Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Me encanta mirar las fotografías de la Tierra desde el espacio. Hace que todos mis problemas grandes, insolubles y desastrosos me parezcan tan pequeños. Una imagen notable fue tomada el 14 de febrero de 1990; Después de viajar por 12 años desde la Tierra, el Voyager 1 se volvió una última vez, a 4.000 millones de millas de su casa, y nos fotografió. Ese «pálido punto azul» (foto abajo) somos nosotros, todos nosotros; Imaginar toda la historia humana, todo lo que nos ha pasado, ocurrió en ese punto.
Desde este punto de vista, las guerras, las fronteras y los prejuicios que nos dividen parecen insensatos, innecesarios e incluso vergonzosos. Aunque poco se puede ver desde este punto de vista, una cosa es clara: todo lo que nos divide como una familia humana es artificial. Me pregunto a mí mismo, ¿qué significa ser un ’bienqueriente de la humanidad’? Para mí, ser un «bienqueriente de la humanidad» comienza con una oración. La oración de abajo es especial para mí porque no es sólo para mí. Es la oración por un niño pequeño en una guerra que ha diezmado a Siria, una oración por una luchadora madre soltera en Detroit, una oración por una benefactora familia rusa, una oración por una celebridad en la cárcel. Es una oración para los ricos, los sin hogar, negros, blancos, niños, heridos, encarcelados, simplemente una oración para nuestra familia humana.
¡Oh Tú, bondadoso Señor! Tú has creado a toda la humanidad del mismo linaje. Tú has decretado que todos pertenezcan a la misma familia. En Tu Santa Presencia todos ellos son Tus siervos y toda la humanidad se cobija bajo Tu Tabernáculo; todos se han reunido en Tu Mesa de Munificencia; todos están iluminados por la luz de Tu Providencia.
¡Oh Dios! Tú eres bondadoso con todos, Tú provees a todos, das asilo a todos, confieres vida a todos. Tú has dotado a todos y a cada uno con talento y facultades y todos están sumergidos en el Océano de Tu Misericordia.
¡Oh Tú, bondadoso Señor! Une a todos. Haz que las religiones concuerden, haz de las naciones una sola, a fin de que puedan verse unas a otras como una sola familia y a toda la humanidad como un solo hogar. Que vivan todas juntas en perfecta armonía. ¡Oh Dios! Iza hasta lo más alto el estandarte de la unidad de la humanidad.
¡Oh Dios! Establece la Paz Más Grande.
Une Tú, oh Dios, los corazones unos con otros.
¡Oh Tú, Padre bondadoso, Dios! Regocija nuestros corazones con la fragancia de Tu amor. Ilumina nuestros ojos con la Luz de Tu Guía. Alegra nuestros oídos con la melodía de Tu Palabra y ampáranos a todos en el Refugio de Tu Providencia.
Tú eres el Poderoso y el Fuerte. Tú eres el Perdonador y Tú eres Quien pasa por alto los defectos de toda la humanidad.
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