Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
En mis años como bahá’í, nueve citas de los escritos bahá’ís han llegado a ser especialmente importantes para mí. Acudo a ellas una y otra vez, porque ofrecen inspiración, guía y una poderosa percepción.
Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la fe bahá’í, nos asegura que todas las palabras que reveló son de vital importancia para lograr la regeneración espiritual tanto a nivel individual como social. Nos animó a todos a sumergirnos «en el océano de Mis palabras, para que descifréis sus secretos y descubráis todas las perlas de sabiduría que se hallan ocultas en sus profundidades».
Los bahá’ís creen que meditar en los escritos de la Fe y hacer todo lo posible por ajustar nuestras vidas a su guía ayudará a lograr un crecimiento espiritual que, a su vez, puede engendrar una sensación de confianza, felicidad y una vida con más propósito. A medida que las enseñanzas de las tres figuras centrales de la fe bahá’í –el Báb, Bahá’u’lláh y ’Abdu’l-Bahá– calen en los corazones y las mentes de cada vez más personas, el planeta entero podrá transformarse en un mundo de paz, justicia, unidad y amor.
Así que, de este vasto océano, nueve perlas de sabiduría tienen un significado especial para mí.
El propósito de la vida
Las dos primeras citas se centran en el propósito humano: el propósito de la vida y el propósito de la creación. Los filósofos y, de hecho, cualquier persona pensante ahora y a lo largo de la historia han reflexionado sobre estos temas. Bahá’u’lláh deja absolutamente claro cuál es nuestro propósito, como parte de una corta oración que millones de bahá’ís recitan cada día: «Soy testigo, oh mi Dios, de que Tú me has creado para conocerte y adorarte».
Esta es una profunda verdad de la revelación de Bahá’u’lláh.
Los escritos bahá’ís nos aseguran que la razón de todas las escrituras de los anteriores mensajeros de Dios, y de todo el sufrimiento que padecieron, puede captarse en esta verdad espiritual: que el propósito de nuestras vidas mortales en este mundo físico es conocer y amar a nuestro Creador.
Asociado a esta clara declaración de propósito, Bahá’u’lláh escribió que todo lo que nos rodea, desde el vasto universo hasta cada recurso de nuestro planeta, incluso cada átomo existente, fue creado para apoyar este propósito último:
Toda cosa creada en el universo entero no es sino una puerta que conduce al conocimiento de Él, un signo de Su soberanía, una revelación de Sus nombres, un símbolo de Su majestad, una muestra de Su fuerza, un medio de ser admitido en Su recto Camino…
Este conocimiento me ayuda a tener un sentido más profundo de asombro y comprensión de todas las cosas que se encuentran en la naturaleza. Ya sea contemplando un océano, una pradera llena de flores silvestres o unas ardillas jugando en el jardín, todas las maravillas de la naturaleza me ayudan a apreciar mejor a nuestro Creador.
Esta constatación nos lleva a la siguiente pregunta: ¿cómo vivir la vida con mayor propósito para aprovechar al máximo este conocimiento de nuestro propósito? Porque el conocimiento por sí solo no basta: nuestras acciones deben ajustarse a ese conocimiento.
¿Cuántas veces conocemos la finalidad de algo, pero intencionada o inadvertidamente hacemos un mal uso de ello? Por ejemplo, una persona necesita un martillo para clavar un clavo. En lugar de cruzar el patio hasta el cobertizo de las herramientas para coger el martillo, esa persona coge una llave inglesa que tiene cerca y la utiliza en su lugar, con el resultado probable de una llave inglesa rota y un clavo sin clavar. En ese caso, el propósito era bien conocido, pero las acciones de la persona no se alinearon con ese propósito, lo que dio lugar a un resultado negativo.
Encontrar la dirección de la vida
Las enseñanzas bahá’ís contienen abundantes escritos que nos orientan en la vida, ayudándonos en nuestro camino para conocer y amar mejor a nuestro Creador. Esta conocida cita, que se encuentra en el libro místico de Bahá’u’lláh Las palabras ocultas, nos proporciona el conocimiento y la guía esenciales para vivir nuestras vidas: «Mi primer consejo es éste: Posee un corazón puro, bondadoso y radiante, para que sea tuya una soberanía antigua, imperecedera y sempiterna».
Esa cita no solo indica la importancia de adquirir las tres virtudes de pureza, bondad y felicidad radiante, sino que también revela la recompensa que recibiremos cuando desarrollemos esas virtudes.
Esta hermosa cita de Bahá’u’lláh, dirigida a los verdaderos buscadores espirituales, profundiza en el pasaje anterior con más detalles sobre cómo podemos vivir mejor nuestras vidas para cumplir nuestro propósito:
Ese buscador también debiera considerar la murmuración como grave error y mantenerse alejado de su dominio, por cuanto la murmuración apaga la luz del corazón y extingue la vida del alma. Debiera conformarse con poco y liberarse de todo deseo desmesurado. Debiera apreciar la compañía de quienes han renunciado al mundo y considerar que rehuir a la gente jactanciosa y mundana es un gran beneficio. Al amanecer de cada día debiera comulgar con Dios y perseverar con toda su alma en la búsqueda de su Amado. Debiera consumir todo pensamiento descarriado con la llama de Su amorosa mención y, con la rapidez del relámpago, pasar por encima de todo lo que no sea Él. Debiera socorrer al desposeído y nunca rehusar su favor al menesteroso. Debiera ser bondadoso con los animales, y más aún con su semejante, que está dotado del poder del habla. No debiera vacilar en sacrificar su vida por su Amado, ni permitir que la desaprobación de los hombres le aparte de la Verdad. No debiera desear a otros lo que no desea para sí mismo, ni prometer lo que no ha de cumplir.
Estos atributos espirituales, cuando se desarrollan y se practican, pueden hacer que la vida de cualquier persona sea más feliz, más satisfactoria y más amorosa.
RELACIONADO: 4 citas sobre el servicio espiritual que guían mi trabajo profesional
Los aspectos prácticos de la vida
Junto con tales atributos celestiales y espirituales, los escritos bahá’ís también incluyen una gran cantidad de orientación sobre los aspectos prácticos de la vida. La revelación bahá’í aborda cuestiones humanas universales relativas al matrimonio, la crianza de los hijos, la salud, la higiene personal y la dieta, así como el trabajo, la justicia social y la organización óptima de la sociedad humana.
A menudo he encontrado esta cita de Bahá’u’lláh inspiradora y útil durante mis días de trabajo e incluso ahora en mi jubilación: «Dedicarse a alguna profesión es altamente recomendable, porque, cuando uno está ocupado en el trabajo, es menos probable que se fije en los aspectos desagradables de la vida».
A pesar de toda esta guía, nadie es perfecto, y cada uno de nosotros en ocasiones no estará a la altura de las normas que Bahá’u’lláh estableció. Aunque no es fácil, debemos reconocer este hecho, reconocer nuestras debilidades y esforzarnos por superarlas. Afortunadamente, las enseñanzas bahá’ís nos aseguran que, si intentamos enmendar cualquier acción indeseable, seremos perdonados. Esta cita de una oración escrita por Abdu’l-Bahá recoge este principio:
Todos somos pecadores y Tú eres el Perdonador de los pecados, el Misericordioso, el Compasivo. ¡Oh Señor! No consideres nuestras faltas. Trátanos de acuerdo con Tu gracia y generosidad. Nuestras faltas son muchas, pero el océano de Tu perdón es ilimitado.
A veces, cuando nos miramos a nosotros mismos de forma demasiado crítica o recordamos nuestras vidas y nuestros defectos, nuestros tropiezos y nuestros fracasos, podemos llenarnos de arrepentimiento y culpa. Pero Dios es indulgente, misericordioso y compasivo con nosotros, prometen las enseñanzas bahá’ís.
Otra cita de una oración bahá’í nos asegura que, en todos los aspectos de nuestra vida, Dios está ahí para ayudarnos tanto en los buenos como en los malos momentos:
Te imploro que me ayudes y me asistas en todo momento y en toda condición, y anhelo Tu antiguo favor del cielo de Tu gracia. Tú eres, en verdad, el Señor de la munificencia y el Soberano del reino de la eternidad.
En la misma línea, me encantan estas palabras, que se encuentran en una de las oraciones más conocidas de Bahá’u’lláh: «¡Oh Dios! No los abandones a sí mismos, sino guía sus pasos con la luz de Tu conocimiento y alegra sus corazones con Tu amor. Verdaderamente, Tú eres su Auxiliador y su Señor».
Estos pasajes de las enseñanzas bahá’ís nos ofrecen una guía infalible y la felicidad de saber que somos amados: ¿qué más se puede pedir? Del océano de escritos que componen la revelación bahá’í, estas breves citas tienen un significado especial para mí. Me vienen a la mente a menudo, guiándome por la vida con amor, compasión y comprensión. Cuando tú lees los escritos bahá’ís, ¿qué pasajes son los que más significado tienen para ti?
Comentarios
Inicia sesión o Crea una Cuenta
Continuar con Googleo