendental puede tener un cambio místico en el espíritu, que nos ayudará a estar en paz con nuestro pasado sin apegos ni arrepentimientos.
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