«¿Por qué estoy aquí?» 5 pasos para descubrir el propósito de tu vida

En varios momentos de mi vida, he mirado al cielo, al vasto universo, y me he preguntado: «¿Por qué estoy aquí?».

Esos momentos han surgido en momentos en los que me sentía especialmente perdida o insegura sobre el modo en que se desarrollaba mi travesía. Quizás, pensé, estoy teniendo una crisis existencial.

Dictionary.com define una crisis existencial como un «episodio psicológico en el que una persona cuestiona el sentido de su vida y de la propia existencia». Pero he aprendido que también puede ser un «episodio espiritual», en el que uno contempla por qué está aquí en la Tierra y su lugar único en el mundo.

Como dijo Sócrates, «la vida no examinada no merece la pena ser vivida». Todos queremos vivir una vida con sentido que cumpla nuestro propósito, pero ¿cómo lo hacemos? Aquí, con la ayuda de las enseñanzas bahá’ís, considere estas cinco sugerencias para guiarle en su camino hacia la autorrealización y la satisfacción:

1. Hazte preguntas

«¿Por qué estoy aquí?», «¿Cuál es el propósito de la vida?», «¿Hay algo más en la vida que esta realidad física?». En algún momento de nuestras vidas, cada uno de nosotros tiene una inclinación natural a buscar respuestas a estas preguntas y descubrir el significado de la existencia. Los escritos bahá’ís alientan esta búsqueda espiritual y la llaman «la investigación independiente de la verdad». Cada alma está en su propio y único viaje hacia la verdad, dicen los escritos bahá’ís, y todo comienza con un anhelo, una pregunta. He descubierto que, sea cual sea la pregunta, el universo proporcionará la respuesta: todo lo que tengo que hacer es guardar silencio y escuchar.

Abdu’l-Bahá, el ejemplo y líder de la Fe bahá’í tras el fallecimiento de su padre Bahá’u’lláh, resumió  una vez el principio bahá’í de la investigación independiente de la verdad de esta manera:

Entre esas enseñanzas estaba la investigación independiente de la realidad, a fi n de que el mundo de la humanidad se salve de la oscuridad de la imitación y alcance la verdad; que desgarre y deseche esta raída indumentaria de hace un millar de años que se le ha quedado pequeña y se coloque el manto tejido con la mayor pureza y santidad en el telar de la realidad. Dado que la realidad es una sola y no admite multiplicidad, por consiguiente, las diferentes opiniones deben finalmente fusionarse y llegar a ser una sola.

2. Sigue tu intuición

¿Ese libro de autoayuda que te atrae misteriosamente? Léelo. ¿La clase comunitaria que despierta tu interés? Hazla. Confía en esas intuiciones internas que te llevan al propósito de tu vida. Cuando sigas tu intuición, te sentirás inspirado y respaldado. No es necesario forzar nada, ya que la vida tiene un proceso natural de desarrollo. Al sintonizar con tu propia conciencia, atraerás a personas, lugares y experiencias que te guiarán en tu viaje personal. Las cosas se pondrán en su sitio de una forma que nunca habrías imaginado.

La Palabra de Dios es el reservorio de todo bien, de todo poder y de toda sabiduría… Despierta en nosotros esa brillante intuición que nos hace independientes de toda suposición, y nos dota de un poder omnímodo de comprensión espiritual. – Abdu’l-Bahá, Star of the West, [Traducción provisional por Oriana Vento].

3. Encuentra tu alegría

Cuando vives la vida desde tu corazón y no por miedo u obligación, una sensación de luz y serenidad envolverá tu ser. Descubrir tu alegría te permitirá alinearte con tu verdadero propósito y proyectar esa dicha en el mundo. La felicidad de cada persona es contagiosa y eleva a la humanidad. Una forma de encontrar tu alegría es practicar la gratitud. Siempre que muestro agradecimiento y sumisión a la voluntad de Dios, experimento la alegría a un nivel más profundo:

¡La alegría nos da alas! Cuando estamos contentos nuestra fuerza es más vital, nuestra inteligencia más aguda y nuestro entendimiento menos nublado. Nos sentimos más capacitados para enfrentarnos con el mundo y para encontrar nuestra esfera de utilidad.

… Abdu’l-Bahá dijo: «Que todo el mundo te señale y pregunte ’¿Por qué esta gente es tan feliz?’. Quiero que seáis felices … que riáis, sonriáis y os regocijéis para que otros puedan ser felices por vosotros». – citado por Annamarie Honnold en Vignettes from the Life of Abdu’l-Baha, p. 130.

4. Sirve a los demás

En tiempos de búsqueda y crecimiento espiritual, la confusión y el dolor suelen salir a la superficie. Podemos elegir entre hundirnos en nuestra angustia interna o permitir que esta encienda la llama del propósito de nuestra alma. Cuando me siento ansiosa o deprimida, he descubierto que centrarme en elevar y servir a los demás me saca de la oscuridad. No me malinterpretes: no estoy diciendo que esto sea fácil. De hecho, esto puede convertirse en una lucha para evitar caer en las trampas de la autocompasión y la desesperación, pero la alternativa siempre se siente mejor. Todas las mañanas recito la Oración de la Paz de San Francisco, que me recuerda que todo lo que busco, primero debo darlo:

La Oración de la Paz de San Francisco (extracto)

Oh divino Maestro, haz que no busque tanto ser consolado como consolar, ser comprendido como comprender, ser amado como amar. Porque es dando que recibimos, es perdonando que somos perdonados, y es muriendo que nacemos a la vida eterna.

Este pasaje de las enseñanzas bahá’ís me recuerda que también debo dar mi tiempo y energía a los demás:

Un bahá’í que sirve a los demás es como una vela que arde y arroja luz sobre todos los que la rodean. La estación más alta alcanzable de la vela es arder e iluminar la habitación oscura, y el pináculo más elevado de nuestro progreso y perfección es ser confirmado en el servicio … – Abdu’l-Bahá, Star of the West, [Traducción provisional].

5. Confía en el viaje

Me gustaría decir que llegará un momento en el que podamos decir que tenemos todo resuelto, pero creo que jamás lo haremos. Algunas preguntas tardan en ser respondidas dependiendo de nuestra capacidad y receptividad. Momento a momento nuestra conciencia evoluciona, y un nuevo y, con suerte, más iluminado yo emerge. A medida que vayas adquiriendo más percepción y conocimiento, el camino será cada vez más claro. Por supuesto, te encontrarás con desvíos, pruebas y baches en el camino, que en última instancia sirven para mejorar nuestro crecimiento espiritual. Al final, la confianza en Dios nos conducirá hacia lo que buscamos:

Sed pacientes bajo todas condiciones, y depositad toda vuestra fe y confianza en Dios. – Bahá’u’lláh, Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh.

Nunca pierdas la confianza en Dios. Ten siempre esperanza, pues las dádivas de Dios nunca cesan de descender sobre el hombre. Si se observa desde cierta perspectiva, parecen decrecer, mas, vistas desde otro ángulo, son plenas y completas. El hombre, en todas las condiciones, está inmerso en un mar de bendiciones de Dios. Por tanto, no desesperes en ninguna circunstancia, sino más bien permanece firme en tu esperanza. – Selecciones de los escritos de Abdu’l-Bahá.